62 Adverbios para describir cómo exclamo

Dichoso , hijo mio, si aun no has oido el terrible precepto de esa ley, de esa ley que se llama... ¡Amor! exclamó profundamente Yaye.

Esta vez, exclamó alegremente el soldado viendo alejarse al viajero, si atrapo el cáncer del fumador, no será con colillas... Y encendiendo voluptuosamente un cigarro de banquero, continuó su interrumpida ronda de vigilancia.

Y aproximando su boca a una oreja del torero, exclamó sordamente: ¡Doña Sol! Le había preguntado por su matador, mostrando deseos de que se lo presentase.

Esto exclamaba yo interiormente, cuando llegamos á la puerta de la lechería, y ambos entramos sin decirnos palabra, como llevados por un sentimiento comun.

¡Malditos de Dios! ¡si es verdad! ¡malditos de Dios! exclamó roncamente el mendigo: los crímenes de nuestra raza han caido sobre nosotros, y nosotros nos vemos castigados por las culpas de nuestros abuelos en nuestras cabezas y en las de nuestros hijos.

¡Jamás! exclamó con energía la señorita Guichard; el señor Aubry se ha comprometido á ello formalmente.

Esta palabra me sacó de mi estupor, e involuntariamente iba a exclamar como don Quijote: «Come, Sancho hijo, come, que no eres caballero andante y que naciste para comer», porque al fin los filósofos, es decir, los desgraciados, podemos no comer; ¡pero los criados de los filósofos! Una idea más luminosa me ocurrió: era día de Navidad.

¡Ama! (exclamó severamente la Corregidora).

Como Robledo estaba irritado, y en tal caso, siempre que alguien se oponía á sus deseos, era de un carácter impetuoso, exclamó irónicamente: ¡Tu Elena!...

mi esposa! ¡mi hija! exclamó con acento rugiente el extranjero.

Esa mujer va á cometer un disparate, exclamó vivamente mi compañera, y yo no esperé más.

A los pocos días madama Zarathustra exclamó ingenuamente: ¡En Madrid se come muy mal! Verdaderamente es asombrosa la resistencia de los estómagos literarios.

¡Me vuelves loco! exclamó dolorosamente el penado.

Así es que exclamo allá en mis adentros: quizás estén locos, verdaderamente locos, y sean con su locura perjudiciales a la república.

Entonces...exclamó impetuosamente la señora Liénard.¿Cómo ha podido adivinar usted?...

Pero Rosario, toda azorada y hecha un mar de lágrimas, exclamó inmediatamente: ¡No, no; que digan aguanta, que digan aguanta!

De verse ahora tullida «¡Ay, no se sabe lo que es la salud hasta después de que se pierde!» exclamaba sentenciosamente, sobre todo los días en que el dolor artrítico le atarazaba las junturas.

¡Ah! exclamó seriamente, leyendo en , no me quieres como antes.

Coca hizo un gesto como diciendo que no les importaba la casa y la mesa, sino el dueño de casa y amigo... Mientras éste, saboreando el postre, un dulce de fresas, exclamaba sinceramente: ¡En mi vida comí nada más delicado! Es obra de Lauraobservó Coca, faltando impudentemente a la verdad, porque ella era la autora del dulce.

Dando fuerte golpe en el suelo con su pesado pie, exclamó bruscamente: ¡Quieta, España, quieta!...

Y el viejo Aliatar acarició al hermoso bruto y exclamó tristemente: ¡Pero ahora, mi Leal, no puedes salvarme! 85 Esta escena conmovió igualmente a los dos caballeros, e inflamados por el mismo sentimiento.

Se quiere V. divertir conmigo?¡Pues espere V..., y verá lo que le pasa! Al mismo tiempo se abrió repentinamente la puerta, y una nube de criados y ministriles, provistos de sendos garrotes, se lanzó sobre los de afuera, exclamando furiosamente: ¡A ver! ¿Dónde está ese que dice que es el Corregidor?

¡Nunca consentiré en ello! exclamó enérgicamente la joven.

El peludo Butrón levantó ambas manos al cielo, la Mazacán paseó por la horrorizada concurrencia una mirada de triunfo, y la duquesa, irguiéndose iracunda, exclamó violentamente: ¿Y lo dices con esa frescura?...

46 Y cerca de la hora de las nueve Iešus exclamó con gran Boz, diziendo, Eli, Eli, lama šabachthani?

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