61 oraciones de ejemplo con oblea

Tras los árboles y las casas que cerraban el horizonte asomaba el sol como enorme oblea roja, lanzando horizontales agujas de oro que obligaban á taparse los ojos.

En el espacio de pocos segundos metía la izquierda en el cacharro de la masa, daba en ella un pellizco, sacaba un pedazo, que más parecía piltrafa; estrujaba ligerísimamente aquella piltrafa, haciendo entro sus dedos como un pequeño disco u oblea grande; arrojaba esto al hervidero amarillo, y en el mismo instante, con una varilla que en la mano tenía, agujereaba el disco, haciendo un movimiento circular como quien traza signo cabalístico.

Cuando el mísero chiquillo, medio ahogado, se sintió libre de aquella estatua de plomo que a poco más le convierte en oblea, miró hacia atrás....

Parecía estar escrita en una hoja arrancada de un viejo libro de notas, y al efecto de evitar alguna indiscreción sacrílega, estaba cerrada con seis obleas rotas.

El sol, rojo y recortado cual enorme oblea, trazaba sobre el mar un triángulo de fuego y las aguas hervían como si reflejasen un incendio.

Las estampas, sin cuadro, pegadas a las paredes con obleas o engrudo, eran más numerosas que los letreros, todas de santos, impresas por el impresor Boloña en papel común y recogidas de manos de los demandantes de los conventos a cambio de limosnas, o compradas a la puerta de las iglesias en los días de fiestas.

Pero un catre pelado, sin colchón, sin sábanas, sin cobertores y con una almohada que, en un apuro, podría servir para cerrar una carta en vez de oblea.

Si alguno osaba requebrarla al pasar o seguirla con descaro, ya sabría él despacharlo al otro mundo por el más listo de los correos, con una oblea harto roja en medio del pecho.

luego había un poco de mar, otro poco de río, el confuso perfil de una ciudad con góticas torres y almenas; y arriba, en el espacio destinado al cielo, una oblea que debía de ser la Luna a juzgar por los blancos reflejos de ella que esmaltaban las aguas y los montes.

Sobre el sofá, media docena de figurines ostentaban en mentirosos colores esas damas imposibles, delgadas como juncos, tiesas como palos, cuyos pies son del tamaño de los dedos de la mano; damas que tienen por boca una oblea encarnada, que parecen vestidas de papel y se miran unas a otras con fisonomía de imbecilidad.

¡Qué emoción cuando caía sobre el mostrador de húmedos tablones el estrecho sobre, pegado unas veces con roja oblea y otras con miga de pan, con su complicada dirección en letras gruesas: «Para la siñora Tona la del cafetín, junto á la casa dels bòus!»

Después de cerradas las ponían al fuego, las calentaban por un lado y por otro, las abrían, y en una de las planchas aparecía el barquillo como una oblea redonda.

Después de cerradas las ponían al fuego, las calentaban por un lado y por otro, las abrían, y en una de las planchas aparecía el barquillo como una oblea redonda.

Allí fue registrado escrupulosamente: no llevaba consigo mas que un pliego cerrado, cuya oblea estaba todavia fresca.

La única nota sombría y melancólica era la ración de pan como oblea, anegada en una tinaja de ....

El aventurero siguió a su guía, y una vez en una antesala, aquél entregó a un ujier que ostentaba una cadena de plata al cuello y se le había acercado, una carta metida en un sobre con una oblea sólo pegada de un lado, y le dijo: Ponga V. esta carta en manos de su excelencia.

De esta labor penosa resultaban letras mal avenidas y deformes, una vez apiñadas y medio embebidas las chicas en las grandes, porque había de todo en cada palabra, y otra vez danzando por los aires sin cuenta ni razón; y á cada palitroque hacia arriba ó hacia abajo, allá va un borrón como una oblea, y allá va en seguida Inés á limpiarle con el dedo mojado en la lengua.

¿Oblea, Lacre y sello?

En esa seccion, y como se cuelgan los mundos de oblea en nuestras funciones, como formando adornos y nublando el aire, graduados como de quinqués y de candiles, formando como bosques por allá arriba, están los pollos y guajolotes pelados, suspendidos de las patas y sus cuellos colgando.

Se envían las peticiones dobladas en cuatro partes, metidas en un sobre grande cerrado, no con oblea, sino con lacre, y sellado con las iniciales o armas del remitente.

Todas las Sociedades de Temperancia de Inglaterra son impotentes para dar al inglés un sustitutivo del alcohol, en aquella tierra húmeda donde, frente a un sol inútil como una oblea difuminada, el alma que se aburre encuentra que la vida carece de sabor.

Debajo de cuya blanca Nube de cándida oblea, El Fuego de Amor contiene, Con real divina asistencia, En carne y sangre, alma y vida; Porque mires, porque adviertas... (Canta.

Sólo el recuerdo de las nieblas y de aquel sol como una oblea amarilla, me causaba tristeza y escalofríos... Nada: la necesidad de huir de Madrid era tan imperiosa, estaba tan claramente indicada por la moral, por las conveniencias sociales, que poquito á poco, sin darme cuenta de ello, fuí tomando la heróica resolución de quedarme.

Sólo el recuerdo de las nieblas y de aquel sol como una oblea amarilla, me causaba tristeza y escalofríos... Nada: la necesidad de huir de Madrid era tan imperiosa, estaba tan claramente indicada por la moral, por las conveniencias sociales, que poquito á poco, sin darme cuenta de ello, fuí tomando la heróica resolución de quedarme.

Un día atacó al vanidoso Torrigiani; éste le aplastó la cara de un puñetazo y, más tarde, se alababa de ello contando a Benvenuto Cellini: Cerré el puño y le di un golpe tan violento en la nariz que sentí los huesos y los cartílagos aplastarse como una oblea.

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