218 oraciones de ejemplo con lagarto

Quién llevaba un terno de franela blanca como el ampo de la nieve con guantes y sombrero negros; quién lo lucía de color de lagarto con un sombrerito azul de alas microscópicas; quién, por fin, había creído oportuno vestirse de tricot negro con guantes, botines y sombrero blancos.

Tan luego se pone el caimán en movimiento, entran en juego las cañas; y si anda, malo, y si nada, peor, puesto que, la condición fibrosa de la caña hace imposible su rotura, y en la faena que el carnicero lagarto emplea para desprenderse de aquel enemigo, concluye por rendirle el cansancio y la fatiga.

Cartagena es una gran ruina, es una tumba inmensa, y entre las ruinas y las tumbas se encuentran siempre, lo mismo el hermoso lirio lleno de perfume y misterio, y el blanco alelí de las murallas, que el lagarto feo y descarnado vagando por entre los pedriscos y los escombros donde vegeta la hiedra....

Chacón, pequeño lagarto inofensivo que sólo gusta de los lugares habitados

Iguana, lagarto grande verdoso que abunda en los ríos: es inofensivo, excepto una variedad del río Grande, que es tan terrible como el caimán.

Dragón volador, lagarto pequeño que tiene adherida á la espalda dos alas membranosas, de las que se vale para dar cortos vuelos.

Ni las has menester dijo don Quijote; pero yo no acabo de entender ni alcanzar cómo, siendo el principio de la sabiduría el temor de Dios, , que temes más a un lagarto que a Él, sabes tanto.

Pero , Manuel, nada quieres creer: ¿si querrás negar también que el lagarto es enemigo de la mujer y amigo del hombre?

Estando durmiendo en el campocontestó José, se le vino acercando una culebra; pero apenas la vio venir un lagarto, que estaba en el vallado, salió a defender al tío Miguel y empezaron a pelearse la culebra y el lagarto, que era tamaño y tan grande.

Estando durmiendo en el campocontestó José, se le vino acercando una culebra; pero apenas la vio venir un lagarto, que estaba en el vallado, salió a defender al tío Miguel y empezaron a pelearse la culebra y el lagarto, que era tamaño y tan grande.

Pero como el tío Miguel, ni por esas despertaba, el lagarto le metió la punta del rabo por las narices.

El lagarto es un bicho bueno y bien inclinado; nunca se recoge a puestas de sol sin bajarse por las paredes y venir a besar la tierra.

Cada vez que el doctor, después de una visita, quería lavarse las manos, quedaba asombrado ante las toallas con más colores que el iris, y las pastillas de jabón en forma de tigre ó de lagarto que parecían fabricadas para reyezuelos del África.

Me expandía en un ambiente simpático a todos mis gustos y me regocijaba al calor de mi felicidad, como un lagarto al resplandor del sol.

Algunos de mis compañeros encontraron tambien cerca del Rio Paranà un esqueleto de cocodrilo, ó lagarto, y yo parte de las vertebras, cada una de las cuales tenia cuatro pulgadas de grueso, y cerca de seis de ancho.

Hallose en ellos el manati, pescado que se cria en el agua y paçe las yervas que en las rriberas se crian; el cayman, hechura y forma de lagarto, que por su feroçidad y bestial atrevimiento es muy temido, por los grandes daños que en los honbres haze, mas que otro ningun animal de los que en el agua se crian.

El sol dejaba un reflejo dorado en los cristales, los viejos alelíes florecían entre las grietas del muro, y un lagarto paseaba por el balaustral.

Lagarto que vive en las casas de los filipinos y es notable por su grito, con el que repite muchas veces la palabra toco.

Después de algunos años se cortan la trenza,—la inmunda cola de lagarto que trae reminiscencias de soga y látigo,—se hacen kiu ó renegados, sin tornarse abominables para los recién llegados.

Y tras esta copla de don Francisco Fenollet salió la de don Diego Ladron y es ésta: Si cuervo os he parescido, Lagarto me semejais, Con vuestra cola gastais Lo que os sale del sentido.

Yo no he visto mejor pieza, Digámosle Joan Lagarto; Pues la cola gasta harto Lo que adoba su cabeza.

Es posible que la costumbre de los antiguos iberos fuese, después de todo, la más atinada: sacaban al enfermo a la puerta de la calle, y a todo el que acertaba a pasar le preguntaban su parecer, y las recetas que daban podían surtir tanto efecto como los santos, las reliquias, el caldo de lagarto o la leche de burras: And, doctor, do you really think that asses milk I ought to drink?

Estoy cual sapo ó soterrado escuerzo, Cual el lagarto ó rígida culebra La cerviz corva, sin valor, ni esfuerzo.

¿No sabíais la historia del Lagarto de Jaen? VIII.

130, El Lagarto de las siete camisas, p. 267.

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