23 Metáforas para mío

Y ¡qué afanes los míos para acallar sus voces, como si temiera que las ondas del aire las llevaran hasta él! ¡Desdichada de si las oía, o el diablo le inspiraba igual idea! * * * * * »

10 Porque mía es toda bestia del monte; millares de animales en los montes.

Toda palabra mía era para una blasfemia; toda disposición mía dentro de la casa, un crimen digno de la Inquisición.

Ahora soy yo la que río, la que bailo y dice tonterías; el mío es un caso de legítima defensa.

31 De manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad, desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia; 32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas, y los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén.

En lo primero dijo, sentándose otra vez, dese usted por complacido, y entienda que mía será también la complacencia.

: y que precipitas a una perdición a un pobre chico que le ves amargao de un desengaño, dime... ¿Aonde tiés enterrao el cadáver del que se fué a vevir con tu mujer y encima te rompió un brazo?... ¡Contesta! LUCILA.—¡Es una pregunta suelta! LADISLAO.—¡Señor Balbino, lo mío era otra cosa! Me engañó mi mujer y fué con un amigo, pero yo tenía un hijo.

Dígolo porque si anoche nos cerró la ventura la puerta de la que buscábamos, engañándonos con los batanes, ahora nos abre de par en par otra, para otra mejor y más cierta aventura; que si yo no acertare a entrar por ella, mía será la culpa, sin que la pueda dar a la poca noticia de batanes ni a la escuridad de la noche.

Eres la Inspiración, mas soy el dueño del ritmo y de las gamas inextintas, ¡y mía es la sublime eternidad! DESPUÉS DE TODO... Sobre la cresta del altivo monte, águila herida por audaz, detengo mi vuelo para ver el horizonte ensangrentado y triste de que vengo.

No es hijo mío, no.

¿Si será ilusión mía?

Su divisa era la siguiente: «Mío es el mundo y todo cuanto contiene, dice el Señor».

Poseo numerosa servidumbre, y mía es la nave que hay ahora en el puerto abarrotada de mercancías.

Pero, al fin y al cabo, pensé que aquello no era negocio mío, además de que no era asunto muy fácil el saber qué partido tomar.

Sin embargo, mío es el niño, porque mío quiero que sea... Fíjese usted.

Lo sería, señorita, repitió Solfa prontamente, si la mía fuese una opinión aislada, pero no lo es.

Mío es el pan que comes, mía la ropa que vistes, mío el tabaco que fumas, y mías las copas, las copas....

Forcemos velas, démosle caza, vamos al abordaje, hagamos fuego y será mía la presa, ó que el Océano nos trague á todos! (Sale Pistol.)

11 Habló además el SEÑOR a Moisés, diciendo: 12 He aquí yo he tomado los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos que abren la matriz entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas; 13 porque mío es todo primogénito; desde el día que [yo] maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, [yo] santifiqué para [a] todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán.

Vuelto al navío, y resueltos los míos de dejarme, les rogué que me dejasen el barco, como en premio de los trabajos que con ellos había pasado.

3 Habla, y di: Así dijo el Señor DIOS: He aquí estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es mi río, y yo me lo hice.

Muy señor mío: Su artículo sobre las elecciones, publicado en El Sol del día 13, contiene varias inexactitudes que me apresuro a rectificar.

Tus ayes y los míos son la voz del deseo encadenado; rompamos estos lazos, y volemos juntos; la primavera nos convida; cada hoja que nace es una lengua que dice: ven: el misterio dionisíaco te espera.

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