¿Quién ha dicho eso?exclamó el Doctrino furioso.

Mientras decía esto, iba saludando a los circunstantes con semblante furioso.

No había acudido a la cita de Pepe: de seguro vendría furioso.

] [Nota 443: La historia de los amores de Vireno y Olimpia y del consiguiente abandono de ella, está contada por Ludovico Ariosto en los cantos IX y X del Orlando furioso.

¿Qué importa que un hombre sea bueno o malo, si no es cristiano?preguntaba Echaide, furioso.

El viento bramaba furioso.

En casos apurados, Zaldumbide era un gran piloto y hombre de un valor furioso.

Pirovani tenía los ojos ardientes, miraba con agresividad, parecía furioso.

Batiste, excitado por el coro de gemidos, se levantó furioso.

Ordena el diablo que a la hora y punto que la moza iba subiendo por la escaleraque era angosta y oscuracon dos platos y olla, yo estaba en un paso de una montería, y daba grandes gritos componiendo mi comedia: decía: Guarda el oso, guarda el oso, que me deja hecho pedazos, y baja tras ti furioso.

El perro Fortuna se precipitó por aquel boquete negro ladrando de un modo furioso.

De un modo furioso.

Doña Manuela, recogiéndose la cola de su bata teatral, bajó a la cuadra, no pasando de la puerta por miedo al caballo, que se revolcaba furioso.

Y don Alvaro responde: ¡Ta, ta, ta, ta, ta! Calvete, que ha pasado de zagalón a ser un mozo muy gentil y brioso, que es al mismo tiempo travieso y más malo que la quina, viendo que don Alvaro no puede quejarse de sus travesuras, ya que ni habla ni escribe, se deleita a menudo en ponerle furioso.

El perrero estaba furioso.

¡Señorgritaba el conserjesi hoy es San Francisco de Paula! ¿Qué importa, animal?respondió Trabuco furioso.

Una nube negra, en forma de pájaro monstruoso, cubría toda la ciudad y lanzaba sobre el duelo aquel chaparrón furioso.

¡Tira tú, bobo!gritó Crespo furioso.

Estaba furioso.

Frígilis se puso furioso.

El 23 salí para ir al Saco de San Antonio, pero en la noche sobrevino un temporal furioso.

Porque mi Dulcinea del Toboso osaré yo jurar que no ha visto en todos los días de su vida moro alguno, ansí como él es, en su mismo traje, y que se está hoy como la madre que la parió; y haríale agravio manifiesto si, imaginando otra cosa della, me volviese loco de aquel género de locura de Roldán el furioso.

[frántic] Frenético, furioso.

Los aullidos repetíanse ahora rabiosamente, como los cacareos de un gallo furioso.

» Y Ferragut partía furioso.