Qué preposición usar con llama
¡Y yo que he venido llamando a Vd. el señor cura!
Alborotáronse todos con la novedad, y resolvieron ir á avisar á los milicianos la desgracia que los amenazaba: determinacion, á la verdad, impropia de aquellos sugetos, y que tiene muchos visos de sediciosa; porque sin reflexionar en consecuencias pasaron al cuartel, llamaron al capitan D. Bartolomè Menacho y á otros, y les dieron noticia de lo que sabian, haciéndoles la prevencion de que se guardasen.
¡Quien en mal anda, en mal acaba! exclamamos después de mirar una última vez al fondo obscuro del despeñadero; y santiguándonos santamente y pidiendo á Dios nos ayudase en todas las ocasiones, como en aquélla, contra el diablo y los suyos, emprendimos con bastante despacio la vuelta al pueblo, en cuya desvencijada torre las campanas llamaban á la oración á los vecinos devotos.
Salióles al encuentro Orellana, y los detuvo, afeándoles en pocas palabras el deshonor de su vergonzosa y apresurada retirada, y reanimados con el ardor y eficacia de sus razones, volvieron sobre los enemigos, que ya cruzaban las primeras calles y en especial la que vulgarmente llaman de Puno, y las que la atraviesan.
En efecto, cuando los primeros fieles, después de atropellarse por la escalera, llegaron á la tribuna, vieronal pobre organista caído de boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibraba sordamente, mientras su hija, arrodillada á sus pies, le llamaba en vano entre suspiros y sollozos.
el maestro de escuela llamó por su nombre a uno de los niños, sus alumnos, y le indicó que recitara el romance de Navidad que había aprendido ese año.
Don Juan Manuel Montenegro, llama con grandes voces ante el portón de su casa.
UNA VOZ ¡Sigue con nosotros, pecador! OTRA VOZ ¡Toma un cirio encendido, pecador! OTRA VOZ ¡Alumbra el camino del camposanto, pecador! El caballero siente el escalofrío de la muerte, viendo en su mano oscilar la llama de un cirio.
LOS MENDIGOS ¡Era Doña María la madre de los pobres! ¡Nunca hubo puerta de más caridad! ¡Dios Nuestro Señor la llamó para sí y la tiene en el Cielo, al lado de la Virgen Santísima!
Se habia cubierto anticipadamcnte con los indios fieles que se distinguen por Mañazos, á las órdenes de su cacique D. Anselmo Bastirra, el cerro elevado, que vulgarmente se llama del Azogue.
Las llamas del hogar ponen su reflejo sangriento, y el segundón, con un aullido, hunde la maza de su puño sobre la frente del viejo vinculero, que cae con el rostro contra la tierra.
] [Nota 587: La antigua calle de la Pajería, también nombrada en otro tiempo del Mesón de los Caballeros, se llama desde años ha de Zaragoza, en conmemoración del bizarrísimo comportamiento de los zaragozanos durante nuestra gloriosa guerra de la Independencia.
Eran las pavesas del asombroso entendimiento de su hijo, revolando sobre las llamas en que éste se consumía.
Ya tendréis el castigo, si no en esta vida, en la otra... Os dejo, os dejo entregados a este latrocinio impío... ¿Oís esa campana: Llama por mí y llama también por vosotros... Voy a decir la primera misa por el descanso de nuestra madre, mi protectora, mi madre.
Era Eusebio, el sacristán de la capilla del Sagrario, el Azul de la Virgen, como se le llamaba entre la gente de la catedral por el traje color celeste que vestía en los días de ceremonia.
No sé por qué mis ojos se fijaron desde luego en la imagen, digo mal, en la imagen no; se fijaron en un objeto que hasta entonces no había visto, un objeto que, sin poder explicármelo, llamaba sobre sí toda mi atención.
»] [Nota 71: Llama a la muerte el vicario Responso, porque, como el vicario o juez eclesiástico, tiene poder para separar a los casados.
En su iglesia se venera un crucifijo que, según cuenta la tradición, fué salvado de las llamas á que redujeron los moros el pueblo de Sariaya, en una de las muchas correrías que verificaron en la costa de Tayabas en el pasado siglo.
Llamó sin vacilar en el de la derecha observando que tenía un felpudo para los pies delante de la puerta, señal evidente de que era el habitado.
Allí, con triste priesa acelerada Y con mortal y tímida carrera, Acuden todos, como santa ofrenda, A sustentar las llamas con su hacienda.
] Será alguna ráfaga de aire que ha abatido la llama al pasar, exclamó Carrillo volviendo á ponerse en guardia, y previniendo con una voz á Lope, que parecía preocupado.
» 008:034 Llamó hacia Él a la multitud junto con sus discípulos, y les dijo, «Quien desee seguirme, nieguese a si mismo, tome su cruz y sígame.
Su primer intento fué llamar otra vez, llamar hasta que ella saliera; pero reflexionó en lo imprudente de semejante conducta.
Deseo pues hacer del veneno preservativa triaca, y que vivan en la pintura las llamas para que no hayan de avivar incendios otra vez.
Cuando salió al muro a dar las tres voces, los troyanos se echaron en tres oleadas contra la ciudad, los caballos rompían con las ancas el carro espantados, y morían hombres y brutos en la confusión, no más que de ver sobre el muro a Aquiles, con una llama sobre la cabeza que resplandecía como el sol de otoño.