30 oraciones de ejemplo con tragó saliva

Doña Rebeca tragaba saliva, renegaba de todo lo criado, a media voz, y, quedito, en los pasillos y en los rincones, le decía a Carmen injurias y refranes con perversa impunidad.

Rubín tragaba saliva y buscaba en el sitio donde tenemos el bigote algo que retorcer, y encontrando sólo unos pelos muy tenues, los martirizaba cruelmente.

El flamenco tragó saliva.

Quien ahora tragaba saliva era el Presidente del Casino, colorado como una amapola.

La robusta virgen de aldea parecía un carbón encendido, y mientras don Juan, de rodillas ante doña Inés, le preguntaba si no era verdad que en aquella apartada orilla se respiraba mejor, ella se ahogaba y tragaba saliva, sintiendo el pataleo de su primo y oyéndole, cerca de la oreja, palabras que parecían chispas de fragua.

Rocchio tragó saliva y se calló; he aquí una pregunta, que a él no se le ocurriera: ¿dónde estaba Esteven?

Trabajo le costó a Isidora admitir la funesta verdad que se le quería anunciar con caritativas precauciones, y tragando saliva para deshacer aquel nudo que en su garganta se formaba, habló con medias palabras de esta manera: «Quién sabe... Todavía...

Mi tío tragaba saliva y guardaba silencio como un hombre que no sabe qué partido tomar.

El joven doctor tragó saliva lastimosamente, pero Blanca, reaccionando con generosidad en su favor, le dijo: Pasearemos esta mazurka, y señaló la pieza perdida en el epílogo del programa que comenzaba.

En la puerta de la bodega enredósele un manojo de telarañas en el bombín, y tragando saliva entró en la obscura pieza.

El capitan tardó quince minutos en contestar; al fin haciendo un esfuerzo y tragando saliva, dijo que tenia empeñada su palabra, y que no faltaria á su palabra por nada del mundo.

Los indios pagaban, pero se burlaban; él tragaba saliva, pero cobraba, y en esta disposición de ánimo no respetaba á nadie, y con su padre de usted había llegado á cambiar muy duras palabras.

; el P. Manuel Martín palideció y se tragó saliva; aquello era mejor que el suyo.

Disimuló el pobre como mejor pudo, tragó saliva, dirigió algunas frases irónicas á la jóven, y se fué.

, tragando saliva.

Si ahora me obstino en negar... (Alto, tragando saliva.

Á ver por dónde sale este tío—dijo Torquemada para su sayo, tragando saliva, y revolviéndose en el sillón.

Recuerdo un juez que, tragando saliva para parecer completamente tranquilo, preguntaba de grupo en grupo, después de una torpe entrada en materia, un «á propósito» tirado por los cabellos: ¿Cree usted que si la revolución triunfa habrá juicios políticos? Nuestra historia revolucionaria los repugna, y generalmente, la más amplia amnistía...

Ellas, las poderosas; ellos tragan saliva, sin osar hablar.

¿No podrás pasar por donde tantos sabios pasaron, aunque sea tragando saliva? Debía estar de otra data el mundo.

Muchos tragaban saliva y los más mordían cebolla y al cabo todos los que comían quedaban comidos hasta de los gusanos.

Cuentan, y yo lo creo, que una vez entre otras tumultuaron los franceses y con la ligereza, que suelen, se presentaron delante de la Fortuna, tragando saliva y vomitando saña.

¡Está robando como los otros! El caudillo estuvo á punto de pegarle, pero se dominó, tragó saliva, y cuando se creyó bastante dueño de mismo, dijo con tono convincente: ¿Y á quién me paga lo qu'hecho?

El corazón ya lo tenía en la garganta; pero se dió un golpecito en la nuez, tragó saliva y volvieron las cosas á su sitio.

No me opongo jamás dijo Feramor tragando saliva, para ahogar con ella la tumultuosa procesión que le andaba por dentro, no me opongo a nada que sea razonable.

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