38 Metáforas para dichos

«La causa de esto—se decía, con sinceridad de filósofo solitario,—no puede ser otra que un terrible acceso de envidia...

Decía, si no recordamos mal: «Peñascosa, triste ayer, Hoy venturosa, Sacude la apatía en que vivió, Y se lanza al progreso entusiasmaaaada Y se laaaanza al progreso con ardor.

Yo no te entiendo, Sancho dijo Ricote, pero paréceme que todo lo que dices es disparate; que, ¿quién te había de dar a ti ínsulas que gobernases?

Pero tornando al vestiglo É su disforme figura, Digna de ser en el siglo Para syempre en escriptura, Digo que la su fechura, Maguer que de puerco fuesse, Ya non es quien iamas viesse Tal bravesa en catadura.

Pero fíjese usted bienle digo.

Esta historia es la siguiente: En la calle de las Infantas vivía entonces una señora anciana, llamada Inesilla de Cantarilla, cuyo nacimiento no se sabía a punto fijo; unos decían era hija de un guitarrero y otros de un comendador de la Orden de Santiago.

¿Lo que dices es una locura o qué es...?

Unos decían eran mercedes; otros, que presentes destos tiempos.

El genio ¿no es tan hijo de la naturaleza como del arte?se dice Avito;¿no es la naturaleza hecha arte, lo que equivale á decir que es el arte hecho naturaleza?

Y lo dices de un modo... , , hermana; perdóname la viveza, perdónamela, ¿me la perdonas?e hizo mención, ante el cadáver, de volver a arrodillarse.

¡, no! ¡Lo que dices es la ponderación justa de lo que has visto! Te juro... ¡Bah; déjame en paz!concluyó cada vez más irritado con mi tranquilidad, que era para él otra manifestación de orgullo.

Digo à lo menos porque hay un munná, que hace â preterito y futuro; y contandole, son ocho preteritos.

¡Ay, si cuanto dices es la pura razón!

¡Perenal! ¿ consiste mi bien todo y mi remedio, dices no ser señora de cuenta y de mucha honra? ¡Señora mia! ¡Señora Celestina! dame la mano, que es agra la escalera, ayudarte .

Dice á su dama: Gracias á Dios verdadero, Mi dama llevó el mejor, Qu’ella ha sido el vencedor Siendo yo su prisionero.

Dicho me auias que diferirias este negocio: agora vas sin seso por dezir a Calisto quanto passa: no sabes que aquello es en algo tenido: que es por tiempo deseado? e que cada dia que el penase era doblarnos el prouecho?

Dicho Merise son ceresas muy pequeñas y negras.

Brambilla quiso salvarlo, afirmando que lo dicho por mi hermano era una chiquillada.

Fué enterrada en la capilla de la Piedad del convento del Carmen en Lisboa, siendo de notar que Colón se ocupó en sus escritos muy poco de ella, lo cual hace sospechar que la dicha y felicidad del matrimonio no fueron completas.

Si lo dicho es confesión de ruindad y de real menosprecio de mismo, venga Dios y lo vea, como vulgarmente se dice.

¡Gran dicha ha sido nuestra conocelle según está de grande! ¡Dios le guarde!

Estas buenas palabras, estos dulçes falagos »Non querría que fuesen á fiel é amargos, »Como fueron al cuervo los dichos é encargos »De la falsa gulfara con sus malos trasfagos.

Dicho oficial era de elevadísima estatura, enjuto de carnes, amojamado y nervioso, bizco, de fisonomía socarrona, y de color de hollín.

Había leído tres o cuatro veces la «Historia» de Alamán, y solía atreverse contra los juicios del célebre escritor, no sin gran disgusto de mi tía Pepa, para quien los dichos de don Lucas eran un evangelio.

Mejor dicho, no era excursión, sino instantánea traslación; y en una playa orlada de monolitos de hielo, que alumbraba una aurora boreal, Finita y él se paseaban muy serios, cogidos del brazo... Al otro día, nuevo encuentro en la escalera.

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