Allí no había nadie que me pudiera dar un buen consejo; me parecía que la vida del negrero era una gran cosa, y marchaba por el camino torcido a la ruina.

Antes de ser negrero, el Viejo, según decían, había hecho naufragar varios barcos asegurados, llegando hasta exponer su vida.

El capitán era un bárbaro, como todo capitán negrero de esa época.

Era el único que tenía la moral de un negrero o de un pirata.

Don José había trabajado en casi todos los puntos de España y de sus Indias después, encontrando pequeña su patria para su gloria, había ido a otros países, hasta que, viéndose perseguido, tuvo que meterse en el barco negrero, cosa que le repugnaba profundamente por sus sentimientos de humanidad.

No era el capitán de los que consideran que para cumplir como un buen negrero hay que maltratar al ganado humano.

Tú bien conoces a la de Negrero... aquella tan guapa que lleva abrigo de terciopelo y capota de tul blanco....

¡Toma! ¿Pues no sabe Vd. que los perros de los ingleses nos acaban de apresar un bergantín bajo los fuegos del torreón del Mariel, como quien dice en nuestras barbas, so pretexto de que era un buque negrero, procedente de Guinea?

carabela: nombre que daban los esclavos a sus compañeros o camaradas que habían venido de África en el mismo barco negrero, fueran hombres o mujeres.

Nicolás llegó con otros muchos al ingenio T... del señor A... cuando apenas contaba doce años, procedente y natural de Arará, en donde habia sido cautivado y vendido despues á un buque negrero, que allá por los años de 184... hacia el comercio de ébano en la costa de Africa.

Yurrumendi había formado parte de la tripulación de un barco negrero; navegado en buques franceses, armados en corso; vivido en prisión por sospechoso de piratería.

Esta canciónsolía decirla cantaba Gastibeltza, un piloto paisano nuestro, de un barco negrero en donde yo estuve de grumete.

Su final lo desconocía, pero era indudable que mi tío, después de andar en algún barco negrero o pirata, había sido preso.

El barco en donde estaba era un barco negrero.

Allí no había nadie que me pudiera dar un buen consejo; me parecía que la vida del negrero era una gran cosa, y marchaba por el camino torcido a la ruina.

Antes de ser negrero, el Viejo, según decían, había hecho naufragar varios barcos asegurados, llegando hasta exponer su vida.

El capitán era un bárbaro, como todo capitán negrero de esa época.

Era el único que tenía la moral de un negrero o de un pirata.

Don José había trabajado en casi todos los puntos de España y de sus Indias después, encontrando pequeña su patria para su gloria, había ido a otros países, hasta que, viéndose perseguido, tuvo que meterse en el barco negrero, cosa que le repugnaba profundamente por sus sentimientos de humanidad.

No era el capitán de los que consideran que para cumplir como un buen negrero hay que maltratar al ganado humano.

El Mediterráneo es Oriente, Eneas y Palinuro, la leyenda del vellocino y el gorro colorado; el Atlántico es el caos, los vascos pescadores de ballenas, los wikings, los normandos conquistadores, y, al mismo tiempo, la Atlántida y el Jardín de las Hespérides; el Atlántico es la alta piratería, los grandes naufragios, el bergantín negrero, el marino con un anillo en la oreja y una cacatúa en el hombro.

Sin dinero seré plebeya, aunque descienda del Cid, y con dinero pasaré por la hidalguía personificada, aunque sea hija de un contrabandista, de un lacayo, de un negrero, de un usurero ó de un bandido.

En mayor o menor número y con más frecuencia o menos frecuencia, continuaron concediéndose los privilegios de introducción o asiento, hasta que al fin quedó prohibido el tráfico negrero en el Congreso de Viena (1.º noviembre 1814 al 9 julio 1815).

Comprendía que una mujer, en momentos de alucinación, faltase á sus deberes por un hombre como yo, de buena figura (movimiento de gratitud en mí); pero no comprendía que hubiera mujer capaz de echarse á pechos (textual) el carcamal asqueroso del marqués de Fúcar, sólo por estar forrado de oro; un adefesio que había sido negrero en Cuba y contrabandista por alto en España, y que, por añadidura, se teñía la barba.

Comprendía que una mujer, en momentos de alucinación, faltase á sus deberes por un hombre como yo, de buena figura (movimiento de gratitud en mí); pero no comprendía que hubiera mujer capaz de echarse á pechos (textual) el carcamal asqueroso del marqués de Fúcar, sólo por estar forrado de oro; un adefesio que había sido negrero en Cuba y contrabandista por alto en España, y que, por añadidura, se teñía la barba.