32 colocaciones para progenitor

En extremo me complace saber que eres de noble extirpe y bastante antigua hasta donde cabe en un pueblo que hace pocos siglos era salvaje todavía, careciendo de documentos y de archivos que pudiesen acreditar la nobleza de persona alguna, y las hazañas de sus progenitores.

Nieto del más grande y célebre clínico de la escuela francesa, ha honrado en su especialidad el nombre de su ilustre progenitor, porque es indudablemente uno de los más insignes oftalmólogos y sin disputa el más hábil operador de su época.

Del Sr. Fernández Duro son las siguientes palabras: «Quiso escribir la vida y hechos de su progenitor, empapado en la lectura de los clásicos antiguos, y puso los cimientos al edificio romancesco y legendario que tan grandes proporciones tiene ahora, levantando a la par la neblina que le envuelve.

Un año después Rafaela dió á luz un niño, á quien Manolo Berlanga apadrinó, y que por voluntad unánime de sus progenitores había de llamarse Manuel Amadeo Zureda.

Se alucinó hasta creer que la coya y las demás imágenes de sus progenitores ilustres le miraban compasivas.

Con la mano derecha alisaba, lenta y mimosa, unos cabellos ralos y crespos, sobre el cráneo picudo de su progenitor.

Aparte de esto, la señorita Mascaró mostraba por don Antonio la tierna conmiseración que inspiran las víctimas de la injusticia, y siempre que surgía alguna desavenencia entre sus progenitores, por instinto, y antes de conocer los detalles del asunto, se mostraba partidaria de su padre.

En los bailes del Gran Casino se ven jóvenes con muletas, ó muchachas que cojean ligeramente, esforzándose por ocultar la flojedad de sus huesos, triste herencia de las diversiones de sus progenitores; pero el frac de los unos y las toilettes escotadas de las otras, parecen borrar la gravedad de sus dolencias, y todos sonríen, con un deseo vehemente de divertirse.

El indio, una vez declarado adulto, era dueño absoluto de sus acciones é independiente de sus progenitores.

¡Aaaah! Allí había visto Pedro López y estrechado su mano al hidalgo caballero, al pundonoroso marqués de Villamelón, postrado en el lecho del dolor, cual león enfermo, derramando lágrimas de varonil despecho por no poder desenvainar, en defensa de su noble hogar allanado, la gloriosa espada de cien ilustres progenitores... ¡Oooh!...

Quizáse decíaun crepúsculo sepulte la última jornada de semejante desventura... Al erigirle en jefe de la casa el fallecimiento de su progenitor, mostrósele á Manuel una fácil senda hacia Torremar.

En Ibiza Jaime Febrer se instala en una vieja torre, propiedad suya, que llaman «del Pirata», y en aquella soledad agreste se enamora de Margalida, hija de Pép, propietario de Can Mallorquí y descendiente de labriegos modestos, feudatarios de los muy ilustres progenitores de Jaime.

Baselga, que rara vez se acordaba de sus antepasados y que, a pesar de sus preocupaciones políticas y sociales, no se cuidaba de hacer alarde de los méritos de sus ascendientes, al escuchar tan infame propuesta vió desfilar por su imaginación las figuras de sus progenitores, tristes, cabizbajas y llorosas, como condoliéndose de aquella tremenda ofensa que se ofería a su descendiente.

Aquellos hidalgos trajeron la espada a la llanura ríoplatense, y el gaucho, pobre y errante como su progenitor, lleno de sus mismos prejuicios, reacio a la industria, atento al honor y a la libertad más que al ahorro, fué un testamentario y un continuador en América de la tradición castellana.

Por eso el alma de la nueva sociedad, que estalla en el siglo décimosexto, contará siempre entre sus Bautistas al Padre Seráfico y entre los precedentes de su aparicion á la seráfica órden, puesto que representa un término dialéctico en el desarrollo de su idea progresiva y un necesario predecesor en la genealogía larguísima de sus progenitores.

Un poco amansado el médico, pulsó a la niña, le miró los ojos y la lengua, preguntó antecedentes de los progenitores, y, después que la anciana, con el auxilio de Mariflor, hizo un dificultoso relato de muertes prematuras, recomendó a la enferma sanos alimentos, un tónico de la botica y baños progresivos de sol.

Así la novela, como hija de distintos progenitores, venía á ser la cosa más pintoresca, variada y original del mundo, y bien podía decir su autor: «yo, el menor padre de todos....

El título con que conquistaron, y se hicieron señores de toda aquella tierra, fué fingir, que despues del diluvio universal, de que todos estos Indios tenian noticia, en estos Incas se habia recuperado el mundo, saliendo siete de ellos de la cueva de Pacaritambo; y que por eso les debian tributo y vasallage todos los demas hombres, como á sus progenitores.

No poseo, por desgracia, retratos de la época juvenil, ni siquiera de la madurez de mis progenitores.

¿Conserva el que nace en el extranjero, de padres latino-americanos la nacionalidad de sus progenitores?

S. M. que ha honrado mi insignificante opúsculo permitiendo que lo pusiese bajo sus reales auspicios, si se dignase leer estas últimas páginas, al paso que veria en ellas un celo puro y desinteresado, quizás no dejaría de encontrar digno de la magestad el restablecimiento de una obra de sus progenitores.

El aprendizaje de los príncipes herederos de Prusia consistió siempre en recibir bofetadas y palos de su progenitor el rey.

Por aquel tiempo hizo un viaje científico á la patria de sus progenitores; visitó en España las famosas minas de azogue de Almadén y fué de los primeros que hicieron en España estudios serios de geología.

Sintió repugnancia de sus progenitores y desprecio de propio, considerando su bajo y vergonzoso origen.

Con tan buena maña se formó larga serie de progenitores ilustres.

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