29 Adjetivos para describir polvorientas

A la luz de un farolillo colocado junto al pesebre, los trajes azul y rosa de las niñas, sus sombreritos de flores, las joyas relumbrantes de la mamá, causaban el efecto de una aparición sobrenatural, que contrastaba con las paredes sucias, el techo empavesado de polvorientas telarañas, los montones de estiércol y el olor punzante y molesto de cuadra sucia.

Después volvíamos a empuñar los palitroques, y otra vez a las marchas bélicas: ¡españoles valientes, a vencer o a morir! ¡Qué dulces momentos! ¡Qué íntima y pura felicidad! ¡Qué obscuridad tan luminosa! Si echo una mirada al curso de mi vida, no encuentro en toda ella un minuto de dicha más perfecta que la que experimentaba en aquel polvoriento almacén con las ventanas cerradas.

Por fin, en polvoriento arcón halló doña Brígida un mamotreto perteneciente a un exclaustrado que moró en la misma casa allá por el año 40.

Y como quiera que la tienda era grande y la lámpara tenía pantalla, su luz blanca y crecida, en forma de mariposa, no conseguía traspasar los polvorientos cristales de los armarios.

¡Lo que él había jugado en el polvoriento despacho con los dependientes encaramados en sus altos asientos!

¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá?

Dirigiéronse al negro boquerón, y Quevedo se encontró en lo alto de unas polvorientas escaleras de piedra, y tan estrecho el caracol, que apenas cabía por él una persona; aquella escalera estaba abierta, sin duda, en el grueso muro.

Aquí hay una escaleradijo el bufón, y no hubiera querido traeros por estos polvorientos escondrijos, pero vos habéis deseado conocerla... asíos á las faldas de mi ropilla.

Después de un calvario de indagaciones, llega ante el umbral del Torquemada; llama a la puerta; acércase un escribano polvoriento; el paciente muestra su citación; es introducido en este despacho.

Las sombras iban invadiendo el interior polvoriento y ahogado de la pequeña habitación en donde se terminaba aquella larga serie de evocaciones de las cuales más de una había sido dolorosa.

En otro tiempo, las tribus errantes en las mesetas de Persia veían surgir siempre al anochecer una montaña entre las polvorientas llanuras: era el monte Telesmo, el divino «Talismán» que seguía á sus adoradores en sus peregrinaciones por el mundo.

En Andalucía no había visto sino el cielo implacable, los campos polvorientos llenos de chumberas, las danzas bárbaras de espasmos y gestos desgarrados en desesperaciones de agonía y los crímenes pasionales.

Las lámparas de aceite, repartidas a distancias y alturas desiguales, brillaban con claridad verdosa; y sobre la alta cornisa, de donde arrancaba la bóveda, había una línea de ventanas cegadas con cortinas en que los rayos del sol se detenían, iluminando los bordes de la tela y resbalando luego, amortiguados y débiles, por las molduras polvorientas.

Crujían durante la noche, con chasquidos alarmantes, las maderas de los muebles, las tablas ocupadas por los libros del devoto, sobre cuyos lomos polvorientos movíanse las polillas.

Iban llegando los otros carruajes, con ruidoso cascabeleo y polvoriento patear de las bestias en la cuesta de Marchamalo.

En aquel local, donde la luz se filtraba con trabajo al través de unos cristales polvorientos resguardados por toscos barrotes de hierro, donde el olor de las pieles curtidas llegaba a producir náuseas, el viejo Calderón había ido amontonando con mecánica regularidad duro sobre duro, onza sobre onza, hasta formar algunas pilas de millón.

Los inclinados techos de teja mezclan ocre a sus rojos polvorientos.

Hablábase con misterio e interés de las preciosidades que amontonaba en sus polvorientos salones.

Despierta dijole "La Loba" a Nanni, que dormía en la cuneta, junto al seto polvoriento, con la cabeza entre los brazos .

En aquellas ruinas de palacios, de pirámides y de templos gigantes, donde crecen polvorientos sicomoros y anidan verdes reptiles, he visto por vez primera una singular mujer, á quien sus criados indios, casi estoy por decir sus siervos, llamaban dulcemente la Niña Chole.

El cutis amarillo, con tonos verdosos en las sombras, se resquebrajaba en polvorientos surcos.

Colgado a la ventanilla, contemplé embebecido la cabalgata interminable de aldeas grises, de chopos raquíticos, palos del telégrafo, trajinantes polvorientos y amarillos rastrojos.

Una muralla gris alzábase entre ella y el buque, y parecía avanzar con lentitud, devorando el verde polvoriento de las aguas.

Volaban; los grises poblados, las casuchas aisladas que, como arenas de sal, granean los desiertos de Castilla, las áridas llanuras, los chaparrales y robledos de polvoriento verdor, los trigales frondosos salpicados de gotas de sangre viva por las amapolas, desaparecían apenas entrevistos, mientras el aire torrencial se metía en los pulmones, sofocaba á fuerza de impetuosidad.

Nadie siguió a los polvorientos viajeros, nadie les dirigió una sola palabra, pero todos clavaron en ellos los ojos.

29 Adjetivos para describir  polvorientas