31 Adjetivos para describir abad

El primer día de su estancia en los Pazos bien necesitaba chapuzarse un poco, atendido el polvo de la carretera que traía adherido a la piel; pero sin duda el actual abad de Ulloa consideraba artículo de lujo los enseres de tocador, pues no vio Julián por allí más que una palangana de hojalata, a la cual servía de palanganero el poyo.

No, hija mía—repuso don Alonso: bien me lo predijo el santo abad de Carracedo; pero la venda no había caído hasta hoy de mis ojos.

Verdad es que trabajaban de firme, porque el venerable abad Fray Diego de Berguén era tan severo con todos ellos como consigo mismo, que es mucho decir, y en su convento no se toleraban holgazanes.

No, no, hija mía—repuso el abad apresuradamente; ni él ni yo nos apartaremos de tu lado hasta que tu padre vuelva de Francia con esa dispensa, prenda de tu alegría y gloria venidera.

Así se espresan las referidas constituciones de la órden del Cister, escritas en el año 1119 por Hugo de Macon, S. Bernardo y otros diez abades benedictinos, al tratar de la fábrica de los templos.

dijo el abad bondadosamente.

LUCR.Jesu, senora, mas conoscida es esta vieja que la ruda: no se como no tienes memoria de la que empicotaron por hechizera: que vendia las mozas a los abades e descasaua mill casados.

Era un donativo ofrecido por el célebre abad Sanson, rector de la basílica de S. Zoil y abad del monasterio pinamelariense, á una iglesia titulada de S. Sebastian, de la cual no queda hoy mas memoria sino que estaba en la Sierra de Córdoba á tres leguas de la ciudad.

Hija mía—respondió el abad, conmovido a vista de tan noble desprendimiento y tomándole la mano, ¿cómo desconfiáis así de la misericordia de Dios?

Y al conocerle, en el café Lion d'Or, que es su café preferido, he visto en su figura la de un hidalgo perteneciente a esa familia de retratos del Greco, nobles decadentes, caballeros que pudieran ser monjes, tan fáciles para abades consagrados a Dios como para hacer pacto con el diablo.

Conocemos dos manuscritos de dramas monásticos del año 815[90], y las composiciones dramáticas en lenguaje frisón, que se atribuyen al abad Angilberto, contemporáneo de Carlomagno.

Entonces significó a su padre y al abad por más extenso las mandas y dádivas que en su nombre se habían de hacer, y manifestó al prelado con vivas expresiones su agradecimiento por su amor paternal nunca desmentido y lo mismo al anciano médico que en su larga enfermedad había mostrado un celo que sólo la caridad podía encender en su corazón entibiado por los años.

Entre estos últimos ¿quién no recuerda al famoso abad Esperaindeo, doctor ilustrísimo, de feliz recordacion, luz brillante de la iglesia en aquellos tiempos borrascosos, varon elocuente, maestro de los mas grandes genios que florecieron en la España mozárabe, y de quien se escribió que entre las amarguras que por entonces inundaban toda la Bética, prevalecian los raudales de su prudencia con los cuales endulzaba lo mas salobre?

Los derechos señoriales y feudales de nuestros abades son muy posteriores á la época por cuya zona discurrimos; al paso que los abades franceses, italianos y alemanes, ya entonces habian comenzado á adquirir aquella prodigiosa influencia, que despues desde el siglo X fué la causa principal de la decadencia de la disciplina monástica.

(El desdén con el desdén, jornada 1.ª, escena I.) [Ilustración] POR LA PUENTE, QUE ESTÁ SECO Iba camino un abad muy gordo y muy reverendo; llegando a un río, intentó pasar el vado, y saliendo un pastor, le dijo: Advierta que ayer se ahogó un pasajero porque erró el vado.

Un íntimo amigo nuestro, alegre gastrónomo y dignidad de Sevilla, que se dirigía a los baños de Carratraca para reponerse del abuso de las ricas ollas y del valdepeñas, y que no tenía maldita la gana, como el abad gotoso de Bocaccio, de verse sometido al régimen médico bandolero, se procuró un pase de José María y tomó uno de sus secuaces para que le sirviese de escolta, y nos le describía como su santito, como su ángel guardián.

] DE DON FFURÓN, MOÇO DEL ARÇIPRESTE Salida de febrero é entrada de março: El pecado, que sienpre de todo mal es caço, Traya de abades lleno el su rregaço, Otrosy de mugeres fasia grand rretaço.

La junta de Lerma fué la que trabajó con más entusiasmo; la formaban el escribano don Ramón Santillán, el abogado don Fermín Herrero y el abad mitrado de Lerma don Benito Taberner.

El abad entonces, penetrado de misericordia, se acercó rápidamente a don Álvaro, y asiéndole del brazo le trajo, como a pesar suyo, delante de doña Beatriz.

No era el abad preferido á ninguno de sus súbditos ni en la comida, ni en la bebida, ni en la cama, ni en el vestido.

Recordaba a aquellos pulidos abades de otro tiempo, doctos en Humanidades y meticulosos catadores de la vida y sus más recónditos placeres.

La Vid estuvo sometida a Retuerta por orden de Alfonso el Emperador hasta el año 1532, en que Clemente VII estableció que este monasterio tuviese abades trienales y fuese cabeza de congregación.

El que no bebe, no es hombrepronunció el abad sentenciosamente.

EL CABALLERO ¿Tienes hambre, hermano Fuso Negro? FUSO NEGRO Los vinculeros y los abades siéntanse a una mesa con siete manteles, y llenan la andorga de pan trigo y chicharrones.

El Arcipreste, a quien en Santiago conocían por el apodo de Sobres de Envelopes, a causa de una candorosa pregunta en mal hora formulada en una tienda, había sido en otro tiempo, cuando simple abad de Anles, el mejor instrumento electoral conocido.

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