24 colocaciones para lavaderos

En algunas partes se halla oro en abundancia, pero no se pueden aprovechar de él, por faltar allí el agua para los lavaderos.

Pensó así, efectivamente, y, a pesar de esto, bajó hacia el puente, echó una ojeada por los cajones, y viendo que allí no estaban sus amigos, siguió por el Canal, atravesó el Manzanares por el puente de un lavadero y salió a la carretera de Andalucía.

Los nietos estaban en la huerta; la mujer de uno de éstos en el lavadero, y por las rendijas de puertas y ventanas salía un humo denso de paja quemada.

Lo cierto es que la pobre Antonia, al oirlo, se llevó instintivamente la mano al corazón, y se dejó caer hacia atrás sobre las húmedas piedras del lavadero.

No es para descrita la pesadumbre del coronel Roberto al descubrir en la cara blanca de uno de estos cuadritos, que llegó a sus manos con la ropa blanca de la semana, la cuenta de su lavandero, y al adquirir el convencimiento de que los restantes trozos de la carta circulaban por igual método entre los clientes del lavadero chino de Fiddletown.

¡si nosotros quisiéramos! Cuando la niña era pequeña, asistía a las clases y aprendía a la par de los otros alumnos: cuando fué mayor, y quedaron solos, mientras su padre repetía las lecciones, ella adentro trabajaba como un ama y como una criada, en la cocina, en el lavadero, en el jardín.

El señor Custodio tenía dos hijos, de los cuales no conocía Manuel mas que a Juan, un chulapo alto y moreno, que estaba casado con la hija de la dueña de un lavadero de la Bombilla.

Pérez y González, entendiendo que en el pasaje del texto «ni el enjaguar ni el enjuagar ni el enjaular encajan», conjeturó que se trataba de una errata y que debía leerse amen-guadas donde la edición príncipe estampó enja-guadas, «y cuando menosañadió, el sentido de la frase quedará completo y claro, sin necesidad de meter las grandezas en jaulas como si fueran loros, ni de echarlas en lavaderos como si se tratara de ropa sucia».

En cuanto a Webster, el regente, lo tomó con más sangre fría: felizmente ignoraba que durante dos días los chinos de los lavaderos, de las minerías, de las cocinas, miraban por la puerta de los talleres con la cara radiante de malicia; incluso que nos hicieron un pedido de trescientos ejemplares sueltos de La Estrella del Norte, para los lavaderos de la población.

Salieron del Corralón hasta tomar el arroyo de Embajadores, y siguieron a lo largo de la empalizada negra de un lavadero.

Hambre todos los días, paliza todas las semanas, viviendo en uno de esos caserones que parecen colmenas obscuras; frío en el lavadero para ganarse una mala libreta, y como término, la muerte en el hospital.

LA SOLE ENCARNA LA JOSEFA CHULA 1.ª ÍDEM 2.ª UNA VENDEDORA SEÑOR HILARIO SEÑOR BERNABÉ PACO SEÑOR TOBÍAS ZIPILÍN VIGUDÍ TELARAÑA SEÑOR COSME AQUILINO UN POLICÍA GUARDIA 1.º ÍDEM 2.º HORTERA 1.º ÍDEM 2.º ACTO ÚNICO CUADRO PRIMERO La escena representa el interior de un lavadero cubierto.

Atrincheróse con gran cuantidad de sacas de lana; porque faltaba tierra, y sobraba lana de los lavaderos, que tenian en Guescar los ginoveses que la compran para llevar á Italia; no poniendo las sacas por costado sino de punta, por hacer mas ancha la trinchea: sucedió con todo alguna vez penetrar una bala de escopeta turquesa la saca, y matar al soldado que estaba detrás, con seguridad á su parecer.

Mis tretas para burlar su persecuciÛn, se redujeron a echarme a correr por la puerta de San Vicente hacia fuera, metiÈndome en los lavaderos del Manzanares, donde me creÌ perfectamente seguro de las asechanzas de mis enemigos.

El oro abunda particularmente, estendiéndose sobre una superficie considerable: se encuentran muchas minas de lavadero, ó aventaderos de este preciado metal, en las cercanías de Suches, donde los Incas las beneficiaban antiguamente, y siguen hoy beneficiándola los actuales moradores; pero la carestía de agua es un grande obstáculo para este género de laboreos.

Perdónenme si me atrevo, Por el honor del fregado, La opinión del lavadero, Del cántaro y el jabón; 2145 Que más de cuatro manteos, De ésos con esteras de oro, Cubren algunos defetos.

Sus ropas interiores, que cada vez llegaban con mayor retraso á las pilas del lavadero, tenían salpicaduras de sangre.

Esta confusión de ideas, esta irresolución del poder, que quería, aumentando sus rentas con el producto de los lavaderos de oro, conservar en la apariencia una piadosa moderación, produjo el profundo desprecio de las leyes coloniales.

PACO (Que aparece en la puerta y sin avanzar.)—¡Señores, jovialidá y metálico! (Quedan unos cuantos chicos y chicas, que le han seguido, a la puerta del lavadero.

vellones sueltos, que se iban reuniendo hasta formar un velo salpicado de motas blancas, o sea la ropa de los lavaderos.

Escúchase también el ladrido, casi imperceptible, de un perro de los que acompañan a los vigilantes de los lavaderos, y contrastando con estas perdidas notas de soledad y misterio se escucha dentro del merendero el rasgueo alegre de las guitarras y la vibrante voz de un cantador de flamenco, que es jaleado con ruidoso entusiasmo.

Este ramo de la riqueza está muy abandonado á causa de la poca afición que tienen los naturales á las faenas del campo, y á excepción de los de Tandug y Castel que se dedican á la agricultura, todos cifran sus afanes en el beneficio de los lavaderos de oro.

Por último, una hermosa mañana de sol se encogió de hombros, y tomando un lío de ropa sucia, echó á andar camino del lavadero.

En cuanto a Webster, el regente, lo tomó con más sangre fría: felizmente ignoraba que durante dos días los chinos de los lavaderos, de las minerías, de las cocinas, miraban por la puerta de los talleres con la cara radiante de malicia; incluso que nos hicieron un pedido de trescientos ejemplares sueltos de La Estrella del Norte, para los lavaderos de la población.

24 colocaciones para  lavaderos