35 Verbos a usar para la palabra pantorrilla

Nada ganará en cultura y decoro el día en que tenga calles anchas y casas de seis pisos y campos de foot-ball y los jóvenes enseñen las pantorrillas y las cigarreras vayan a la fábrica con sombrero.

Por allí vagan, después de hociquear en los montones arriba citados, perros leprosos que no desdeñan una pantorrilla si se les ofrece, gallinas flacas que por Abril ó Mayo pasean sus manadas de pollos y les enseñan los primeros rudimentos del modus vivendi.

La falda corta y estrecha se había subido impúdicamente con el movimiento de descenso, dejando a la vista una pantorrilla larga, de curva armoniosa, enfundada en una media de seda gris con rayas caladas.

Fuera de unos cuantos trajes de niño chico que permitían lucir las pantorrillas a sus dueñas, de un par de atavíos de torero en traje de calle que servían para mostrar formas de exuberancia tentadora, de algún disfraz de albañil que hacía las veces de válvula al androginismo grosero de tal cual prójima, lo que dominaba eran los mantones de Manila.

Yo la he visto en casa de este, con su gran mandil blanco, su falda bajera ceñida al cuerpo, la pantorrilla un poco al aire y los brazos un todo al fresco... colorada, excitadota....

Con la trituración desaparece por completo la pantorrilla; desde el tobillo a la rótula, la pierna no es más que una canilla; pero en compensación los muslos y las caderas adquieren un desarrollo fenomenal y muy en armonía con los gustos estéticos de los chinitos.

Al andar tiene cuidado en mostrar el enano pié calzado con una elegante babucha, y descubrir algo la rica pantorrilla, capaz de hacerle perder su gravedad á un inglés.

La ficción comenzaba en las Tullerías, en la persona misma del señor, y en las de los que al señor hacían la corte, y continuaba por las Cámaras y Tribunales de Justicia, hasta llegar a la persona del verdugo, a quien se obligaba a oficiar muy «peinado, rizado y empolvado, luciendo lujosa levita galoneada de oro, y encerradas sus pantorrillas en ricas medias de seda».

Para exhibir pantorrillas y biceps, para correr unos detrás de otros, y tropezar, y caer, y revolcarse por el suelo; pero sin más comentarios que los pertinentes al juego.

Llevaba ademas un cinto, lindos botines de hermoso becerro leonado, que abiertos hácia la pantorrilla, dejaban ver una media muy fina; y en fin, zapatos anteados, que hacian campear con ventaja un pie perfecto.

mientras los perros le contemplaban a cierta distancia sin que faltara alguno más confiado que se llegase a helarle las pantorrillas con el soplido explorador de su hocico.

Allí fue ella, que uno le halló el cogote a don Toribio y le levantó una pantorrilla en él de dos dedos.

Venía vestido con una sobrepellíz blanca, que le llegaba á las pantorrillas, sobre un jubon sin mangas á manera de sambenito, de cuero colorado: traía en lugar de mangas unas alas, y de ellas salian unas cintan anchas, de las cuales pendia en medio de las espaldas una calabaza mediana, que por unos agujerillos que tenia, estaba toda llena de flores, y dentro de ella diversas cosas de supersticion.

¡Pues poco bonita que va a estar mi nena cuando meta en estas envolturas de colores sus pantorrillas de diosa!...

(Se sienta a su derecha, pero sin dejar de mirar la pantorrilla.

¡Nagpintás ket ni kabsaten! (¡Qué hermosa es mi hermana!) ¡Makagatko man la koma dediay butóy ni adi! (¡Si yo pudiera morder las pantorrillas de mi hermana!).

El perro no estaba allí ya, para morderme las pantorrillas ...

¡Quién fuera trucha para morderte una pantorrilla y chupar esa sangrecita dulce! ¡Quién fuera anguila para deslizarme entre tu ropa y registrar tus secretos!...

Vestían falda corta, mostrando media pantorrilla y el carnoso pie descalzo, y sus rudas cabezas habrían lucido mucho sosteniendo un arquitrabe como las mujeres de la Caria.

No podía permanecer quieta en la sala de estudios, y apenas la hermana vigilante dejaba de tener en ella fijos los ojos, cazaba moscas para dejarlas volar después de colocarlas en la parte posterior trompetillas de papel, o se escurría bajo los bancos para pellizcarle las pantorrillas a alguna compañera que gozaba de fama de tonta y paciente.

Pensó el dominico que el animal fuera una encarnación del demonio mismo, y se disponía a hisoparlo... Pero como el gato era muy manso, restregose contra las pantorrillas de Guy, el primero que topara.

Los de las montañas de la Cabrera traían todos gorros de pieles de cordero, coleto muy largo de piel de rebezo destazada y de color rojizo; calzones ajustados de paño obscuro y unas pellejas rodeadas a las pantorrillas y sujetas con las ligaduras y correas de la abarca.

Todas llevan pantalones de seda azul, muy anchos de boca, y resulta cómico y triste á un tiempo ver salir de dicha funda ondeante una pantorrilla enjuta, toda hueso, con media blanca, rematada por un muñón y una pezuñita de raso negro, sostenida por cintas, que hace oficio de zapato.

Su piel, la vieja blusa de lona que cubría la parte superior de su cuerpo, las medias, que llenas de arrugas servían de envoltorio a unas pantorrillas sin carne, y en una palabra, todas las prendas de vestir, habían adquirido, a fuerza de verse privadas del contacto del aire y de la luz, un tono de pergamino que hacía sumamente difícil poder precisar la materia empleada en su manufactura.

Allí tuvo Borelly que matar á puñaladas en presencia del público á su tigre real de Bengala, porque éste tenia ya entre sus dientes la pantorrilla izquierda del domador: quien al levantarse lanzando un caño de sangre de una arteria rota, tuvo tiempo, ántes de perder el sentido, de decir á los espectadores á modo de satisfaccion: «Señores, ya habia gustado mi sangre, y ó él ó yo.

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