37 colocaciones para regazo

Al ir á entrar en la biblioteca, sin ruido por la alfombra, desde la entreabertura de las cortinas del despacho vi á la tita Bianca sentada en un sofá, leyendo un libro, con una pierna alzada al respaldo de una silla de enfrente, que la desordenaba las ropas hasta el muslo, y al «sobrino» tendido de espaldas y con la cabeza en el regazo de ella... No quise turbarlos, ¿á qué?...

Ella hacía las faenas de la casa, mientras la pobre madre, inmóvil en una silla, con el pequeñuelo en el regazo, lo contemplaba con ojos llorosos.

Cruzadas las manos sobre el regazo, y la cabeza inclinada sobre el pecho, miraba al suelo con ojos atónitos.

Su esposa, una mujer joven, de rostro dulce, estaba con una criatura de pechos en el regazo, entre dos niños y una niña algo mayores; pero ninguno de ellos pasaba de los siete años.

Si lo salta, caerá en el blando regazo de la ley de Cristo, adquirirá para siempre conciencia de misma y proseguirá gloriosamente su camino hacia los altos destinos que la Providencia la tiene reservado.

A su lado, Georgette Lebrune, la lectora, esperaba, el libro caído en el regazo, la orden para proseguir la lectura de La Agonía, de Lombard, aquel libro lleno de magnífica crueldad con que recreábase el espíritu cansado de la millonaria.

Lucía, que caída la labor en el regazo escuchaba con vida y alma, púsola toda en sus ojos para preguntar, mudamente, algo a Sardiola.

El buen católico antes de morir descarga su pecho del peso de las culpas en el regazo del confesor.

Si te hubiese conocido mi madre... Pero ya verás, ya verás cuando duermas en el regazo de Eugenia, bajo su mano tibia y dulce.

Volvióse a sentar con «la espada ensangrentada en el regazo».

Raquel volviendo en , se echó a los piés de su hija, reclinando la frente sobre su regazo i ahogada en llanto.

con ganar con fuerzas de su brazo honra que con razón la llame propia, poniéndose de acero el fuerte lazo, sufriendo mil miserias con inopia, venciendo el torpe frío en el regazo del Sur, y los calores de Etiopia, tragando, aunque corrupto esté, el sustento templado con un arduo sufrimiento.

Caía la noche con languidez amorosa en el regazo florido de la isla, entre el perfume de las rosas de Mayo y las frescas alas de la brisa marinera.

A una media milla de distancia, en el regazo del valle, aparecía ahora un hermoso lago, que reflejaba una perfecta imagen de sus propias orillas, cubiertas de bosques, y de las cimas de las colinas más lejanas.

Al aparecer Fernanda en sociedad, y aun antes, cuando era una zagalita que iba con la criada al colegio, produjo su figura, su elegancia y sobre todo la amenaza de los seis millones que iban a caer, andando el tiempo, en su regazo, una verdadera explosión de entusiasmo.

En una de las escapadas que se dió la niña del regazo materno, pasó tan cerca de , que la retuve para hacerle un cariño.

Venganza moruna Casi todos los que ocupaban aquel vagón de tercera conocían a Marieta, una buena moza vestida de luto, que, con un niño de pechos en el regazo, estaba junto a una ventanilla, rehuyendo las miradas y la conversación de sus vecinas.

Entonces la diabla se convertía en la mujer de la voz de madre, y las lágrimas de voluptuosidad de Bonis dejaban la corriente a otras de enternecimiento anafrodítico; se le llenaba el espíritu de recuerdos de la niñez, de nostalgias del regazo materno.

Y él lloró también, apretándose a su madre, y sin atreverse a volver la cara ni a apartarla de la dulce oscuridad de aquel regazo palpitante, por miedo a encontrarse con los ojos devoradores del Coco.

¡Por vida!...y aquí hizo un mohín de impaciencia de los más hechiceros que yo he visto en mujer, y hasta se dio dos palmaditas sobre el regazo; después, irguiendo la primorosa cabecita y endureciendo un poco la voz y el gesto, añadió: Y en suma y finiquito, ¿qué obligación tengo yo de declararlo, ni qué le importa a usté el saberlo?

esta pasion en el regazo de la inocencia, abandonándose Astarte sin escrúpulo ni rezelo al gusto de ver y de oir á un hombre amado de su esposo y del reyno entero.

Vamos a otra cosa: el príncipe niño, sucesor del reino, por su edad... REINA ¡Hijo del alma! OLIVARES Ya del regazo materno 780 debe separarse.

» Y Rosario, levantándose, cogió al rapaz en el regazo y le dirigió las inquietas interrogaciones maternales.

¡Dulce Federica!... ¡Cómo fué para el joven un blando sedante el recuerdo de tu tibio regazo y de tus cándidos ojos y de los frescos colores de tu cara de niña hecha prematuramente mujer!...

¿Por qué te quedas holgazaneando en tu rincón, perezoso?dijo Mamá Rigby.¡Avanza! ¡Tienes el mundo delante de ti! Palabra, que si no hubiera oído yo mismo esta relación en el regazo de mi abuela y no hubiera quedado completamente establecida entre las cosas verosímiles cuando mi infantil credulidad no podía aún analizar su posibilidad, jamás habría tenido el atrevimiento de referirla ahora.

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