50 Metáforas para vinos

El vino de Jerezcontinuó con acento solemne el jefe del escritoriono es un advenedizo, un artículo elevado por la veleidosa moda; su reputación está de abolengo bien sentada, no sólo como bebida gratísima, sino como insustituible agente terapéutico.

Según parece, el vino de mono es un excelente afrodisíaco; el de pollo evita las enfermedades del pecho y el de reptiles da valor y ligereza.

° El vino, incienso y agua que trujistes Poneldo encima, y apartaos afuera, Y arrepentíos de cuanto mal hicistes; Que la #oblación# mejor y la primera Que se ha de ofrecer al alto cielo Es el alma limpia y voluntad sincera.

El cristal de las copas es de primer orden, pero los vinos de Montifiori están a la altura de la mayor parte de sus invitados.

Vino usted al mundo ¡oh! antes de tiempo, amigo mío.

El vino y el café son los antídotos generales de la belladona; pero es necesario, en fin, combatir sus síntomas especiales con sustancias de efectos análogos.

Va usted á beber uno de misa mayor que tengo reservado para los amigos que estimo de veras... Gracias, gracias; tengo mucha sed, y el vino no me la apaga.

El vino, Fermín, es la bebida universal por excelencia, la más sana de todas la que el hombre usa para su nutrición o su recreo.

8 Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.

El vino de su bodega era de excelente calidad y valía siempre hasta dos reales más en cántara que los de los pueblos inmediatos.

El vino es de corta cantidad, pero de larga reputacion.

No digo tal, dijo Loaysa, ni Dios tal permita: bebed, hijo Luis, bebed, y buen provecho os haga, que el vino que se bebe con medida jamas fué causa de daño alguno.

pajes OLOFERNO (con el vaso en la mano).¡Viva el vino de Jerez! Jerez de la Frontera es una ciudad del paraíso.

Los vinos eran colores sueltos: pero llegaba el técnico, el encargado de las combinaciones, y cogiendo un poco de aquí y otro de allá, creaba el Madera, el Oporto, el Marsala, todos los vinos del mundo, imitados con arreglo a la petición del comprador.

Y el jorobado estaba borracho completamente, diciendo chistes á cuantos le rodeaban, y recitó estos versos: ¡No si elegir la copa transparente y coloreada ó el vino sutil y purpurino! ¡Porque la copa es como el vino sutil y purpurino, y el vino es como la copa coloreada y transparente! Y se interrumpía para embromar á los transeuntes ó para danzar, golpeando la pandereta.

El vino, pan y carne que se gasta es cosa increible; buena población es la que consume en el rastro más de 50.000 carneros, sin los que se gastan en la carneceria, y más de 100 reses vacunas cada semana; carne de puerco no hay quien se atreva á dar abasto; dan tantos para cada dia; oficiales, tanto género dellos como en Sevilla.

° Pues debe con el vino ruciarse El sacro fuego, dad acá ese vino, Y el incienso también que ha de quemarse.

Y eran sus delicias el vino en las copas, los perfumes de las flores, las flores en su tallo, cantoras y danzarinas, los ojos negros y las propietarias de estos ojos.

Además, el vino era el peor enemigo para un hombre como él, que necesitaba vivir muy despierto y en guardia.

Los vinos de mesa eran su especialidad; los miraba, los olía, los cataba como un verdadero conocedor.

Déjate de cumplimientos entre nosotros; ya sabes que yo soy franco y castellano viejo: el pan pan, y el vino vino;{133-2} por consiguiente exijo de ti que no vayas á dármelos; pero estás convidado.¿Á qué?.Á comer conmigo.

Los mejores vinos son los extraídos de la uva que tarda más en madurar; esta clase de viña es muy delicada, tiene una verdadera hidrofobia báquica o antipatía al agua, y fácilmente se estropea con malos olores y hierbajos.

Podría creerse que el vino y la luz eran hermanos gemelos, y que á un tiempo, por un solo movimiento de escape, huían de .

En las reuniones de amigos, y cuando el vino era de su gusto, había en todo su ser algo eminentemente humano que chispeaba en sus ojos; pero ese no qué, nunca se traducía en palabras; sólo lo manifestaba por medio de esos síntomas mudos que aparecen en el rostro después de la comida, y de un modo más ostensible, por los actos de su vida.

GENARO.Habría debido conocerlo, habiéndome escanciado vos el vino.

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