¿Qué dices, señora? ¿Qué dices, salvacion mia y bien mio? Tórname á decir eso, explícate más, quizá entendí mal, ó trastroqué las palabras, ó mi poca advertencia causó poco entendimiento, ó mi mucha aficion hizo que el disfavor de aquella princesa que enxerido traes en tu razon, echase á la mejor parte.

«¡Ah!, no señora; dispense usted.

LA SEÑORA JOZIELLE.¡Confieso mi imprudencia...

La señora, al oir estas palabras, se dejó caer mas muerta que viva sobre una silla.

Excelentísima señora duquesa de Bara... Recóndito asombro de esta al verse incluida en el grupo en que por exigencias de Butrón habían de figurar tan sólo mujeres honradas...

¡Oh, cruel señora! que delante tus ojos y en tu acatamiento mi muerte ver quieres, que si con sola la vista hieres, ¿quién se podrá escapar de tus manos?

Ved señora dos botellas de Oporto que la Administracion remite para la enfermeria.

No había duda de que era la propia señora de los pavos, con su boquita plegada, y sus ojos vivarachos.

Too esto señore pueen hablá lo que gusten, pero tú, hijo, no puée... ¿Tamo? Merluza acortado, rectificó como pudo sus brutales palabras.

Son señoras decentes, que pueden moverse con entera libertad, sin miedo á verse confundidas con una clase que no existe, ó caso de existir, excepcionalmente, se ve repelida por la hostilidad del ambiente protestante.

EL ABAD Excelentísima señora doña María de la Concepción Montenegro y Bendaña, Gayoso y Ponte de Andrade.

(Al quedarse sola, con gran energía.) Pues no señora: mi hermana, no.

Y ella le respondió con este otro: ¡Ay, señoras, si se usase Que quien mal marido tiene Que lo dexase! Y así se volvieron cantando y riendo, para alegrar á las señoras, que tristes estaban hasta que vieron á Joan Fernandez sin peligro.

JUANA.¡Pues bien! señora, cualquiera que sea el castigo y la persona encargada de él, todo lo sufriré sin quejarme, y hasta os daré gracias si atendéis á la súplica que voy á dirigiros.

=¡Quién fuera señora...¡= don't I wish I were a lady! 23.

¿Cree usted que puedo indisponerme con don Remigio? No señora: don Remigio es nuestro inmediato jefe espiritual, y le debemos acatamiento y sumisión.

—No señora... son tan pocas las que me dais... —Estás sin embargo inmutada...

Si pensára, cruel señora, que para del todo matarme, el presente favor de tí me venía, ántes la sentencia rigurosa en mí executára,

Vea usted, pues, que el nuevo amor no era para la desgraciada señora un motivo de esperanza, sino de desesperación extrema.

Mientras el mozo arreglaba la silla y ataba a la grupa la manga y el joronguillo, salió mi tía Pepa, y tras ella señora Juana.

¡Con qué seriedad inventas y emites despropósitos! No señora, no señora; no son despropósitos, dijo el Doctor; es muy probable y muy verosímil que sea así.

¿De un alma te desdeñas ser señora, Donde siempre moraste, no pudiendo Della salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

No tuvo el pintor necesidad de reflexionar mucho para decirse a sí propio que, si la elección le hubiese sido permitida, no habría sido seguramente la señora de Montauron la retratada.

A la señora doña María beso siempre las manos muchas veces; aquí tiene una capellana y muchas.

Ésta continuó: Quiero que usté sepa, oído de mi mesma boca, que nunca me dejé tentar de la cubicia, ni me marearon los humos de señorío; que estimo á Andrés por lo que vale, pero no por lo que él pueda valerme á mí; y que si para poner ahora á salvo la buena fama no hubiera otro remedio que el que me diera llevándome á ser señora á su lado, con la honra en pleito me quedara, antes que echarme encima una cruz de tanto peso.