99 oraciones de ejemplo con guedejas

Mira aquel preciado de lindo, o aquel lindo de los más preciados, cómo duerme con bigotera torcidas de papel en las guedejas y el copete, sebillo en las manos[140], y guantes descabezados, y tanta pasa en el rostro, que pueden hacer colación en él toda la cuaresma que viene.

Y a las personas que traxeren copete o guedejas y rizos en la forma dicha no se les entrada en la Real presencia de su Magestad, ni en los Consejos, y los porteros se lo prohiban, y los Ministros no les puedan dar audiencia, ni oygan sobre sus pretensiones, reseruando a los señores del Consejo poder hazer la demostracion y castigo que conuenga....

Ya del rubicundo Febo las relumbrantes guedejas sus destellos apagaron tras de las peladas selvas.

Un músico joven, afeitado y con largas guedejas, que pretendía imitar la fealdad «genial» de algunos compositores célebres, se sentó al piano é hizo correr sus dedos sobre las teclas.

Aquellas admirables guedejas sueltas la asemejaban a esas imágenes del dolor que acompañan a los epitafios.

Parecía la aurora de las doradas guedejas; pero Frígilis, mal humorado, se encaró con la aurora.

Era una procesión de aquelarre, una cáfila de infierno, y hasta la luz matinal se tornaba siniestra al alumbrar de lleno las palideces patibularias, las femeninas guedejas lodosas de sudores febriles y polvo subterráneo, las atroces pupilas que parecían conservar aún la expresión de terror y de súplica que tomaron en el tormento.

No tenía ella, sin duda por bastante elocuentes las espesas guedejas, olorosas aún, entre cuya maraña creyérase escondida parte del alma de la pobre niña.

Alejandro me alzó en alto para que pudiera ver bien, pero apenas tuve tiempo de columbrar un elástico cubriendo una larga y abundante melena de guedejas indolentes que caían sobre una frente espaciosa y unos ojos color plomo; todo esto sostenido sobre un cuerpo que Doré no habría desdeñado para bosquejar un Lafayette en lontananza.

Doy la vuelta para mirar al trovador y me veo con largas guedejas, muy adormecido y tristón con el laúd en la mano, á Pepito Paniagua, el novio de mi prima, estudiante de segundo año de farmacia, que pasa la vida en el portal de enfrente.

El galante Íchabod dedicó por lo menos media hora más de lo ordinario a su tocador, acepillando y puliendo su mejor y a decir verdad único vestido negro desteñido, y arreglando sus guedejas con ayuda de un trozo de espejo colgado en una de las paredes de la escuela.

Alzó los brazos para desprenderse las horquillas, y sobre sus hombros gentiles, cayeron lánguidas, unas guedejas de pelo dorado, fino y débil, en melena corta, como la de una niña.

Las guedejas negras cayeron sobre sus hombros, que no podían compararse propiamente al frío mármol, sino á la más hermosa carne humana, pues también hay carne de Paros; á eso que el misticismo llama barro y ha servido al divino Artífice para tallar ciertas estatuas mortales que parece no necesitan de un alma para tener vida y hermosura.

Los graciosos hoyuelos que hacía Mona junto á su boquita cuando se reía, darían envidia á los ángeles; á Tachana se le caían sobre la frente las guedejas negras, obligándola á levantar las manos constantemente para apartarlas.

Después se fijó en que entre aquellos melenudos también había pintores, y un cierto Petrus Borel, universalmente famoso por sus luengas guedejas y su velida barba, no había marcado la menor huella en el arte.

Aquel niño de fabla casi visigótica y ojos de cabra triscadora, con su sayo de estameña y sus guedejas trasquiladas sobre la frente por tonsura casi monacal, parece el hijo de un antiguo siervo de la gleba.

De debajo de un retruécano de fieltro, que llamaremos sombrero, desgobernado y caido por todas partes, se descuelgan, danzantes y haciendo columpio, guedejas de blancos cabellos.

Era un hombre fornido, de luenga barba, que llevaba arrollado á sus guedejas grises un nervio de toro para suplir el que servía de cuerda al arco.

Ordenáronles seriamente que nunca más peinasen pelo rubio y menos hacia la boca y los labios, color profano y malvisto en adelante, vedándoles todo género de bozo y de guedejas rizadas, para escusar las risadas de los cuerdos.

Sueltos van los cabellos; en guedejas por el busto de mármol se derraman como velo de angustias, o sombría melena de león.

Pajes de rubias guedejas conducian en azafates de oro túnicas espléndidas y joyas de inestimable valor.

5 Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza, hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento al SEÑOR, santo será; dejará crecer las guedejas del cabello de su cabeza.

El entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela.

19 Y [ella] hizo que él se durmiese sobre sus rodillas; y llamado [un] hombre, le rapó [las] siete guedejas de su cabeza, y comenzó a afligirlo, y su fuerza se apartó de él.

2 Toma el molino, y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

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