Al llegar cerca de su posada, dos serenos que parecían estar espiándole se le acercaron y le mandaron callar de mala manera.

Mientras que él hablaba, Eppie había posado tranquilamente su brazo tras de la cabeza de Silas y su mano cariñosa se había apoyado en su hombro; de modo que sintió que el viejo temblaba con violencia.

Lucía posó suavemente la mano sobre el pecho de Doña Blanca.

La garza vive siempre en los ríos, pantanos, y en la playa son muy numerosas y de largas patas y cuello prolongado: presentan el más raro aspecto cuando se las vé posadas tranquilamente sobre el lomo del carabao mientras éste está pastando.

¡No se asuste usted, hombre!exclamó ella posando cariñosamente su mano sobre la de él.

Nuestro capitan juntamente con sus oficiales se alojó en el palacio, de que estaba cerca mi posada.

Pero no fue así: la nueva brigadiera rechazó indignamente la fija mirada de adoración que Miguel tenía como muda caricia posada constantemente sobre ella.

Se vé volar un CÉFIRO que inmediatamente se posa en la rama de un árbol, para aguardar también la decisión del DESTINO.

Abrazó a Rinconete y a Cortadillo, y echándolos su bendición, los despidió, encargándoles que no tuviesen jamás posada cierta ni de asiento, porque así convenía a la salud de todos.

Yo, cuidadosa de lo que había sucedido, sin tener atrevimiento de preguntarle a don Luis qué cobro había puesto en aquel desgraciado cuerpo, viendo que él no me decía nada, encargué a mi secretaria se informase en la posada de don Gaspar diestramente, y qué se había hecho; y fue tan a tiempo que le halló pasando su ropa a otra posada muy lejos de aquellas calles, por cumplir la palabra que había dado a don Luis.

Algunos de los suyos, que abajo posaban, comenzáronse a armar; mas los tres caballeros, que ya el muro habían de los veladores delibrado, bajaron luego a ellos, que los oyeron, y en poca de hora los pararon tales, así muertos como heridos, que ninguno pareció ante ellos.

[Illustration] XIII SOL DE JUSTICIA UN día y otro posaba el sol adurente sobre la llanura.

Entonces, Priscila, dirigid de modo que os quedéis a tomar el tédijo Nancy posando afectuosamente la mano sobre el brazo de su hermana.

Anoche puse uno en la puerta de la casa del duque, y cuando reventó cayeron todos los cristales de dos casas.

Y ayer el ave nocturna se posó aun en mitad del día sobre la plaza del mercado gritando y chillando.

Encontrábase don Gil en la sala de San Ignacio vigilando que los topiqueros no hiciesen mucho gasto de azúcar para endulzar las tisanas cuando una mano se posó familiarmente en su hombro y oyó una voz cavernosa que le dijo: ¡Avariento! ¿Dónde está mi mortaja? Volvióse aterrorizado don Gil.

Inesperadamente una mano se posó en su hombro.

Matilde fué desde un principio una esposa modelo; pero los besos apasionados que yo le daba jamás eran correspondidos; jamás posaba su mirada sobre mí con cariño, y todos los pequeños sacrificios que por ella hacía ni siquiera eran notados, mucho menos agradecidos...

El chico obedeció posando levemente los labios sobre el retrato.

Naturalmente puse mis ojos en Pepita Jiménez, que no es de la piel de Barrabás como imaginas, sino una criatura remonísima, más bendita que los cielos y más apasionada que coqueta.

En medio de sus dolores ella se puso a sonreír, y, posando penosamente su mano en mi cabeza, murmuró con voz apenas perceptible: ¿Sin duda os he asustado mucho? Sus palabras, ligeras como un soplo, me embriagaron como un canto de paz; por un instante creí que iba a quedar libre del peso que me oprimía el pecho, pero me fue imposible llorar.

Luego una mano fría se posó pesadamente sobre mi corazón; un fantasma se inclinó hacia mí y pronunció mi nombre con voz penetrante, y yo sentí que el aliento de su boca me había helado.

¿Y si esa alada simiente posara en él y en él prendiese y fuera flotando el cuerpo por el océano, isla errante, llevando plantas? La circulación universal... omne vivum ex ovo... ex nihilo nihil fit... el círculo vital... trasformación de materia y fuerza... conservación de la energía... Duerme, niña chiquita, que viene el Coco... lo Inconocible... lo Inaccesible...

Yo, cuidadosa de lo que había sucedido, sin tener atrevimiento de preguntarle a don Luis qué cobro había puesto en aquel desgraciado cuerpo, viendo que él no me decía nada, encargué a mi secretaria se informase en la posada de don Gaspar diestramente, y qué se había hecho; y fue tan a tiempo que le halló pasando su ropa a otra posada muy lejos de aquellas calles, por cumplir la palabra que había dado a don Luis.

Pero las miradas de los dioses, aunque tardíamente, se posan al fin sobre quien, rechazando las leyes de la piedad, se abandona a sus arrebatos.