29 oraciones de ejemplo con ceibas

barley CEDER v. to cede, to yield CEDRO m. cedar CÉDULA f. charter CEIBA f.

ceiba, silk-cotton tree CEILÁN pr.

Su amplísimo puerto contiene siempre multitud de embarcaciones indígenas, y sus albarradas, sus corpulentas ceibas, el contraste de sus construcciones dominando la playa, y sus ricas arboledas de frutales, le dan un aspecto tan pintoresco que provoca al viajero á visitar el interior.

Hablamos ahora del famoso jardín de Cuba, circunscrito entre las jurisdicciones de Guanajay, Güira de Melena, San Marcos, Alquízar, Ceiba del Agua y San Antonio de los Baños.

Después, en el centro de este gran valle, un poco hacia nuestra derecha, por junto al tronco de aquella ceiba, pueden verse las tejas coloradas de la casa de calderas del viejísimo ingenio de Escobar o del Mariel.

El viajero que descienda a las playas cubanas y visite las poblaciones y las campiñas, así como el que hoy, después de treinta años de ausencia, se admira de cómo camina esta tierra privilegiada, envidiará no haber nacido bajo sus ceibas y sus palmas.

¡Sólo las flores del paterno prado tienen olor! ¡Sólo las ceibas patrias, del sol amparan! Como en vaga nube por suelo extraño se anda.

Aquí el viejo torreon, detras el apartado campanario; mas allá la ciudad de los muertos, rodeada de ceibas, de cipreses i olivos, envuelta en el silencio i la soledad, que se dibuja hácia los estramuros de la ciudad de los vivos, con la cual contrasta por el ruido, la ajitacion i el movimiento que se nota en sus calles anchas, rectas i sin empedrado.

Algunos floreros de porcelana blanca que contenian grandes ramos formados de las rojas flores de la ceiba, adornaban la mesa.

Bajo la bóveda estrellada del cielo i a la sombra de las ceibas i las palmeras dió la negrera su primer grito de independencia.

Cuando el huracán se desataba, formando remolinos de polvo, arrancando los troncos viejos de los árboles, despojando á la ceiba de su follaje y al rancho de su techo pajizo, iban medrosos el quiché y el cakchiquel á las cuevas de sus mayores á implorar perdón.

Cuando uno va á pasear por ese barrio de la capital, con dirección al Hipódromo, apenas recuerda que cerca de la altísima ceiba que está junto á la antigua fuente, hubo una iglesia y un camposanto, de un pueblo numeroso de indios puros.

Ilustración] En 1519 una ceiba arrogante ocupaba el sitio del templete, y á su sombra erigióse el primer altar á Dios, invocado por Colón al tomar posesión del continente americano.

El autor de la obra no supo dar al monumento el sabor de la época y de la localidad; quizá más que un edificio mezquino habría sido natural perpetuar la ceiba, continuar la tradición, buscar algo en la arquitectura mexicana, en la choza india, ¿qué yo? algo que no fuera un edificio banal y pobre arrancado al arte europeo.

Un bosque umbrío de altas ceibas aumentaba la tristeza de ese sitio.

» Los verdugos pusieron una cuerda al cuello del Rey, y lo mismo hicieron con los de Tacuba y Texcoco, y los colgaron en unas altas ceibas.

Las tempestades pasaban algunas veces sus alas de fuego sobre aquella naturaleza exuberante, y los robustos troncos de las ceibas se estremecían como una caña cimbradora, al soplo de los huracanes.

El ferrocarril del Pacífico se divide en tres secciones: 1.^a, división occidental, que comprende la línea 66 millas 26, prestando servicio entre Realejo por el puente metálico de Paso Caballos, Chinandega (un ramal de 4 millas 92 conduce del Viejo a esta ciudad, futuro punto de unión del gran trans-americano para Honduras), Chichigalpa (ramal para las propiedades azucareras de San Antonio), Pozoltega, Quezalguague, León, La Ceiba, La Paz.

Los principales productos de este país son, en la vertiente atlántica: maderas de cedro, caoba, hule, ceiba y muchas otras, enormes palmares, largas praderas, con fauna extraordinaria.

De los ARBOLES HISTÓRICOS, que son depositarios de recuerdos y hechos lejanos, existen todavía unos pocos, como: en México, en el que debajo de su sombra descansó el conquistador Hernán Cortez á lamentar los desastres de la batalla de la "noche triste"; en la Habana, el Ceiba, bajo el cual se celebró el primer cabildo y la primera misa.

Ceiba, árbol cuyo fruto se semeja á la lana de los animales y sirve para muchos usos.

Desde el camino, el viandante, al mirar la aldehuela, bajo las ceibas florecidas, piensa ver una perla al través de una esmeralda.

Colocóse junto al obelisco que D. Francisco Cagigal erigió en 1754 para consagrar aquel sitio, donde, según la tradición, se dijo la primera misa bajo una ceiba, año 1519.

Los versos del doctor son al río Magdalena, al que, entre otras mil cosas que justifican no poco las que yo sospechaba que fuesen ponderaciones de mi amigo el Sr. Cané, dice lo siguiente: No nadan rosas en tus aguas turbias, Sino los brazos de la ceiba anciana, Que desgarró con hórrido estampido Tremendo rayo de feroz borrasca.

El tren se trasladó todo entero a un «ferry boat» que lenta y suavemente nos puso en la otra margen del río Paraná... Y mientras cruzaba las aguas parduscas y tranquilas del ancho río, mis ojos pudieron admirar los primeros signos del paisaje indiano; ceibas de encarnada flor, bosques de caña «tacuara», y unas palmeras a lo lejos, flotando sobre las malezas de los campos anegadizos.

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