1228 oraciones de ejemplo con que, si

Lo que tiene que, si es verdad lo que me han dicho las gentes del barrio, le preparan una buena al intruso.

Los médicos declararon al P. Jacinto que había sobrevenido un grave impedimento á la circulación de la sangre en el mismo corazón, y que, si crecía el impedimento, se seguiría la muerte.

La verdad es que, si no quieren firmar, no puedo obligarles, y si me dan un recibo y luego se les ocurre quitármelo, con prenderme están al cabo de la calle.

Así es que, si bien disimulaba con habilidad, andaba con la barba sobre el hombro y le parecían los dedos huéspedes.

Encarrilado el discurso en este sendero, llegué a sentir un vigor de espíritu, una virilidad desconocida en ; soliviantóse mi amor propio de mozo bien saneado de alma y cuerpo; y aprovechando la fiebre, por temor de que, si era pasajera, se llevara consigo mi ardimiento al desaparecer, escribí a mi tío diciéndole «allá voy» y hasta fijándole la fecha de mi salida de Madrid.

Esto no se opone á la opinión de los que creen, que los poetas del tiempo de Isabel conocían ya las obras de los dramáticos españoles coetáneos, puesto que lo contrario se hace más verosímil, dando motivo para pensar, que, si las composiciones más imperfectas de los antiguos poetas castellanos se habían abierto camino hasta Inglaterra, con más razón debieron llegar hasta ella las más acabadas de Lope de Vega.

Marcos López, cura de Santo Tomé, aseguraba que Santiago Apóstol se le había aparecido una noche diciéndole que, si la nobleza castellana no volvía por el respeto de sus fueros, España estaba perdida.

Yo hago votos para que, si no es de plata, sea, por lo menos, de un metal muy sólido, porque, si no, el tendero me lo romperá.

De que vio no le aprovechar nada su remedio, dijo: "Este arcaz está tan maltratado y es de madera tan vieja y flaca, que no habrá ratón a quien se defienda; y va ya tal que, si andamos más con él, nos dejará sin guarda; y aun lo peor, que aunque hace poca, todavía hará falta faltando, y me pondrá en costa de tres o cuatro reales.

Entra también por algo la manía de no pocos críticos y pensadores modernos, de encarecer ó ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas ó buenas, no merecen tan ponderativos encarecimientos.

Vinieron después los garbanzos, que, si no por lo grandes, por lo duros hubiesen podido figurar en un parque de artillería, y uno de los huéspedes se permitió alguna broma acerca de lo comestible de legumbre tan pétrea; broma que resbaló por el rostro impasible de doña Casiana sin hacer la menor huella.

Cada cual se llamaba como le parecía; yo mismo cambié de nombre; no quería que, si me llegaban a ahorcar, el apellido de mi padre saliera a la vergüenza pública.

A la hora del baño, estoy convencido de que, si le aplicásemos á Solís un termómetro clínico, se apreciaría elevación en su temperatura.

LXV El nuevo gobierno nicaragüense, que suprimió por decreto mi misión en México, no me envió nunca, por más que cablegrafié, mis recredenciales para retirarme de la legación de España; de modo que, si a estas horas no las ha mandado directamente al gobierno español, yo continúo siendo el representante de Nicaragua ante su majestad católica.

Realmente, fuese debido á sus antecedentes históricos ó á la extraña enfermedad nostálgica que padecía desde su llegada á Madrid, la chica aparecía desmejorada y en un estado de caimiento que, si no la impedía trabajar con asiduidad y hasta con ardor, la quitaba esa valentía que hace insensible el trabajo.

, ántes que su compañero se lo pudiese impedir, mandóle dar cien azotes, los cuales llevó á cuestas, y viendo que no podia ir contra el torrente y furia de todo el pueblo, envió á decir á Nicuesa que se recogiese á sus bergantines, y que, si no viese su cara, no saliese á tierra dellos.

Si usté me sirve al tenor de lo expuesto, de usté seré con todas mis fuerzas; si no, cumpliré honradamente mis compromisos con el señor Barón, que, si no me da el cierro, porque no puede, como otros podrían, sabe corresponder rumbosamente con los amigos con aquello que está á sus alcances.

La verdá es que, si vamos á hilarlo muy delgado, bien pudiera quebrarse entre los dedos.

Se conoce—respondió Marcones,—se conoce... en todo: por de pronto, en que, si la suprimimos, todas las que la acompañan ya no quieren decir nada; después, en lo mucho que pueda variar... hago, harás, haríamos, hicimos...

Autorízase á los Oficiales Reales para que, si entienden que sea conveniente, procedan, de acuerdo con las justicias, al arrendamiento del almojarifazgo.

Tampoco he venido con ánimo de solicitar sus consejos y ayuda; pero creyendo que, si en su mano está ayudarme, y lo considera justo, me proporcionará algún auxilio.

de haverse echado el Preceptor á mismo tan terrible maldicion, que, si por nuestros pecados le huviera comprehendido, quedaria la Latinidad Preceptoril defraudada de uno de sus mas ridículos ornamentos

Tanto como se alegró Fray Gerundio con la vista de su amigo, tanto sintió el Maestro Prudencio aquella importuna visita, temiendo, que, si los dexaba hablar á los dos á solas, echaria á perder el aturdido del Predicador todo lo que, á su modo de entender, havia adelantado él por la mañana.

Dejá que lleguemos á la corte: que, si ahora soy sombra, algún día seré asombro.

Señor conde Lucanordijo Patronio, la golondrina vido que un homne sembraba lino, et entendió por el su buen entendimiento que, si aquel lino nasciese, podrían los homnes facer redes et lazos para tomar las aves.

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