77 Adverbios para describir cómo detener

El tren se detuvo cerca de la carretera que va a la capital de la provincia.

El ancho llano rayado por los surcos se detenía bruscamente al pie de las rocas y de las pendientes sombreadas por castaños.

Y como estas libertades se las había permitido varias veces, en una de ellas la niña con quien tropezó se detuvo jadeante; y echándose atrás los rizos con ambas manos, exclamó en el tono más desdeñoso que pudo: ¡Qué plaga de moco, hija!... ¡Cómo se agarra! Eso es de familiadijo otra, que se paró a su lado.

Al llegar a la esquina, en la misma red de San Luis, se detuvo vacilante, miró a todas partes, y percibiendo otra vez al rubio mancebo le volvió la espalda con ostensible desprecio y comenzó a descender con más prisa por la calle de la Montera, donde su presencia causó entre los transeuntes la misma emoción.

Al llegar a la plazoleta donde comienza la Rua Mayor del pueblo viejo, Martín se detuvo frente al palacio del duque de Granada, convertido en cárcel, a contemplar una fuente con un león tenante en medio, en cuyas garras sujeta un escudo de Navarra.

Al instante mandó Reding un oficio al General francés dándole cuenta de lo ocurrido, y los enemigos se detuvieron más allá de una ermita que llaman de San Cristóbal, situada a mano izquierda del camino real, yendo de Bailén a Guarromán.

Cuando se convenció de que estaban bastante lejos se detuvo.

En otras circunstancias mejores, acaso me hubiera detenido a considerar lo que más me admiraba y sorprendía en aquel extraño panorama, y hasta qué punto se parecía aquella fantástica realidad a los numerosos «efectos de luna» que yo había visto pintados en lienzos y cartulinas; pero ¡bueno estaba entonces el horno de mi cabeza para pastelillos de aquel arte!

De este modo se trataba de un simple accidente; me había faltado el pie y el rodillo, no pudiendo ser detenido repentinamente, me había aplastado... ¡Qué monstruos! , madre mía.

Inmediatamente detuve mi caballo.

Madame Duval seguía a mi servicio y jamás se había detenido en las orillas del Tajo.

La idea comenzaba ya a gustarle, y únicamente le detenía a dar su consentimiento un importante detalle que se apresuró a exponer.

Así lo hizo; el break pasó y se detuvo nuevamente.

Me he detenido involuntariamente al cruzar un bosque de abetos; me he estremecido sin querer al pasar por un bosque de pinos.

Si se me ponía una pieza a tiro, con una mano me detenía suavemente, con la otra me la señalaba, y con un gesto expresivo o con media palabra me daba a entender que me la cedía.

Lázaro quiso huir; pero el brazo vigoroso de un soldado le detuvo fuertemente.

Tablas, que había dado ya algunos pasos hacia San Millán se detuvo, mientras el guipuzcoano, estrechando con el más vivo afecto la mano de su amigo, lo dijo estas palabras: Mañana... y quien dice mañana dice el mes que viene o el año que viene... estarás conmigo en la Isabelina.

M. de Vitrolles ha sido nombrado en su lugar; se cree que no irá hasta pasado mucho tiempo a ocupar su puesto; esto va a detener indefinidamente a Alfonso en Italia.

Inmediatamente salió el barón de Morel de su tienda y se dirigió al galope hacia el balconcillo regio, ante el cual detuvo súbitamente al fogoso corcel con tal fuerza que lo hizo retroceder y alzarse de manos, á tiempo que el jinete saludaba profundamente.

Abajo, en la inmensa llanura de las fundiciones, surcada por vías férreas y cubierta de polvo de carbón, el médico detuvo á su guía, como si le interesase más hablar con él, que contemplar la riqueza industrial de su primo.

Su imaginación, siempre alerta para los asuntos donde hubiese dinero, vagó, mientras el carruaje le conducía al Hipódromo, al través de los varios negocios en que estaba comprometido; pero se detuvo muy particularmente en el de la mina de Riosa.

Resuenen ya mis enormes y rabiosas querellas, rompiendo el velo del sufrimiento con que hasta hoy forzosamente han sido detenidas.

Precisamente donde la niña se había detenido, el arroyuelo formaba un charco tan liso y tranquilo que reflejaba una imagen perfecta de su cuerpecito, con toda la pintoresca brillantez de su belleza, que realzaba su adorno de flores y hojas, si bien más espiritualizada y delicada que en la realidad.

fue un pequeño acceso de libertad, corto y rápido, que la santa alianza detuvo prontamente con un poco de pólvora de cañón.

Hasta ahora, reflexionando, en general, en las obras dramáticas de Lope, nos hemos detenido principalmente en las propiedades, que, en íntimo enlace con las dotes poéticas, é inseparables de ellas, más bien pertenecen á la inteligencia y á la razón, que al genio verdaderamente creador, y que pueden llegar á perfeccionarse, en virtud de la actividad del entendimiento, de la aplicación y de la práctica constante.

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