105 oraciones de ejemplo con depresión

En una hondonada, ligera depresión del suelo

Pero el sombrío rincón, admirable cuando a la depresión de la atmósfera acompaña la falta de aire, tornábase imposible en un día de viento norte.

Ensanchado sobre la costa en una circunferencia como de 20 kilómetros, se prolonga hácia el occidente por entre cordones de cerros, en una muy angosta vega que surcan el Gundalhorce, pequeño rio que corta la llanura á poca distancia de la ciudad, y el Guadalmedina, que la divide, corriendo trabajosamente por un lecho de arena fina, variable y que se presta á las inundaciones por la excesiva depresión de sus orillas ó anchas playas.

Le incomodaba la perenne sinfonía de la lluvia que se deslizaba por los canalones abajo o retiñía en los charcos causados por la depresión de las baldosas.

La luz de la lámpara iluminaba de lleno su rostro cetrino y anguloso: tenía los ojos grandes, pardos y tercos al mirar; la frente alta, afeada por cierta depresión hacia las sienes; los labios recios y las facciones salientes y toscas, como de talla mal labrada.

Sin duda existía una dolencia física, pero ésta era consecuencia de una depresión moral que yo había observado las últimas veces que había tenido ocasión de hablarle.

Deja esas imaginaciones lúgubres, hijas de una pasajera depresión nerviosa.

Estaba muy excitada: luego vendría la depresión: era necesario prevenirse contra ella.

Allá lejos, en la depresión del terreno por donde corren las aguas del Cuerno de Oro, el cielo tiene resplandores de incendio y se eleva un zumbido de colmena gigantesca.

El Ateneo, por lo demás, es la primera institución literaria de España, y sus altibajos coinciden con la exaltación o la depresión del espíritu público de este país.

Por el contrario, cuando los alemanes llegaron á las proximidades de París noté bastante depresión y abatimiento, que en nada alteró, me complazco en decirlo, su firme y valerosa resolución.

Este orden de cosas hubo de afectar a las finanzas; y como a consecuencia del estado de depresión de éstas, se faltara al pago de los intereses de la deuda exterior, ascendente a 12,000.000.00 de francos, gran parte de la cual estaba en manos de europeos, no tardaron en surgir, primero las reclamaciones diplomáticas y después las amenazas de intervención.

Desde aquí diviso el pretil de madera que permite inclinarse sobre la vorágine y contemplar el horror grandioso de la pesada masa desplomada; pero, desde luego, quiero darme cuenta de la formidable avenida, antes de su violenta bifurcación en la punta de Goat Island; y, por la vaga depresión que indica el camino terraplenado, me dirijo hacia el extremo superior.

La voluntad de Ricardo experimentó una depresión: acababa de reconocerse un tanto ridículo rindiéndose así, tan prematuramente, al contento de una cita en la que no tenía motivos para confiar, y comprendió que el ruido del aguacero le consolaba, porque parecía dar á su chasco cierta disculpa.

Era extremada la depresión del tono de su voz, melancólico el aire de sus morenas facciones, y, en general, tenía todo el aspecto de una persona que, para librarse de las miserias de esta vida, medita el acto de suma desesperanza: el suicidio.

Hablan de nervios, de depresión, de agotamiento por sacudimiento tremendo; en suma, Perogrullo.

Cuando no se quieren perder de vista las grandes divisiones naturales de la geografía física y su constante influencia en los destinos de los pueblos, reconócense en las épocas memorables de los progresos de la navegación del Mediterráneo de Este á Oeste las tres grandes cuencas parciales en que se subdivide la gran depresión de este mar, según he indicado ya en otra obra.

Esta unidad de voluntad y de instituciones facilitaba el acceso, en condiciones no reproducidas posteriormente de una vasta región del Asia central al Sud del Altaï y al Norte de la cordillera de Kuenlum ó Kulkun, que rodea el Tibet septentrional, desde la depresión del mar Caspio, desde el Djihun (Oxus) y el Sihun (Jarxates), hasta la embocadura de Huang-ho y las costas de Quinsaï y de Zaitun.

Entre las dos cadenas existe larga depresión, donde se hallan los lagos de Managua y Nicaragua.

Encarriladas en su vida normal las naciones, después de la guerra, y con esta gran fuente de producción rusa, que se incorporará al mercado universal, el trigo, que ha alcanzado precios excepcionales, sentirá forzosamente una enorme depresión en sus cotizaciones.

A poco andar, la depresión del terreno, dilatándose hasta el horizonte, se abre ante nuestros ojos en amplia vega.

Los estragos hechos en su cuerpo por el aguardiente se descubrían, sin embargo, en la depresión de los párpados inferiores, cuyo tinte era violáceo.

Es un lago hundido en la peña, una depresión de paredes verticales.

Allá en el fondo de la depresión, una multitud de casitas y ranchos sobresalen entre las arboledas.

En las montañas que pudiéramos llamar naturalesPirineo, Alpes, Cárpatosla sensación es entusiasta, pletórica y optimista; mientras que en los Andes nos sentimos oprimidos por no sabemos qué rara angustia, y cuanto más nos elevamos sobre sus cumbres, sufrimos una depresión mayor y más negativa.

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