33 Adjetivos para describir vate

Y el inspirado vate

Todas estas circunstancias, que hacían imposible que la pasión del vate sevillano fuese satisfecha, la acrecentaron más y más, haciendo que dominara todos sus sentimientos y fuese el constante martirio de su corazón.

«¡Silencio! ¡Chis, chis!... ¡Que se callen!¡Silencio! ¡Fuera!¡Chis, chis!» En medio de un silencio religioso, el famoso vate de Peñascosa comenzó a leer con voz dramática una Oda a la Religión.

Tal vez, recelando que una cocinera española la envenene, hará venir de tierra extranjera, conformándose con la opinión de un aristocrático vate, a Cierto químico excelente Que estudió y ganó la borla En el Café de París, De cocineros Sorbona.

Cuando tremolen patrios pabellones Anunciando del pueblo la victoria, Entone el vate bélicas canciones Y cante los guerreros y la gloria; Mas si la patria yace en agonía Rompa el canto á la fúnebre elegía.

Y un día que se trató de la prensa en el café sostuvo con D. Dionisio Oliveros, el vate burocrático, una acalorada discusión.

Ha cedido el viento, y desnieva en un cándido susurro de aguas limpias y veloces, como aquella que dijo en la musa de un vate castellano: «Era pura nieve y los soles me hicieron cristal.

Del mismo modo, antes de pasar a otra materia, haremos constar que, si el filósofo más grande de la antigüedad se ocupó de la Atlántida en sus Diálogos, el inspiradísimo vate catalán, Mosén Jacinto Verdaguer (n. en Folgarolas, cerca de Vich, el 1845 y m. en Barcelona el 1902) tomó también la Atlántida como tema de su inmortal epopeya.

Desde el mar, en la negra nave, el mugido de las vacas encerradas en los establos y el balido de las ovejas, y me acordé de las palabras del vate ciego Tiresias el tebano, y de Circe de Eea, la cual me encargó muy mucho que huyese de la isla del Sol, que alegra á los mortales.

Diríase a primera vista que para don Apolo había de ser un compromiso el discurso del Certamen; pero el clásico vate lograba ocultar tan diestramente su ignorancia en casi todas las cuestiones humanas y divinas, que esperábamos que sucediese lo mismo en los Juegos florales de Helenes.

Otro vate consuena jazmín con jardín, lo que es menos explicable.

Espronceda, con su canción delirante ó crapulosa, si así puede decirse, dirigida á Jarifa, es el maestro de nuestros poetas eróticos; pero los discípulos han sobrepujado tanto al vate español, que, si viviera, se avergonzaría de la frialdad de sus versos.

» Que un vate europeo presento la anterior poesía con las galas de su imaginación, y no dudo que resultaría notable.

Aparte la música cautivadora del verso y la pompa y riqueza del lenguaje, lo que más nos seducía en la poesía del vate extremeño, era su espíritu de audaz rebeldía, tan semejante al de Lord Byron, conforme hizo notar con sangrienta ironía el Conde de Toreno.

El infierno imaginado por el vate florentino resultaba un juego de chicuelos.

(cogiendo por los dos brazos á Lucrecia asustada).¡Un beso, una mujer! ¡Por vida mía, señora, que si fuérais reina y yo poeta tendríamos aquí verdaderamente la aventura de Alain Chartier, el vate francés!...

No habrá existido otro más apto para sentir tales fiebres patrióticas que el de este gran vate hispano, en quien el orgullo nacional se presenta en formas casi delirantes.

Desde aquel dia, la Fama fatigada va dando á todos los vientos el nombre del vate inmortal.

Del mismo modo, antes de pasar a otra materia, haremos constar que, si el filósofo más grande de la antigüedad se ocupó de la Atlántida en sus Diálogos, el inspiradísimo vate catalán, Mosén Jacinto Verdaguer (n. en Folgarolas, cerca de Vich, el 1845 y m. en Barcelona el 1902) tomó también la Atlántida como tema de su inmortal epopeya.

Otro vate plenamente logrado es Fernando María Guerrero, "príncipe de los líricos filipinos".

Oid, almas felices, ruegos píos; Y , máximo vate, ¿ se esconde Anquíses, por quien ya los grandes rios Cruzamos del Erebo; dínos, dónde? ¡Ah! ¿qué sitios repuestos y sombríos Nos le ocultan?

Este arranque es realmente de un primitivo, de un vate natural y recio: sus ecos rebotan de los peñascales del Cáucaso, donde retumbaron las voces de Prometeo encadenado.

La escena y la ocasión no podían ser más á propósito para que explicase el origen y las transformaciones del globo terráqueo aquel vate y sabio profundo che il nome Tolse dai favi iblei, quelli che a grande Pastor di Siracusa avean l’agresti Labbra rigate d’inmortal dolcezza.

Es coincidencia bien extraña que entre los cargos principales que se hicieron á Luz en el proceso, de todos, el más preciso, se funde en una alusión de Plácido[50] en su declaración instructiva, alusión de un todo inexacta, de que Luz ni siquiera dignó defenderse, pues nunca conoció personalmente á Plácido, y cuando él llegó á la Habana hacía ya tiempo que el pobre vate había sido ajusticiado.

» Que un vate europeo presento la anterior poesía con las galas de su imaginación, y no dudo que resultaría notable.

33 Adjetivos para describir  vate