66 colocaciones para ofensa

Pero la Majestad ofendida del Príncipe natural, aunque remita el castigo, queda siempre viva en el ánimo la memoria de la ofensa; y aunque no fuera bastante para hacerles agravios, por lo menos impidiera el no servirse de ellos en los cargos supremos: cosa indigna de lo que merecían sus servicios, nobleza y cargos administrados en paz y guerra.

Pero casi casi había llegado mi amigo al perdón de la ofensa, aunque sin olvidarla; y si se ha de decir verdad, no le agradaban mucho las intimidades de su mujer con aquella señora, aun considerándolas puramente circunscritas a lo concerniente al ramo de vestidos.

No poseo títulos de nobleza, pero tampoco soy de origen oscuro, pues pertenezco a una familia distinguida; hace poco heredé de mi buen tío veinte mil francos de renta y su quinta de Enghien, y estas circunstancias me animan a decirte a ti, que más que amigo eres para un hermano y además estás propicio a darme reparación de las pasadas ofensas: «Amaury, ¿quieres pedir en mi nombre a tu tutor la mano de su hija Magdalena?

Es de advertir que el tono de broma en que estas palabras fuertes se decían les quitaba toda gravedad y aire de ofensa.

Apolo le arrancó de Guatimala, Y le truxo en su ayuda para ofensa De la canalla en todo estremo mala.

Acudió a verle, examinó las contusiones y la herida del brazo, y vio que no eran de cuidado, pero puso el grito en el cielo diciendo que iba a tomar venganza de aquella ofensa, y no se tranquilizó hasta que supo el lance, y que D. Luis había sabido tomar venganza por , a pesar de su teología.

Hay que dejar la tormenta que se desahogue por ó por obra de una casualidad que á veces tarda un mes en presentarse; y, en tanto, soledad y cárcel... y paciencia; porque, al cabo, él es quien es, y bueno y cariñoso hasta tal extremo, que yo no qué le atormenta más en sus arrechuchos, si el dolor de la supuesta ofensa, ó la pesadumbre de vivir sin trato con los que le han ofendido.

Pero el lugar y tiempo que los queda Para mostrar alguna recompensa, Es causa que con menos fuerza puedan Fatigarte el rigor de tal ofensa.

También las tristes doncellas Ponen en vuestra defensa El remedio de su ofensa Y el alivio a sus querellas.

El papel ignominioso que haces ante el mundo, pues los curas te despreciarán por perdido, y los perdidos por cura; el atentado contra tu salud y los demás perjuicios temporales son bobería en comparación de la ofensa que haces a Dios, a quien has querido engañar como a un chino... permite este modo vulgar de expresarme.

El honor griego, como virtud social, consistía en la venganza; y aun actualmente, no es otro el concepto de nuestros desafíos; mientras la justicia, es decir, el bien privado que la colectividad debía asegurar a cada uno, estribaba en la compensación de la ofensa por medio del matrimonio o de la multa; con lo cual quedaba a veces, extinto el deber de venganza.

DOÑA ANA Si es disfrazar vuestra dama, Como suelen los poetas, Por tratar cosas secretas 1135 Sin ofensa de su fama, Está bien; pero si no, Bajo pensamiento ha sido.

Dedicó la primera parte de su oración a describir los tormentos del alma apartada de su Dios por el pecado y trazó un cuadro minucioso y perfecto de las ofensas e injurias con que diariamente traspasamos el dulce Corazón de Jesús.

Un celoso obispo sin embargo halló un medio ingenioso para corregir el desacato de las ofensas personales entre eclesiásticos.

Y era por la noche, según los dichos de cocina adentro, que elevaba Pepa hasta su señor sus quejas y obtenía el desagravio de las ofensas hechas, que se traducía al día siguiente en tempestad tan violenta, que parecía desplomarse la casa.

Por estrados ricamente alfombrados, cañas juegan, saltan, retozan, bregan y ya hambrientos entran con pasos lentos la despensa, adonde, sin ofensa de enemigos, en dos quesos amigos le sepulta.

¡El puñetazo que se llevaría la tal, de no existir la verja entre las dos!... Empezaba á dirigir terribles alusiones al pecho plano de la doncella, á sus angulosidades de muchacho, subiendo rápidamente el diapasón de sus ofensas, cuando sintió que la cogían de los hombros.

Aqui fue el llorar, hecha otro hijo prodigo, de la afligida doña Luisa, y el considerar la abundancia que tenia en el monasterio de donde era priora; aqui el arrepentirse de haber salido tan inconsideradamente dél con don Gregorio, con tan grave ofensa de Dios y tan en deshonra de los linajes de entrambos; aqui, finalmente, el solloçar por la perdida de la irrecuperable joya de la virginidad.

Probóse con esto que Barcelona no puede estar sin aquel castillo, porque bien los ciudadanos para su defensa, bien los enemigos para la ofensa, necesitan de él forzosamente.

Para todo corazón bien puesto, la duda no puede ser de larga duración: y el mismo juez que con la ley en la mano sentencia a pena capital al desafiado indistintamente o al agresor, deja acaso la pluma para tomar la espada en desagravio de una ofensa personal.

Pero su ferocidad y el recuerdo de la ofensa inferida por Rojas le inspiraron una solución.

Sandoval se pasó la mano por la frente horrorizado de la ofensa que mentalmente infiriera a la honradez y fidelidad del médico, y nuevamente comenzó a girar el fantástico tío vivo de sus amistades.

El género de ofensa que nuestro apadrinado ha hecho al señor (y siento tener que referirme a ella), le disculpa para extralimitarse en la apreciación de su carácter.

¿Es fuerza Que se engendren más despacio Las glorias que las ofensas? SARG.

Sabe, Mosca villana, Que coteja el agravio recibido La condición humana Según la mano de donde ha venido: Que el grado de la ofensa á tanto asciende, Cuanto sea más vil aquel que ofende.

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