1409 oraciones de ejemplo con docena

Pilar se moría por reunirse a la docena de compatriotas de distinción que revoloteaban en el efímero torbellino de los placeres termales.

En la presa bogaban con pachorra hasta media docena de patos, e infinitos gorriones revolaban en el alero irregular del tejado, mientras en el obscuro agujero de una de las desiguales ventanas florecía un tiesto de petunias.

Mas si esperaba el duque algún fruto de acechar así por los cristales, cayole la pascua en viernes, porque la sueca, después de haber tocado con gran sosiego y maestría hasta media docena de mazurcas, se levantó con no menor majestad de la desplegada al entrar, y sin volver el rostro, tomó hacia la puerta.

Pues se bajaba, y le alzaba los pies y se los apoyaba en un taburete... así, así, y le ponía detrás de la cabeza hasta una docena de almohadas, almohadones y almohadillas, de distintos tamaños y hechuras, todo para acomodarlas a la respiración de la pobre señora....

En la que menos hay 30 indios, que con sus mujeres, muchachos y muchachas regularmente pasan de 70 personas, aunque no tengan que cuidar arriba de 20.000 animales de todas especies, cuando entre españoles con una docena de peones estaría bien servida una estancia semejante.

Para entretener sus impaciencias, paseaba arriba y abajo en la faja de sombra que proyectaba la mole, observado de una media docena de muchachuelos y otros tantos menestrales que andaban por allí matando el rato.

Las primeras consecuencias de este bloqueo fueron en ella, como era fácil de presumirse, la reducción de la tertulia a media docena escasa de valientes, entre ellos Pito Salces, a quien no atajaban en los impulsos de la querencia que le atraía, ni los más fieros vendavales, y (lo que fue para harto más desagradable y no esperado tan pronto) una crisis de mal género en el estado de mi tío.

Sobre la balda y debajo de ella había como una docena de legajos, arranciados los más de ellos y atados con bramante deshilado y medio destorcido.

, porque hubieran sido demasiados, sino los que se escogieron por más a propósito por su robustez y por su experiencia: cosa de una docena de ellos en junto.

Toda la vida de París se concentraba en media docena de ríos humanos que iban á desembocar en las estaciones.

Los primeros choques en Bélgica y en el Este, media docena de batallas, habían bastado para producir estas ruinas físicas, en las que aparecía la belleza varonil con los más horribles ultrajes...

Y René Lacour se quedó para siempre en la casa de la avenida Víctor Hugo después de la ceremonia nupcial, presenciada por una docena de personas.

Antes que éste se terminase, comenzaron a salir por las trampas del escenario hasta una docena de diablos con sendas y enormes pelucas de estopa, el rabo de etiqueta, y teas encendidas en las manos.

Sentíase ofendida por la falta de gusto de los oyentes: sólo la habían hecho repetir su canto dos veces, cuando ella traía ensayadas una docena de romanzas.

Diríase que existe un armazón de madera, en lugar de un rollo de carne y huesos, debajo de aquella docena de sayas y de aquellos pañuelos estiradísimos.....

III Cuando la docena de perros, bien contada, que tenía el cortijo de Matanzuela, galgos, mastines y podencos, olfateaban a medio día el regreso del aperador, saludaban con fieros aullidos y tirones de cadena el trote de la jaca, y avisado por estas señales el tío Antonio, conocido por el apodo de Zarandilla, asomábase al portalón para recibir a Rafael.

La sala, sin embargo, resplandecía como un ascua de oro, porque estaba iluminada con tres magníficos velones de Lucena de a cuatro mecheros cada uno y con algunas velas de cera que ardían en los candeleros de media docena de hermosas cornucopias, colgadas en las paredes sobre el rojo damasco que las tapizaba.

Esto tenia en movimiento á todos los habitantes del corral; y las vecinas, andaban en retruécanos y agudezas de casa de vecindad, y los chiquillos miraban embobados á un hombre, que con trage de botarga, dirigia la construccion de aquel teatro informe, muestra de la infancia del arte, compuesto de una docena de malas tablas, de algunos tapices viejos, de una cortina descolorida, y abierta enteramente á la intemperie.

Suceso fué este que no llegó a preocupar a media docena de parisienses, ni mereció de los periódicos otra cosa que una noticia de dos lineas.

Juanito sacó de su bolsillo una pequeña carta, obra maestra de su ingenio, para la cual había hecho veinte borradores distintos y roto una docena de pliegos satinados por descuidos caligráficos más o menos importantes.

El hermano de Caracas había sido hasta su muerte uno de los hombres más trapisondistas del pueblo; algunos aseguraban que había dejado más de media docena de viudas en diferentes puntos de España y de América, y una porción de herencias fabulosas en su testamento, herencias que no existían más que en su acalorada imaginación.

Quizás simpatice con usted, y en tal caso le será de mucha utilidad, porque en todo sabe poner mano, si quiere, y conoce no dos, sino media docena de idiomas.

Esos pueblos son casi todos muy pequeños; algunos no tienen arriba de una docena de casas, o más bien chozas miserables.

A cada lado de la puerta, por la parte de afuera, tendidos en el suelo o apoyados indolentemente contra las paredes, había media docena de hombres de aspecto bastante raro.

La popularidad de esta señora y la afluencia de gente á sus salones están muy justificadas... Primeramente, en ellos no falta nunca media docena de señoritas de primer empuje, bonitas... como casi todas las mujeres, bien educadas, aunque en París; que cantan, tocan el piano, bailan, etc., etc.

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