72 oraciones de ejemplo con dejarse caer

Tenía por límite unos sauces viejos y con las raíces medio descubiertas, que se inclinaban moribundos sobre la corriente, como si de un momento á otro fueran á dejarse caer en ella.

¿Cómo está el Señor? Viéndose descubierto, el niño celestial se aproximaba hasta dejarse caer sobre las rodillas de nuestra madre.

Ya no sabía con qué objeto había llegado hasta allí, tan lejos de la parte de la huerta donde vivían los suyos, y acabó por dejarse caer en un campo de cáñamo á orillas del camino.

Cuando entró otra vez en las Alamedas de Serranos, sus piernas flaqueaban, y sintió la necesidad de dejarse caer en uno de los bancos.

Ana se sentó a su lado, al verle dejarse caer en una butaca.

Y cuando pensaba en esto, fue cuando sintió absoluta necesidad de dejarse caer.

Ni miró la muchacha al señor Rosendo, ni le dio los buenos días; atontada con el sueño y herida por el fresco matinal que le mordía la epidermis, fue a dejarse caer en una silleta, y mientras el barquillero encendía estrepitosamente fósforos y los aplicaba a las virutas, la chiquilla se puso a frotar con una piel de gamuza el enorme cañuto de hojalata donde se almacenaban los barquillos.

Hablaba Diógenes pálido y agitado, con el tono iracundo que solía usar cuando hablaba de veras, y levantándose de repente de la mesa, entróse por un cobertizo que iba a parar en las cuadras; viéronle, a poco, salir lívido más bien que pálido y dejarse caer como sin fuerzas en un banco de hierro que bajo los arcos estaba: con grandes ansias y sudores había arrojado en un rincón de la cuadra lo poco que había comido.

¿Por qué no mejor dejarse caer y abandonar la empresa?

En otros era nadadera, y la concha, abriendo y cerrando sus valvas como una boca propulsora, subía en línea recta á la superficie, para dejarse caer luego con los dos escudos apretados.

Su contrario don Pedro se limitó sencillamente a dejarse caer en un sofá y pedir una taza de tila.

Oirla nuestro periodista y dejarse caer al suelo en cuatro patas, fué todo uno.

En vano pretendió el pobre viejo levantarse: pudo incorporarse apoyando fuertemente las palmas en los brazos del sillón; mas, al intentar sostenerse sobre las piernas, tuvo que dejarse caer en el asiento.

Entonces el idiota se echó a reír a carcajadas, con una risa estúpida y convulsiva, enjugó su herida con sus largos cabellos, y fue a dejarse caer bajo la campana de una vasta chimenea.

Vamos, vamos, bella patrona, cálmese usted y no abra el pico como una gaviota que va a dejarse caer sobre un banco de sardinas.

En vano saltó el Cigarrero más de veinte veces al redondel a poner orden; en vano les arreglaba los novillos y se los cuadraba, de suerte que no había más que dejarse caer; de todos modos la confusión, el ruido y las atrocidades de todo género no cesaron en toda la tarde.

Admiraba en sus adentros la presciencia adivinatoria de la condesa, que siempre intervenía en el momento decisivo y que acababa de detenerle en el borde del abismo en que iba a dejarse caer imprudentemente.

Observemos sus posturas caprichosas y fantásticas; de qué modo tan pintoresco extienden las alas sobre el agua, levantando nubecillas de espuma, o sumergen la cabeza para atrapar un insecto, o la ocultan bajo el ala, o levantan el vuelo inesperadamente para dejarse caer a los pocos pasos llenos de pereza y molicie sobre su elástico lecho, como un sátrapa sobre su diván de pluma.

Pero no tardó éste en detenerse, resoplando como si le faltara el aliento y acabando por dejarse caer sobre la hierba.

Acababa de dejarse caer en el asiento, é hizo que pusieran sobre sus rodillas aquel cuerpo igual á un cadáver.

Se alzó de la silla y volvió á dejarse caer sollozando.

¡Qué placer para Chucho! ¡Hundirse en la crujiente hierba, agarrarla y esparcirla en pequeños puñados; dejarse caer hacia atrás con los brazos abiertos!

¡Qué placer para Chucho! ¡Hundirse en la crujiente hierba, agarrarla y esparcirla en pequeños puñados; dejarse caer hacia atrás con los brazos abiertos!

Quedé estupefacto viéndola tartamudear, hacer pucheros, ponerse encendida y dejarse caer hacia atrás como acometida de un síncope.

De repente, lo mismo que llegó aquel espantoso mal se le fué quitando de encima: le dejaba libre el movimiento y la respiración y pudo ir hasta la cama, dejarse caer en ella agotado, rendido, pero con la sensación de vivir.

72  oraciones de ejemplo con  dejarse caer