29 colocaciones para rajar

Por soltar con exceso la lengua se ve obligado una vez a reñir con un negro, al que tiene la desgracia de rajar el vientre.

No me vengás con agachadas, ché! El sol comenzaba materialmente á rajar la tierra cuando llegaron á la comisaría, bañados en sudor hombres y caballos.

Hízose á la vela en 12 dias de Setiembre del mismo año de 1504, y luégo, en saliendo deste rio, á dos leguas, se rajó al navío el mástel, á raíz de la cubierta, por lo cual el Almirante lo mandó volver á este puerto, y prosiguió él su viaje en la nao; y habiéndoles hecho buen tiempo hasta cuasi el tercio del golfo, dióles una tan terrible tormenta que se vieron en gran peligro de perderse.

Traia vestida de pardilla raja Una gran saya entera hecha al uso, Que le dice muy bien, quadra y encaja.

Al salir, me deslumbró el sol: ya no estaba en el cenit ni mucho menos; pero era la hora en que sus rayos, aunque oblicuos, queman más: debían de ser las tres y media ó cuatro de la tarde, y el suelo se rajaba de calor.

Porque, efectivamente, el mayor de mis hermanos es cojo; el segundo, tuerto; el tercero, mellado; el cuarto, ciego; el quinto, no tiene narices ni orejas, porque se las cortaron, y al sexto le han rajado los labios.

Los troncos más corpulentos arrojaban gemidos y chasqueaban, próximos á hendirse, como si un súbito desenvolvimiento de sus fibras fuese á rajar la endurecida corteza.

Entonces ya no pude más, Silda... porque toos los días hay leña para ; y según tenía el libro en esta mano mientres me rajaba á varazos esta otra, se le tiré á los morros, con toa mi fuerza, á aquel piazo de bárbaro.

Hízose á la vela en 12 dias de Setiembre del mismo año de 1504, y luégo, en saliendo deste rio, á dos leguas, se rajó al navío el mástel, á raíz de la cubierta, por lo cual el Almirante lo mandó volver á este puerto, y prosiguió él su viaje en la nao; y habiéndoles hecho buen tiempo hasta cuasi el tercio del golfo, dióles una tan terrible tormenta que se vieron en gran peligro de perderse.

¿Qué quiere decir con eso de rajar las bellotas?—pregunté a Martín de Ribadeo.

lo verás,dijo Doña Catalina, y le rajó con el estoque una mejilla.

Y apenas gané la opuesta banda, un alarido fiero y triste como llanto de mujer rajó la noche y se apagó en el monte...

Porque, efectivamente, el mayor de mis hermanos es cojo; el segundo, tuerto; el tercero, mellado; el cuarto, ciego; el quinto, no tiene narices ni orejas, porque se las cortaron, y al sexto le han rajado los labios.

Este Nibelungo del volcán tiene las barbillas canas, los ojos inflamados, y el rostro tan curtido y con profundas arrugas que parece rajado á cuchilladas.

Y ¡qué vergüenza para el héroe si, por no aguantar firme el peso, crujía el cielo y se rajaba de punta a punta!

El domingo de mañana, estando el uno de los dos religiosos revestido en el altar para tomar la casulla y comenzar su misa, y el otro, que era un fraile lego, como un ángel confesado para comulgar, llaman á la portería; va éste á abrir á quien llamaba, entra un indio con cierto presentillo, como solian traer, de cosas de comer para los frailes, y así como entró raja la cabeza al bienaventurado con una hacha que traia so el sobaco.

Sin embargo, el periodista monárquico le tiró impensadamente un golpe a la cabeza; pero hubo de salirle caro, porque Miguel paró y contestó con tal rapidez, que si no rompe a tiempo le raja la cara.

¡Qué miedo ni qué berenjenas!dijo el otro picado; consistirá en que me han metido un latigazo sobre el sombrero que me hizo ver estrellas, y que si no se le tuerce la mano al que me lo dió, me raja como una zanahoria, y me ha levantado un chichón, dijo el soldado quitándose el sombrero y tentándose la parte superior de la cabeza.

El domingo de mañana, estando el uno de los dos religiosos revestido en el altar para tomar la casulla y comenzar su misa, y el otro, que era un fraile lego, como un ángel confesado para comulgar, llaman á la portería; va éste á abrir á quien llamaba, entra un indio con cierto presentillo, como solian traer, de cosas de comer para los frailes, y así como entró raja la cabeza al bienaventurado con una hacha que traia so el sobaco.

El señor Juan salió a la puerta con su hacha y rajó unas cuantas maderas viejas; luego hizo fuego y puso dos pucheros a la lumbre.

ENSALADA DE CARDO.Se limpian cogollitos de cardo (las tres o cuatro hojas últimas); se les raja un poquito con el cuchillo y se cortan en trocitos poniéndolos en agua un par de horas, durante las cuales se rizan; después se tira el agua y se aderezan con sal, aceite y vinagre.

Por eso no ha rajado la piel, y en vez de herida resultó contusión.

La Alhambra tembló bajo la esplosion de las minas, se rajaron sus torres y sus muros, pero resistió, no se destruyó enteramente, como si un génio invisible la hubiera protejido.

Y de un bayonetazo le rajó el abdomen, echando afuera sus tripas.

Por de pronto tienen ustedes que rajar las bellotas; cabalmente están ustedes debajo.

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