44 Adjetivos para describir enredos

Mi tía Úrsula, cuya idea acerca de la Historia era un tanto caprichosa, afirmaba que nuestro pariente había figurado en muchos enredos políticos, afirmación un tanto vaga, puesto que no sabía concretar en qué asuntos había intervenido, ni definir qué entendía por enredos políticos.

No por esto ha de condenársele; al contrario, tanto en el complicado enredo de estas fábulas pomposas, cuanto en la riqueza y variedad de las situaciones y resortes dramáticos, y en las innumerables bellezas aisladas que las adornan, se encuentra una prueba sólida de la flexibilidad de los talentos poéticos de Lope.

Como yo, lo mismo que todo el pueblo, sabía que don Diego y el Capitán eran hombres de aventuras, supuse que se trataría de algún enredo amoroso.

Agora pienso acabar el enredo comenzado.

Esta es la ondulante Berenice cuya rica cabellera al arrastrarse por las ondas constituye otra onda; aquélla la pequeña Oritia, esposa de Eolo, que, al soplo de su compañero, pasea su urna blanca y pura, incierta, apenas afirmada por el delicado enredo de sus cabellos, que con frecuencia enlaza por debajo; más allá, Dionea, la llorona, parece una copa de alabastro que deja desbordar, en hilos cristalinos, espléndidas lágrimas.

Tardamos dos semanas enteras en explorar como era debido aquel diluviano enredo de varas verdes, varas secas, varas verticales, varas dobladas, atravesadas, rotas hacia tierra.

Por la circunstancia, pues, de que la campesina robada es para todos la Princesa, fuera de los que conocen el secreto, pasa Diana desapercibida en el traje impropio de su clase, que la cubre, y forja un enredo muy divertido, en que el mismo duque de Milán renuncia á su prometida esposa, y Clotaldo se casa al cabo con su querida Diana.

Frecuentemente son sólo situaciones en bosquejo, escenas sueltas sin enredo dramático, aunque á veces se observe en ellos interés más concentrado, intriga y complicación en la fábula, en cuanto es posible en tan reducido espacio.

Vamos al endemoniado enredo que voy diciendo, por la pena que me da referir tan desdichado suceso.

Cuando en la tradición ó en la historia se encuentra un enredo enmarañado de sucesos y situaciones, un caos confuso que haría vacilar á otro cualquiera, Lope lo distribuye sin trabajo, separa de él lo superfluo ó perjudicial, y le imprime orden, enlace y orgánica dependencia.

Lo mismo puede decirse de Bien vengas, mal, si vienes solo, cuyo enredo, en lo más esencial, puede condensarse en las palabras siguientes: Don Luis presencia una noche un desafío delante de su casa, de cuyas resultas uno de los dos combatientes cae en tierra con una herida mortal.

El alegato adquirió más importancia que la prueba; y aquella literatura forense, presenta el más fértil enredo de suspicacia que se haya visto nunca, bordado con sutilidad bizantina desde en el auto del juez hasta en la rúbrica historiada del cartulario, sobre el fondo de barbarie inconmovible que hacía del proceso un ojeo de hombres.

Este drama es una de las composiciones más admirables y de mayor mérito entre las de su clase, por su enredo, hábil y dramático, en lo general, así en la traza como en el desempeño, interesándonos por lo mismo, y llevando el sello más esplendente de sublime poesía.

Tocan á moverse... á buscarla, voto á sanes! y á deshacer este enredo horrible, y á sacarla de la abyección, y á cortar de raíz... * * * * * ¿Hacia dónde tomarían?

No escasean en ellas escenas aisladas muy divertidas, aunque se echen de menos aquellas cualidades, que tanto brillaron en los dramáticos posteriores, como fogosa imaginación, ingeniosa y osada inventiva, fuente inagotable de aventuras románticas, y ese interés que inspiran generalmente sus composiciones, no obstante el incomparable enredo y la complicación de la intriga, que no por eso llega á cansar nunca.

Al infantil enredo de esta mi segunda comedia dieron un alto relieve la Bárbara y la Llorente: y á fin de año mi primera parte de El Zapatero y el Rey, en cuyo drama hizo Luna maravillas, y yo una conjuracion de muchachos de colegio, que no hay narices con que admirar; pero en cuyo argumento hay realmente el gérmen de un drama.

Reginaldo fue más rápido que yo en leer la primera columna y declaró que era un enredo enteramente ininteligible.

Verdad que habían jugado juntos; que el año anterior, a pesar de la diferencia de edades, eran tan niños el uno como el otro, y se entretenían en enredos inocentes.

Aquel íntimo enredo de amor pasó; Norberto Brito nada supo, y cuando habla de Pedro, la emoción más sincera nubla su voz.

En cambio Trampeta, si justificando su apodo no desdeñaba los enredos jurídicos, solía proceder con más precipitación y violencia que Barbacana, asegurando la retirada menos hábilmente; así es que su adversario le tuvo varias veces cogido entre puertas, y por punto no le aniquiló.

La mente más segura no es capaz de seguir en su laberíntico enredo las direcciones de los vástagos de este colosal árbol de linajes matritenses.

Poco menos interesante, aunque notable por los caracteres de los personajes, es Los enredos de Celauro, llenos de vida y de ingenio, y de situaciones dramáticas de gran efecto La boda entre dos maridos,

Ya, ya veréis presto... ¡Oh! ¡es un enredo maldito!

» «¡Ah querido Ambrosiointerrumpió D. Rafael arrebatado de gozo, y qué admirable idea! ¡Qué plan tan asombroso! ¡Envidio tu sutilísima invención! ¡Daría yo los mayores enredos de mi vida por que se me hubiese ofrecido éste tan ingenioso! ¡, amigo Lamelaprosiguió, penetro bien todo el fondo, todo el valor de tu delicado pensamiento, y no debes poner duda en que el éxito será dichoso!

Sólo un enredo moral.

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