79 colocaciones para cordero

Después inspeccionó el guardarropa de la familia, y al ver que las pieles de cordero de su marido no estaban presentables, le confeccionó en un momento una casaquilla de hojas secas.

Por regla general, para 2 kilógramos y medio de vaca se necesita una hora y media; otro tanto para una pava, un cuarto de cordero ó de cabrito, una pierna ó una espalda de carnero, una liebre y una oca.

Ea, tira una saeta al ínclito Menelao, y vota sacrificar á Apolo Licio, célebre por su arco, una hecatombe perfecta de corderos primogénitos cuando vuelvas á tu patria, la sagrada ciudad de Zelea.

Aquí una de ellas, blanca como el vellón de un cordero, sacaba su cabeza rubia entre las verdes y flotantes hojas de una planta acuática, de la cual parecía una flor á medio abrir, cuyo flexible tallo más bien se adivinaba que se veía temblar debajo de los infinites círculos de luz de las ondas.

El viento era vivo, y las olas, al romperse, llenaban de un rebaño de corderos blancos la superficie del mar.

Fuese allá, y vio a su tía con otras dos tarascas junto a una mesilla, comiendo un guiso de cordero en platos de Talavera.

Acabada esta operacion, nos invitaron con un asado de cordero que tambien habian preparado: este obsequio es para ellos el mayor que pueden hacer, y la carne que mas aprecian.

Al pasar ella por segunda vez, quedó como encantado, con una pierna de cordero en la diestra sin dársela á su panzudo patrón, que en vano la esperaba, y el cual, soltando un taco redondo, llegó á amenazarle con su cuchilla.

8 Y envió á Pedro, y á Juan, diciendo: Id, aparejadnos [el cordero de] la Pascua, para que comamos.

Quieren, como el cocinero Que en su oficio mas mirase, Que se ase y no se abrase La carne de aquel cordero.

Tenía unos ojos grises, grandes, crédulos, de cordero sencillo y retozón: el pelo lacio, de un rubio blanquecino, colgaba en desmayadas mechas sobre la cara tostada y rojiza, sembrada de pecas.

Habíase formado tiempo antes una Compañía (llamémosla así) de mercaderes europeos que hacían feria de los indios, y los compraban tan baratos, que una mujer con su hijo, valía tanto como entre nosotros vale una oveja con su cordero.

Durante el camino no habló más que de guisos y de comidas, de la cena que le quitaron al cura de tal pueblo o al maestro de escuela de tal otro, del cordero asado que comieron en este caserío y de las botellas de sidra que encontraron en una taberna.

En la segunda categoría van comprendidas: Las chuletas de cordero y carnero, salchichones en lonja, lenguas cubiertas, morcillas, longanizas, salchichas, piés trufados, embuchados, jamon crudo, cecina, arenques curados, salados y en parrilla, filetes de pescadilla, cangrejos, langostines, atun escabechado, salmon escabechado y curado, sardinas, ostras frescas ó escabechadas, anchoas, manteca, pastelillos, etc., etc.

El único que gritaba y se movía con una cólera de cordero rabioso era el Cantó, irguiendo su cuerpo desmedrado de tísico, afirmando entre crueles toses su propósito de matar al mallorquín.

¡Bien clara está la inocencia de aquellos corderos y la injusticia y crueldad de quien así los estirpó y mandó matar!

Es guapa, graciosa, tan aguda que siente crecer la lana de los corderos, brotar las flores en el campo y caer los copos de las horas.

¡Oh descomunal contienda!... ¡Y el alcalde, aquella personalidad augusta que se tenía por semidivina, que con una palabra, un homérico gesto, ó un simple fruncimiento de cejas, podía confundirles á todos y convertirles de leones en corderos, no acertaba á llegar al sitio de la catástrofe, porque el gentío, apretándose, le había cogido en medio!

5.La amistad de los que están mejor colocados que nosotros, es una especie de magnanimidad del lobo para con el cordero, que puede cesar cualquiera vez por la voluntad del lobo.

El Atrida, con la daga que llevaba junto á la espada, cortó pelo de la cabeza de los corderos, y los heraldos lo repartieron á los próceres teucros y aquivos.

Los niños gemían con un llanto igual al balido de los corderos; los hombres miraban en torno con ojos de espanto; algunas mujeres aullaban como locas.

el felon (así se llama el señor, el tirano de aquel castillo) supera en crueldad al mismo Neron y á cuantos se hayan hecho famosos por sus iniquidades: su deseo de saciarse con sangre humana, y en especial con la de las mujeres, es mayor que el del lobo ansioso de beber la sangre del cordero; y cuantas damas llegan, por su mala estrella, á su castillo, son arrojadas de él, despues de haber tenido que soportar la afrenta más vergonzosa.

13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del pedernal fuerte; 14 manteca de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán; [también] macho cabríos, con grosura de riñones de trigo; y sangre de [la] uva bebiste, vino [puro].

La muerte de un cordero le hace sufrir mucho, y mayor es su pesar cuando se trata de un buey, o de un burro o acémila.

VICTORIA , señora; la madre del cordero es esa.

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