226 oraciones de ejemplo con bramidos

El pobre demente comenzó entonces a lanzar bramidos que nada tenían de humanos.

Y aquella voz de un solo, que empieza por un gruñido, lega hasta ser alarido de toda la muchedumbre, y ansí adquieren la costumbre de pegar esos bramidos.

La fiera ama en su guarida, de la que es rey y señor; allí lanza con juror esos bramidos que espantan, porque las fieras no cantan: las fieras braman de amor.

«Son mi música mejor [80] Aquilones; El estrépito y temblor De los cables sacudidos; Del negro mar los bramidos Y el rugir de mis cañones.

Sobre el rumor del gentío, que encerrado y oprimido en tan estrecho espacio tenía bramidos de amor tempestuoso, destacábase el agudo chillido de la aterrada gallina, el arrullo del palomo, el trompeteo insolente del gallo, matón de roja montera, agresivo y jactancioso, y el monótono y discordante quejido del triste pato, que, vulgar hasta en su muerte, sólo conseguía atraerse la atención de los compradores pobres.

Si ahora no pagas lo que debes a tu compadre, verás aquel día terrible, aparecer la vaca corriendo y saltando por el valle de Josafat, y acusándote 15 al mismo tiempo, con sus tremendos bramidos....

Desde la sala vio allá dentro un bulto, arrojado en negro sillón, la cabeza escondida entre los brazos y estos apoyados en un lecho revuelto; y oyó bramidos, como de bestia herida que se refugia en su cueva.

Era preciso apretar el paso, correr, en fin, porque los bramidos se sucedían con más frecuencia, y el último era más distinto, más vibrante que el que le precedía.

Mucho en antes que todos viene un grant judío tuerto, que en medio de aquesos lodos el diablo lo hubiese muerto; que con sus grandes bramidos ya querrian mis oidos estar allende del puerto.

Es muy falta de agua, como lo son las tierras llanas, y las aguas de los rios malas, gruesas y salobres, á las riberas de los cuales son los pueblos de los indios y de los españoles; en la tierra que es montañosa se crian leoncillos y tigres en cantidad, que no dejan de noche dormir á los caminantes con sus bramidos.

La cena comenzó amenizada por los bramidos del huracán que iba en aumento y que hacía oscilar la luz del candil que alumbraba la habitación, metiéndose dentro por las muchas rendijas que tenía la casuca.

Ya las mariposas y las aves no venian, como antes, con delicia, á revolar en torno de su cabeza y á ponerse en sus manos; huian de ella, y durante la noche, la aterraban los rugidos del leon y del tigre, y los bramidos de las bestias hambrientas.

Ved, sin embargo, cómo la Fortuna, que tan adversa se mostrara entonces al rey Luis, le sonríe despues más benigna en las ricas llanuras que el divide entre los Apeninos y los Alpes, hasta donde se oyen los bramidos del Adriático.

Como respondiendo al castigo, la máquina se estremecía; bramidos iracundos restallaban en su interior, y por sus lomos humeantes parecía correr una ondulación de odio.

Dos machos cabríos, irritados por la brama, lucharon con tal furor y violencia, que á uno de ellos se le rompió un cuerno, y, lleno de dolor, comenzó á huir dando bramidos, mientras que el vencedor le perseguía sin tregua ni sosiego.

Aquella noche había, por fortuna, uno muy bobo, y Respetilla hizo reir á su costa, obligándole á salir dando bramidos, con unas trébedes en la cabeza, como corona del monarca del abismo, á cuatro patas, todo tiznado con hollín de la chimenea, y luciendo en cada pie de las trébedes un trapo mojado en aceite y encendido como una antorcha.

El traqueteo de esta lucha; los brincos que daba su ingenio enzarzándose con su conciencia; los chillidos que á veces salían de lo más hondo de ésta; las ansias de la curiosidad; los bramidos del orgullo, queriendo sostener la idea pesimista por encima de todo, producían un zipizape espiritual que me hizo muchísima gracia.

¡Risas, confusión, aplausos, bramidos!

Aullando soliviantaba el viento la mar, que le respondia con bramidos.

Es, dijo Constancia, que parece que el mar se quiere tragar á la tierra, y cada uno de sus bramidos una amenaza.

que ni soy yo Bramidan ni Parteyunques; bramidos que los dan todos mis miembros al cielo, cansados de verse molidos, ya en castillos, ya por caminos y ya en melonares.

Desengañóle presto la experiencia, pues al menor ruido prestaba atenciones prontas sobre el imitar con tanta propiedad los bramidos de las fieras y los cantos de las aves, que parecía entenderse mejor con los brutos, que con las personas: tanto pueden la costumbre y la crianza.

No se sentía otro dentro, que malas voces y bramidos de fieras, ni se oían sino monstruosidades.

A los gritos de don Marcos y aullidos del gato, viéndole dar bramidos y saltos por la calle respecto de estarse abrasando, acudió gente, y entre ellos la justicia; y llamando, entraron y hallaron a Marcela y su amante procurando a fuerza de agua volver en al desmayado, lo cual fue imposible hasta la mañana.

Cual parida leona, fiera y brava, que los hijos que estaban en el nido sintió que en cuanto el pasto les buscaba el pastor de Marsilia los hurtaba, »corre rabiosa y gime y con bramidos los siete montes hiende, atruena, abala: tal va don Juan con otros escogidos corriendo a socorrer la primera ala.

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