46 Verbos a usar para la palabra vajillas

El frac de los mozos negros me inspira repugnancia por el frac: allí están, bullendo en el gran comedor de Palmer-House, agitando sus cuatro aspas de ébano en una desordenada coreografía de minstrels, tropezando en las sillas, rompiendo vajilla, cumpliendo á pedir de boca yankee su fantástico servicio, que remeda no qué bámbula «macabra» de chimpancés mal domesticados.

Cierta tarde, poco después de almorzar los señores (el loco almorzaba en su cuarto), se hallaban reunidos tres o cuatro criados en el gran comedor del palacio limpiando la vajilla y colocándola en los aparadores.

Era doña Feliciana lo que se llamaba una mujer muy de su casa y que, a pesar de ser rica hasta el punto de sacar al sol la vajilla de plata labrada y los zurrones de pesos duros, no pensaba en emperejilarse, sino en aumentar su caudal.

El Marqués y sus amigos se pusieron á examinar la vajilla que por orden de Avila se había construído, y era toda de barro tan primorosamente labrado, que cada pieza era curiosidad digna de un museo.

Ya no te puedo prestar la vajilla, Isidora.

Al otro lado, arreglando sobre otros dos bufetes una magnífica vajilla de plata, y un no menos rico y bello juego de cristal, estaba el tío Manolillo, ceñudo y taciturno.

En esa casa hay una sala ricamente entapizada y con una cena ricamente servida; la vajilla es de plata; los manjares apetitosos; pero cuando mandéis recoger la vajilla y los tapices y los cuadros, advertid que nadie por golosina coma de aquellos manjares.

El ama Engracia lavaba la vajilla....

Su palacio encierra muebles incrustados de marfil y nácar, estatuas de mármol de Paros, vajillas de plata, vasos de Nola y jarrones del extremo Oriente, que tienen un barniz desconocido en los imperios de persas y de romanos.

No se limita a esto, sino que los atiende con real esplendidez: exhibe su rica vajilla, su mesa bien provista, su excelente vino, sus lechos de pluma, etc.

Habían desaparecido dos vajillas de plata y otra de porcelana antigua, sin dejar como rastro la más insignificante de sus piezas.

Esto nos induce á dar crédito á la señora del almacen de los Panoramas, sobre el baston de Richelieu, puesto que lógico parece que descuide el baston del cardenal, quien descuida la vajilla de un rey.

Su mesa silvestre era el gran tronco de un árbol caído y cubierto de musgo, en cuya parte más ancha había extendido un mantel blanco como la nieve y dispuesto toda la vajilla de brillante metal que les restaba de lo que había sido su orgullo en la colonia.

Durante aquellos tres años, después de muerto mi abuelo, el conde no se dió instante de reposo, visitando tierras, apuntando lindes, recontando ganado, recorriendo la casa, embalando vajillas y cubiertos de plata, escribiendo horas y horas en su despacho.

Habíase encargado una nueva y fina vajilla con la cifra de Belinchón; todo el aparato de las comidas modernas, cuchillos de hoja de plata para la fruta, tenedores de ostras, tarjetas litografiadas para el menu y otros utensilios inusitados hasta entonces en las comidas de la casa.

El descendiente del que en Nápoles encomendaba a Sévres una vajilla de frágil porcelana que costaba una fortuna, y a los postres la arrojaba por el balcón, riéndose del asombro de los convidados, antes de ser hombre supo muchísimas veces lo que era hambre y algunas noches se durmió envuelto en una manta apolillada, pensando que la suprema felicidad en este mundo era tener una estufa en la alcoba.

En la pared del portal, que hacia frente á la puerta, havia una especie de aparador, ó estante, que se llamaba Basar en el Vocabulario del País, donde se presentaba desde luego á los que entraban toda la vajilla de la casa: doce platos, otras tantas escudillas, tres fuentes grandes, todas de Talabera de la Reyna, y en medio dos jarras de vidrio con sus cenefas azules ázia el brocal, y sus asas á picos, ó á dentellones como crestas de gallo.

Y no bastando todo esto para tan grandes gastos, envió doña Isabel su vajilla de oro y plata, con todas sus joyas y pedrería, á Valencia y Barcelona, donde se empeñaron por una cantidad crecida, que luego se destinó á cubrir las necesidades de la guerra.

En uno de aquellos hornos ¿no había él mismo fabricado toda una minúscula vajilla de muñeca?

Era en efecto resto de dos docenas de platos traídos por doña Micaela, la madre del marqués, que debían formar parte de alguna soberbia vajilla hecha para un Pardo virrey ó magnate: tenía en el centro el escudo de los Pardos de la Lage dividido en dos cuarteles; en el de la derecha se encabritaban dos leones rampantes en campo de gules, y en el de la izquierda otro león y cuatro cruces de Malta en campo de oro.

Se han arrancado los estores, y el vuelo de un lado del mantel ha lanzado al suelo la vajilla.

Eso que mi tía llama la vajilla son unos cuantos platos desiguales que aún están en los baules.

Cada cual llevaba allí su regalo; y uno de los cofrades, por turno, suministraba los accesorios de la comida; á saber, los manteles, la vajilla para la mesa, el pan, el vino, las sardinas y el agua caliente[1048].

De allí se pasaba a otra sala más pequeña, cubierta también con preciosos tapices las paredes y con alfombras el pavimento, en armonía con los demás adornos de la sala, en la que había una cama con dosel de raso carmesí y un aparador en que lucía la vajilla de oro y plata con piezas primorosamente labradas que eran una maravilla.

Pedí al mayordomo un estado de las provisiones, visité el depósito de los vinos, registré lo que había en la repostería, quiero decir, la vajilla y mantelería, y después los exhorté a mirar por el caudal del amo, a usar de economía en el gasto, y acabé mi exhortación con asegurarles que daría cuenta a su señoría de cuanto malo viese hacer en su casa.

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