I de De fuera vendrá..., pinta admirablemente, por boca de un alférez, cuán rápidamente crecía la diaria almáciga de embustes en las famosas Gradas: «ALFÉREZ.

» Los contadísimos franceses que viajaban en el buque se veían admirados, como si hubiesen crecido desmesuradamente ante la pública consideración.

Los árboles crecen lentamente, sobre todo en las montañas, pero en los caminos del alud no nacen.

Más lejos, los juncos crecen en apretadas líneas en medio del arroyo sobre un banco que se transformará tarde ó temprano en islote: las ramitas inclinadas vibran por la presión de la corriente en movimientos convulsivos, y cada una de ellas se rodea de olitas, donde la sombra y la luz forman una red que se agita sin cesar.

[Nota 1: Llamado comunmente en Francia palixandre ó palissandre] Entre los productos de las plantas silvestres, aun podemos citar el cacao, que ha llegado á formar en los pueblos interiores bosques considerables, que se estienden cada dia mas y mas, prometiendo recursos inagotables al comercio: sucede otro tanto con la vainilla, que crece naturalmente en las selvas.

La mar crecía rápidamente: después de romper en los Huesos de San Pedro, en el Cobanín y en el Torno, rompió también en otro bajo más separado de la costa.

Allí, de todos lados, el trigo crece libremente en bellas llanuras y el país es como un jardín.

Este amor por la soledad, crecía diariamente en razón directa de mi melancolía.

30 Dexad crecer juntamente lo uno y lo otro hašta la šiega, y àl tiempo de la šiega [yo] dire à los šegadores, Coged primero la zizania, y atalda en manojos para quemar la: mas el trigo allegaldo en mi alholi.

Las noches, más largas que los días, crecerán constantemente, y alcanzarán su máximum de duración en el solsticio de Capricornio (fig. 18), para menguar inmediatamente en sentido inverso, hasta el equinoccio de Aries.

... Y crecía el grupo anarquista libremente, como una mancha de hierba en una calle solitaria... {imagen decorativa} CAPÍTULO VII Un paraíso en un campo santo.

Grande era ya en esta época el poder de Castilla, creciendo considerablemente al par el de los demas reinos de la España cristiana.

Las lilas crecían cerca del arroyo.

Sabía cuánto importaba atraer un alma perdida al seno de la Iglesia; pero cuando esta alma era la de un hereje, un enemigo encarnizado de ella, el acto crecía desmesuradamente a los ojos de Dios.

Ni creo deba temerse que los propietarios se resientan de unas providencias que, bien lejos de perjudicarlos, van á dar á sus haciendas un valor que ahora no tienen, y que crecerá progresivamente en razon de las medidas mismas con que el gobierno esfuerce la aplicacion de los colonos.

La cabeza se le había serenado; la respiración era fácil aunque corta; la debilidad crecía atrozmente en las extremidades.

Hace apenas veinte años que se estableció el primer telar, pero la industria ha crecido notablemente desde entonces, debido a la mejora de la maquinaria y a mayores facilidades en la transportación, todo lo cual ha acercado los campos de cultivo, los telares y los consumidores en más estrechas relaciones; y como el capital invertido en estos negocios rinde buenas ganancias, hay todavía oportunidades de ensanchar la industria.

El odio así incubado y creciendo sordamente cada día, forzosamente debía provocar una catástrofe.

Únicamente su patriotismo agresivo iba creciendo según aumentaba la cantidad de bebida consumida.

En las primeras capas que lamen las aguas, difícilmente crecen algunos raquíticos arbustos sin verdura, frutos ni flores.

Entretanto, iba creciendo la niña, y con ello los sobresaltos de la madre; porque, a mayor inteligencia, correspondían mayores riesgos en aquel semillero de peligros.

Sobre sus tumbas crecieron espontáneamente, como en almacigo, iris blancos y lises rojos.

El expediente es sencillo: el crédulo gaucho, temiendo que, efectivamente, creciese su varita, le había cortado un pedazo.

Hablando contigo en la romería por la tarde, este interés fué creciendo extraordinariamente; y cuando tratamos del caso del huertuco pobre y la rosa colorada, y, sobre todo, cuando vine á continuarle aquí, ya no podía decidir yo si me empujaba el empeño de triunfar en la innoble empresa acometida, ó la curiosidad desinteresada de ver lo que se descubría escarbando en tus pensamientos.

En aquellos quince días que la pintura del retrato duró, la intimidad entre el Duque y la hermosa joven creció extremadamente.