Qué preposición usar con pueda
El otro bigardo posa familiarmente una mano sobre aquella cabeza de moro negro, que saca la lengua de sierpe al ser aplastada por las angélicas plantas, y sonríe con la malicia del tonsurado que sabe cómo todas las astucias del rebelde son juegos ante el poder de los exorcismos.
Esta mañana hemos extraído de los archivos de la Universidad Central una estadística de todos los depósitos que existen en las otras universidades y se hallan en poder del gobierno.
posible enviar eso hagalo si puede en el mismo dia que reciba esta carta por que el apuro es de momento.
EL MARINERO Pues el hijo le gana ... ¡Abelardo! UNA VOZ EN LAS TINIEBLAS ¿Quién va? EL MARINERO Sube para darle una mano al Señor Don Juan Manuel... Yo mal puedo con el farol.
Hallábase de corregidor en la provincia de Tinta un tal Arriaga, hombre ávido é inhumano, que abusaba del poder para saciar su inextinguible sed de riquezas.
Pero, por mas diligencias que practicó, no pudo por entonces descubrir, ni la situacion, ni el paradero de los indios rebeldes, y resolvió pasar la noche en las llanuras de Surpo, en cuyo campamento logró se lo declarase una espia, despues de haberle mandado castigar con algunos azotes, el que confesó se hallaban situados en la cima de la montaña, llamada Catacora.
Si como tú dices, tu esencia es semejante á la nuestra, te hemos respondido, diciendo que lo que los hombres llaman la muerte no tiene ningun poder sobre nosotros.
Pudiendo al hombre ser útil persuadir á los demas lo que él entiende en las cosas, qualesquiera que estas sean, la Retórica, cuyo oficio es persuadir, es acomodable á todas las Ciencias, porque en todas se puede ofrecer la persuasion.
El otro encargo es que protejas en lo que puedas a mi hija, que va a quedar desamparada.
Durmió el que pudo hasta la mañana, la cual venida, se levantaron los dos, entrambos con deseo de ver a Costanza.
Pagó presto su atrevimiento y locura; porque salieron los nuestros sin aguardar órden, ni esperar los Capitanes: tanto les ofendia la osadía de este Bárbaro, y dieron con tanta presteza sobre él y los suyos, que aunque luego quiso retirarse, no pudo sin mucho daño, porque se halló tan empeñado que hubo de pelear para huir.
Segura estáis, y con razón, de que nada puedo contra vos.
Pero esperen en la ciudad de Jerusalén hasta que estén revestidos de poder desde lo alto.
«Si el gobierno en España lo reglamenta todo (hasta la prostitucion), ¿por qué no aplicar su poder á abolir en lo posible lo que hay de salvaje en las costumbres, ó hacer siquiera ménos frecuentes los espectáculos?»
Desechadas estas proposiciones, pronto se dejó sentir en el resto de la isla la influencia del hombre temido que arrancó de Mindanao el poder é influencia de nuestras armas.
Pense yo que no tenia Amor poder entre esclavos
Hay multitud de tontos a quienes no se puede arrancar de la cabeza lo del mejor de los códigos; hay algunos solemnes pillos que por malicia y por tener poder ante la canalla, gritarán, si les dejan, constitución o muerte; hay el grupo de los anilleros o de los sabios, que reniegan de todo si no les dan las dos Cámaras con Carta, a la francesa, y aun creo que alguien quiere que haya tres Cámaras, por no parecerle bastante dos.
Comprendo que usted, por la vida mala que ha llevado y por no haber tenido a su lado buenos ejemplos, no podrá durante algún tiempo meter en cintura a la loca de la casa; pero aquí estamos para enseñarla.
La apetitosa Honorina, vista por Chermidy, rudo lobo de mar, fue la preferida por su candor, y aquella oveja recalcitrante pasó a su poder bajo las barbas de sus rivales.
Puedo en vez de entregaros la persona de Aben-Humeya avisarle; Aben Humeya me ama como ama á una mujer todo aquel que no ha logrado de ella favor alguno...
Visita miró como pudo hacia donde había mirado doña Rufina, y contestó sin turbarse: ¡Bah, no me parece! Pero no sería extraño, porque ni tiempo he tenido para mirarme al espejo....
Obra como mejor puedas para guardar á esas mujeres: por lo demás, te anuncio que el dia en que tenga un solo indicio de que has tendido una sola asechanza al rey del desierto, aquel dia eres hombre muerto, Sedeño.
Cisneros le seguia con gran fatiga; al fin en un barranco granítico de altísimas cortaduras que á nada se parecia mas que á una profunda grieta abierta en las rocas, se sentó sobre una piedra exclamando: Señor Godinez, yo no puedo mas: si la jornada es mas larga seguid vos solo; en cuanto á mí suceda lo que quiera, y aunque me esponga á ser cogido por los monfíes aquí me quedo.
En suma, yo me defiendo como puedo de las bromas de mi padre y me limito a ser buen jinete, sin estudiar esas otras artes, tan impropias de los clérigos, aunque mi padre asegura que no pocos clérigos españoles las saben y las ejercen a menudo en España, aun en el día de hoy, a fin de que la fe triunfe y se conserve o restaure la unidad católica.
Los otros que estaban en la cueva se pudrían tras el gigantesco tapón de mineral que los había aislado del mundo.