Qué preposición usar con giro
Además, en esos sitios no se deja en paz á la nieve como lejos de las habitaciones humanas: el viento, girando en torno de las casas, ha levantado á un lado montones de nieve y la ha barrido al lado contrario.
En aquel instante las pesadas hojas de la puerta giraron sobre sus goznes y apareció en su dintel un religioso.
La procesión de las ánimas le rodea, y un aire frío, aliento de sepultura, le arrastra en el giro de los blancos fantasmas que marchan al son de cadenas y salmodian en latín.
La noche había cerrado sombría y amenazadora; el cielo estaba cubierto de nubes de color de plomo; el aire, que zumbaba encarcelado en las estrechas y retorcidas calles, agitaba la moribunda luz del farolillo de los retablos, ó hacia girar con un chirrido agudo las veletas de hierro de las torres.
Y lás mariposas blancas y las libélulas azules, que giran por el aire en extraños círculos, se paraban un momento en nuestros dentellados bordes á contarse los secretos de ese misterioso amor que dura un instante y les consume la vida.
Cada canton tiene sus carreteras y trenes propios de diligencias, que giran de frontera á frontera ó combinadas por tratados.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino.
Un día contemplaba en viejo campanario la ligera veleta de su eterno girar, y pensé que es veleta el hombre en su calvario que gira sin descanso en constante penar.
El siglo XVIII tal vez no fué crítico, burlón, sensualista y descreído porque tuvo á Voltaire, á Kant y á los enciclopedistas, sino porque fué crítico, burlón, sensualista y descreído tuvo á dichos pensadores, quienes formularon en términos precisos lo que estaba vago y difuso en el ambiente: el giro del pensamiento humano en aquel período de su civilización progresiva.
¿Qué es el círculo? es otra construccion intelectual, el espacio encerrado por la circunferencia, formada á su vez por el extremo de una línea que gira al rededor de un punto.
Como alígeras flores de oro y zafiro llevadas por el hálito de auras sutiles, los insectos se esparcen con manso giro a libar la ambrosía de los pensiles.
Después de este giro en transposición, que es, naturalmente, grave y solemne, el dominico cobró bastante serenidad y aplomo.
Apretaba el Tuerto contra su pecho corto y ancho trabuco, y, después de girar hacia todas partes el único lucero de su fea cara, de aguzar el oído, de olfatear, por decirlo así, el aire, arrimóse al murallón, medio arrodillándose tras de un seto de zarzas y brezo que lo guarnecía.
Todo lo puede quien al mar sombrío Olas y peces dio, luz á los cielos, Fuego al sol, giro al aire, al norte hielos, Vida á las plantas, movimiento al río.
Su marido se levantó, como si obedeciese una orden, y los dos se alejaron girando entre las otras parejas.
la presente para manifestarles que estando muy á corto (short) de fondos nos hemos visto precisados (we have been obliged) á girar á su cargo (on you) por el saldo de nuestra factura de Planchas de Hierro y Herramientas.
inmediatamente viró de bordo, y giró para ella; por lo que al instante lo perdió de vista la fragata francesa.
sotrozo: pasador de hierro que atravesaba un eje del carruaje para contener o impedir que se saliera la rueda que giraba del mismo.
Un picador de su cuadrilla, el llamado Potaje, fue derribado del caballo, quedando al descubierto junto a los cuernos, y el maestro, agarrado a la cola de la fiera, tiró con hercúlea fuerza, obligándola a girar hasta que el jinete quedó a salvo.
Las proyecciones sicológicas del delirio, por decirlo así, se erigieron y giraron desde la primera noche alrededor de un solo asunto, uno solo, pero que absorbe su vida entera.
No tuvo tiempo de más cavilaciones, porque giró ante él la hoja enorme pintada de rojo, bajo el dintel labrado, y la propia Carmencita se apareció a sus ojos, siempre dulce y grave.
Hícele luego mil preguntas, di vueltas y giros sobre el mismo tema para provocar su locuacidad; nombré a innumerables personas, pero no me fue posible sacarle una palabra más.
Y á cada momento miraba al poeta con menos osadía, con el vago recelo de que aquel hombre fuése más que un ruiseñor, acaso un ave altiva con garras temibles, como los azores que rasgaban el espacio sobre aquellas montañas altaneras, encumbrando la gloria de sus giros hasta el celaje remoto.
Rechazado por su padre, desoído por el usurero, entró en el escritorio, dispuesto a sacar de la caja los cincuenta mil pesos que necesitaba, si los había, o a girar contra la casa, si no los había.
En efecto, desnudos completamente, cual salvajes del África, zambullían, giraban bajo del agua, y luego procuraban hacerse daño, descargándose tremendos golpes con las piernas, al modo como dicen que hace el cocodrilo cuando ataca la presa.