31 Adverbios para describir cómo rendí

Ella sabía de mi fuga con Angustias, y debía de calcular que me rendiría fácilmente al amor.

Quisieron que el comandante accidental del San Juan decidiera la cuestión, diciendo a cuál de los navíos ingleses se había rendido, y aquél respondió: «A todos, que a uno solo jamás se hubiera rendido el San Juan».

A fines del mismo Junio, el cañonero español Leyte huyó para Manila, de los rios de Macabebe en donde estaba sitiado por fuerzas del General Torres, y llevaba parte de las tropas y voluntarios que mandaba el coronel filipino D. Eugenio Blanco; pero habiendo sido visto por un crucero americano, se rindió voluntariamente.

] Pues no paró aquí la cosa, continuó el zagal, cuando Constanza hubo concluido; sino que otra vez, habiéndome colocado en otro escondite por donde indudablemente habían de pasar los ciervos para dirigirse á la cañada, allá al filo de la media noche me rindió un poco el sueño, aunque no tanto que no abriese los ojos en el mismo punto en que creí percibir que las ramas se movían á mi alrededor.

Me engañó la fantasía; hoy reconozco la pequeñez de mi espíritu que, enamorado de los sueños, se rinde cobardemente al afrontar las realidades...

Ciertamente, me rendía la tristeza.

Al Ekako se rendía culto constantemente; se le invocaba a menudo y cuando alguna desgracia turbaba la alegría del hogar.

Corazón gastado, mofa De la mujer que corteja, Y hoy, despreciándola, deja [110] La que ayer se le rindió.

La alfalfa rinde exuberantemente en los campos del Departamento Tercero.

Habló otro turco, y dijo: Rendí presto, que torco extar.

Ella, pues, ya por estar en la flor de su edad y en lo mejor de la juventud, ya por las sugestiones del demonio, se rindió, finalmente, á sus apetitos, viviendo peor que antes: porque es ordinario que sea más malo quien abandona la fe que quien jamás la ha profesado.

Entonces se rindieron formalmente, hicieron la paz y le invitaron a visitarles como amigo en su pueblo de Utatlán.

Está montado al uso ordinario de los ingenios, es decir con trenes jamaiquinos, rindiendo un fruto generalmente de muy buena calidad.

¡Oh, pero usted se me rinde, infeliz!

El monumento de los bomberos es hermoso, y es hermoso porque motiva la eterna ovacion que justamente se rinde á esa institucion sublime.

En los mejores, denominados «con salida», el clero acompañaba al cadáver desde la iglesia hasta la Glorieta del Parque; en los de segunda clase, ó «sin salida», los curas rezaban el último responso bajo el pórtico del templo; que tan lejos alcanza la virtud del oro que hasta la oración, lo inefable, se rindió mercenariamente á su poder.

¡Honor a Güemes que dirigió esa heroica resistencia, en la cual rindió noblemente su vida!

El cual, entonces, se decide a encender su olvidado cigarrillo, y fuma con impaciente y nervioso afán, puestos los ojos y el corazón en el dulce misterio de aquella hermosa mujer... El tren correo salió de La Coruña a las nueve de la noche; aunque estas señoras procedan de la capital, ¿cómo a las diez y media se han rendido ya tan profundamente a la pesadumbre del sueño?

Pero, ¡quia!, no se rendía; y vuelta al ajuste de cuentas, y al inquirir, y al tomar acta de todos los pasos que el predilecto daba por entre los peligros sociales.

Y barón es un título que honra a ambos, al Estado y a Pinho, porque con él se rinde simultáneamente un homenaje gracioso y discreto a la Familia y a la Religión.

Todas esas porciones rinden vasallaje sucesivamente á los emperadores francos y soberanos alemanes, y la política de los grandes vasallos consiste solo en atacarse mutuamente para engrandecerse unos á expensas de otros; sin perjuicio de las luchas sociales entre los señores y sus siervos y los ciudadanos y paisanos.

, juzgando cuerdamente los capitanes que era menos mal rendirse que pelear, pues rindiéndose tenían esperanza, que por la protección de la reina de Inglaterra, de quien tenían pasaporte, se les volvería la mayor parte de sus haciendas, echaron banderas; y aunque lo contradijeron los marineros y los pasajeros gritasen protestando que se ponían á manifiesto peligro sus personas y caudales, se rindieron totalmente.

Se avalanza, riñe con el indio, suda mucho para vencerlo, y últimamente lo rinde, lo degüella.

De gran cultura musical, en su hogar se rindió culto ferviente a la música di cámera.

Cíñela al mediodía y del lado opuesto, Huerba, acanalado y pobre, que más abajo rinde a aquél sus aguas y casi enfrente adonde, desde el Pirineo, viene también a fenecer el Gállego.

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