72 colocaciones para ansia

Veces infinitas se asomó al postigo de la ventana, creyendo la cuitada que así apresuraría la venida del objeto de sus ansias; y otras tantas se dejó caer, desfallecida de alma y cuerpo, en el columpio arrimado a la testera opuesta.

Por esta idea la frialdad se trocaba en fuego, el desdén en ansias cariñosas...

Sus manos, unas manos frías, húmedas, de largos dedos, curvos, huesudos, que tenían cierta semejanza con las garras de un ave de rapiña, la palpaban febriles, estrujaban sus pobres carnes, maceradas por el amor, la pellizcaban cruelmente; la boca mordía su cuello, sus senos, sus labios, con ansia furiosa.

Ella, en cambio, le recibía cada vez más apasionada, más deseosa, más enferma de ansia, como si toda su alma presintiera el alejamiento y quisiese adherirse al objeto de su amor, con la crispación de una mano sobre precioso cristal que se escurre.

Está bienreplicó Monipodio; pero querría yo que también le tuviésedes para sufrir, si fuese menester, media docena de ansias sin desplegar los labios y sin decir "esta boca es mía".

La pasión, que primero había estado detrás de la cortina, presentóse después con su tea incendiaria, su cáliz divino, su dogal de ansias perpetuas que producen una estrangulación deliciosa, por lo que el marido estuvo durante algún tiempo olvidado de sus planes pedagógicos, aunque su razón en los momentos lúcidos le hacía comprender la urgente necesidad de ponerles en uso y de realizar en la práctica el mejor de los sistemas.

A veces, espiando el momento supremo del ansia, cuando las fuertes pupilas del mancebo tomaban un tinte nebuloso, a la manera de las charcas en la tempestad, la morisca, desprendiéndose de sus brazos, le preguntaba: ¿Dasme también toda el alma?

Llegó el mozo con el servicio, y Manuel se arrojó sobre una de las tostadas con ansia.

Era á veces el motivo de sus ansias una delicada pieza de Wedgwood ó una credencia de ébano y marfil.

»Si usted, querida Antoñita, hubiese estado entre nosotros, habría disfrutado del hermoso espectáculo de la juventud que vuelve a la vida con nuevos alientos, con ansias de amor y de dicha.

Este inspirado vate, cuyos versos no hablan más que de cándidas palomas, de iris de paz, de la familia cristiana, de la cumbre del Sinaí ó de Siná, de las vírgenes del Señor, de ansias pías, de azul empíreo, del querub tartáreo, de arroyos parleros, y de la... alma virtud; este egregio poeta cristiano tiene por Beatrice á tu adorada suegra...

¡La misma sonrisa de allá; la misma expresión de ansias bien satisfechas, en los ojos; el mismo andar que cuando iba hacia la roca blanquecina medio envuelta entre carrascas, hiedras y escaramujos!

Jacobo, con voz ahogada y gesto de medrosa ansia, dijo entonces: El otro... el rojo... ¿Dónde está?...

" * * * * * Y creyendo que á punto la ternura Iba á estallar, consuelo de sus ansias, Mandó acercar con imperioso acento Al medio del salon la hermosa estatua.

La rosa y el clavel la ofrecerán su perfume despertador de ansias secretas.

Mortificaron con las disciplinas y los cilicios la carne mortal y opusieron, orando, las divinas ansias celestes al furor sexual.

Finalmente, Bartolomé Diaz, con harto dolor de su corazon por el ansia que tenia de pasar adelante, por sosegar las murmuraciones y clamores de la gente, determinó de dar la vuelta, y, haciéndose hácia la tierra, vieron luego asomar aquel grande y monstruoso y celebratísimo cabo Hesperionceras, que tantas centenas de años habia que estaba encubierto (puesto que, como digimos en el cap.

Pidióme la doncella un rosario en que iba rezando, díselo, y en pudiendo hablarla, le dije para qué era el rosario, y que si verdaderamente entregaba su voluntad á la Vírgen, le abriria camino ancho y fácil para llegar á tanto bien como recibir la gracia del santo bautismo, que la doncella con grandes ansias deseaba, y que le habia yo de pedir cuenta de aquel rosario, que le guardase muy bien, y le rezase cada dia; y así lo prometió hacer.

¡Morirá usted, don Miguel, morirá usted, y morirán todos los que me piensen! ¡A morir, pues! Este supremo esfuerzo de pasión de vida, de ansia de inmortalidad, le dejó extenuado al pobre Augusto.

Atamos el ayer al mañana con eslabones de ansia, y no es el ahora, en rigor, otra cosa que el esfuerzo del antes por hacerse después; no es el presente, sino el empeño del pasado por hacerse porvenir.

Estas Oes son expresion del ansia con que esperaban los profetas la venida del Mesias, y á ellas corresponden las puestas en boca de la Vírgen, cuando para expresar los sentimientos que la mueven, y los deseos que la animan, exclama: O cuando llegará el dia,... O cuando llegará el feliz momento en que veré con estos ojos y sostendré en estos brazos al Hijo de Dios... etc.

, Y sobre muchos otros le engrandeces, Muevate á compasion mi amargo duelo, Y pues al afligido favoreces, Favoreceme á en ansia tamaña, Que soy la sola desdichada España.

El gobernador, con el ansia de amontonar riquezas y contrariado por los obstáculos, mostrábase huraño, atribuyendo la falta de éxito a la pereza de los individuos de la colonia.

Madama de Mélusine ha consagrado á esto su tiempo y fortuna; no la guía interés alguno, excepto el ansia, tan parisiense, de dar pasto á su emotividad, de buscar aliciente para la vida.

Luisa pasaba las horas devorada por ansias y sobresaltos sin fin, espiando á su marido, siguiéndole y contándole los pasos de noche.

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