26 Metáforas para conquista

La conquista de América fué una acción a la española.

La conquista de la Habana fué un acontecimiento mui feliz para el ejército i armada inglesa.

Pero como la asociación es posible entre los hombres, resulta que la guerra es un estado patológico y la conquista violenta es un acto patológico.

La conquista de la Habana por el conde de Albemarle en 1762, es el asunto del presente libro.

Pero las conquistas alcanzadas no son de carácter transitorio, porque determinan modos humanos, cuya excelencia, aprobada por la razón y sustentada por el bienestar común, tiende a hacerlos perpetuos.

La conquista no era una colonización, y traía aparejadas para los vencidos todas las consecuencias de la guerra.

Y luego, «la más noble conquista del hombre» siempre ha sido compañera de la gloria; no se concibe a Alejandro sin Bucéfalo, al Cid sin Babieca; no puede haber Santiago en pie, Quijote sin Rocinante ni poeta sin Pegaso.

Sin embargo, no sostienen otras cosas los darwinistas sociales cuando dicen que la conquista es la condición indispensable para alcanzar las formas superiores de la asociación.

Bajo este aspecto, bien puede afirmarse que las conquistas científicas son creaciones de la voluntad y ofrendas de la pasión.

El brutal jesuíta quedó como desvanecido por aquellos elogios que le disparaba su superior, y después de una larga pausa, preguntó: ¿De modo que mi misión se reduce, sencillamente, a conquistar a la baronesa? A satisfacerla, pues su conquista, es cuestión de poca importancia.

La conquista es, pues, la sustitución del desorden al orden, es la desorganización del Estado y no su organización.

Es que la conquista, por lo que tenía de quimérico, de colosal, de problemático, era una empresa medioeval, cuyo cumplimiento requería espíritus y tendencias medievales.

La conquista, por otra parte, había sido un éxito de la calidad personal de cada conquistador, no una obra de la nobleza ó del Rey, y los revolucionarios Comuneros de Castilla, emigrados después de su derrota, trajeron gérmenes tan vivaces de democracia, que su recuerdo perduró, como se ha visto, hasta en la denominación específica de los revolucionarios paraguayos.

Vieron todos aquel lugar como un santuario cuya conquista era el supremo galardón de la victoria, y se arrojaron sobre los defensores del agua escasa y corrompida que arrojaban unos cuantos arcaduces en un estanquillo.

Pero, señor, el monumento no es á la conquista de México ni á su mutilacion, es á un general que cumplió con su deber.

Su última conquista había sido la hija mayor del coronel, la rubia gruesa, a la cual dominaba.

Conquista los indiosibid.

Tal será la conquista, y tal, lo repito, es la interpretación más completa y más fecunda que debe darse con el socialismo a las inexorables leyes naturales descubiertas por el darwinismo.

La conquista de la libertad así entendida es una perpetua marcha hacia adelante, sin que sea posible llegar jamás a un ideal que el hombre tenga por definitivo.

La narracion de los sucesos que marcaron una de las épocas mas brillantes de la historia nacional, las victorias, combates y peligros de una guerra memorable, la conquista, en fin, del reino de Granada, y la subversion del imperio árabe en España, son el objeto y materia de las páginas siguientes.

Esta provincia, enteramente desguarnecida y abandonada casi por nuestra Corte, estaba separada de Flandes por la Borgoña y la Lorena; de suerte que el marqués de Castel-Rodrigo no podía acudir á ella, y por lo mismo en cualquier estación su conquista era obra de algunos días.

Únicamente la colonización, que engendra el deseo del engrandecimiento personal por el trabajo, hubiera podido influir sobre el tipo conquistador hasta modificarlo; pero la conquista era ante todo una operación de fuerza y de dominio, que sólo se proponía la explotación del natural.

La conquista espiritual fué su producto, al haberse vuelto imposible la conquista política hacia la cual se marchaba secundariamente, y el gobierno adoptó en definitiva su ideal teocrático.

Mandando en la lengua, mando en el alma; mandando en la boca, mando en la frente, y este es el gran terreno que hay que invadir, esta es la gran conquista que hay que hacer, este es el gran pueblo que hay que conquistar.

La conquista del Canadá era el sueño dorado, tanto del gobierno inglés como de las colonias del Norte, cuyos habitantes deseaban verter su sangre y gastar sus riquezas para alcanzar la realización de su deseo, excitado doblemente con el feliz éxito de la toma de Louisbourg.

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