78 Adverbios para describir cómo sonreír

Robledo sonrió tristemente.

El profesor sonrió levemente.

La duquesa sonrió dulcemente.

Luego sonrió irónicamente, como su maestro.

Stein sonrió amargamente.

Clementina sonrió ligeramente.

Como si adivinase Alicia estos pensamientos, sonrió graciosamente.

Castro, en vez de acudir a la defensa, contentóse con sonreír discretamente y exclamar con negligencia: ¡No sabéis lo que decís! Aquella sonrisa, aquel tono superior y desdeñoso, querían sin duda significar que era ridículo hablar de las interioridades de Clementina en presencia de él.

El sonrió estúpidamente.

Y mientras se saca del vagón y se carga el equipaje del inspector general contempla a su camarada y amablemente sonríe.

Otro rayo de sol entreabría las nubes, y los santos, en sus hornacinas, parecían sonreír benévolamente al grupo del banquillo.

Castro, que hacía días estaba un poco despechado por la frialdad de su dueño, sonrió forzadamente frunciendo en seguida el entrecejo.

Pero aquel sonrió desdeñosamente y dijo: Amigo, veo que me juzga usted mal.

Se sonrió sarcásticamente y me miró con fijeza breves momentos.

Nuevamente sonríe a mi madre la dicha, y sólo satisfacción y contento rebosan sus escritos.

Saludó Elena con una sonrisa, y él sonrió igualmente.

Al conocer la cifra hizo un gesto plañidero; pero sonrió á continuación, como si este compañerismo en la desgracia le hiciese más llevaderas sus propias pérdidas.

Elena fué la primera en darse cuenta de sus evoluciones, y sonrió malignamente.

Detrás del humorista hay un espíritu piadoso que sonríe melancólicamente al contemplar las deficiencias y contradicciones de la naturaleza humana.

Pero el Padre de los Maestros sonrió modestamente al oir mencionar la empresa más gloriosa de su existencia, y dijo á Flimnap: Tiempo le quedará, profesor, para dedicarse á ese trabajo patriótico.

Aquí llegaba de su relato el supuesto Nizam, cuando sir Evandale le interrumpió diciéndole: Pero, ¿qué interés teníais en pasar por muerto? El fingido Indio se sonrió misteriosamente.

Ella sonrió alegremente; su risa valía una afirmación.

Ojeda, al oír esto, sonrió imperceptiblemente.

Y contemplándonos con las bondades sin rubor en los ojos, ambos tuvimos que sonreír infantilmente á la amargura de un pensamiento mutuamente adivinado sin decirlo: el de que nos creerían «dos tontos», si nos oyesen, los demás; no comprenderían que nos reuniésemos en las matinales citas sin cita para no decirnos nada ó decirnos estas cosas.

La joven corrió hacia la puertecilla del parque y antes de atravesar sus umbrales se volvió hacia Delaberge y le sonrió gentilmente.

78 Adverbios para describir cómo  sonreír