50 colocaciones para diestro

Don Rosendo, Don Mauro y Don Gonzalito, descansan al pie de los cipreses, con los caballos del diestro.

No obstante, sucede muchas veces que estos toros desde que arrancan vienen ya metidos en el terreno del diestro buscándoles el cuerpo, y de un modo que no dan lugar á mejorar el sitio, lo cual nunca se intentará, siendo preciso cambiar los terrenos por las mismas reglas que dimos para los que lo ganan, y usando ademas de todas las precauciones que hemos dado arriba, con lo que el remate es seguro.

Uno de ellos era un esclavo negro: llevaba en la una mano una antorcha, y en la otra tenia del diestro un hermoso caballo árabe.

Es de advertir que don Eugenio no gozaba fama de diestro tirador, por lo cual, al reunirse los cazadores a mediodía para comer en un repuesto encinar, el párroco de Naya invocó el testimonio de Julián para que asegurase que se las había visto tirar al vuelo.

Debe tambien procurarse que el toro se vuelva por el terreno de afuera, porque entonces el de adentro será la huida del diestro, siendo asi la suerte tanto mejor cuanto es mas natural, pues toman cuando se remata sus terrenos propios: ademas que si el toro se revuelve y sigue al diestro, y este toma el terreno de afuera, le podrá dar una cogida, que nunca se verificará tomando el de adentro, pues tiene en él la defensa de las barreras.

Fray Luis de León nos declara que su arte era en todo reflexivo y meditado; arte de selección cuidadosa de palabras, y hasta de letras; arte de cálculo y medida en la disposición de frases; arte en todo diestro, esmerado y primoroso que nos ofrece la lengua castellana ataviada con todos los elementos poéticos y musicales de que es capaz, y levantada a la altura de las lenguas clásicas.

El vacio que hay entre una y otra, porque estas balsas son redondas, hínchenlo con enea ó totora suelta, que es lo mismo, de suerte que la puncta queda llana y rema de ancho tres varas largas; es segurísima y puédese pasar á caballo, aunque yo muchas veces que la he pasado me apeo, llevando la cabalgadura de diestro.

Los toros burri-ciegos de la primera clase, que son los que ven bien de cerca y mal de lejos, son muy faciles de correr, atendiendo lo que ya hemos dicho con respecto á las piernas, á su clase, querencias &c., y tienen ademas la ventaja de que ven mejor el capote que el diestro.

La carrera determinada del diestro ó del toro.

De Maura á Miura no va más que una letra, y desde luego había más confianza en los diestros que habían de lidiar el ganado del primero que en los anunciados para lidiar el del segundo.

: vestia á la usanza de los hidalgos castellanos, usaba el pelo corto como ellos, llevaba espada, daga y pedreñales y además, como arma defensiva una coraza blanca y limpia y tenia del diestro un magnífico caballo de raza árabe.

Aproximóse el buque á tierra, le amarraron con sólidos cables, y echaron el puente, por el que desembarcaron los caballeros provistos de sus armas y llevando sus corceles del diestro.

El padre tiró de la prole con excusas de agradecimiento, no acertando a expresar en sus confusas razones si el entusiasmo era por el regalo a los niños o por el billete para la corrida que iba a entregarle el criado del diestro.

Se llaman toros que se ciñen aquellos que aunque toman cumplidamente el engaño, se acercan mucho al cuerpo del diestro, y casi le pisan su terreno.

En éste, particularmente en el período belicoso, es notable su admiración por el más fuerte y con especialidad por el diestro en el manejo de los puños.

Porque he aquí que yo despierto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes naciones de la tierra del aquilón; y desde allí se aparejarán contra ella, y será tomada; sus flechas como de valiente diestro, que no se tornará en vano.

Es dócil á los instrumentos, se deja labrar facilmente, y sin resistencia admite cualquiera figura al gusto del diestro maestro y delicado estatuario.

En una contrabarrera pavoneábase orgulloso el marido de Encarnación, la hermana del diestro, un talabartero con tienda abierta, hombre sesudo, enemigo de la vagancia, que se había casado con la cigarrera prendado de sus gracias, pero con la expresa condición de no tratar al «maleta» de su hermano

¿Quién, al contemplar un elefante enorme que, blandiendo la trompa, se arroja impetuosamente en la pelea, mira el castillete levantado en su lomo, o teme las jabalinas de sus ocupantes, por diestros y valerosos que sean?

Llevaronse los señores consigo á don Quixote, armado de todas pieças, y más de coraje, y con él á la reina Zenobia y á Sancho, llevando un lacayo del diestro á Rocinante, que con el ocio y buen recado estaba más lucio, y un paje llevaba la lança.

Estos sentimientos alcanzan un grado máximo de excitación cuando el caballo, enloquecido por las heridas y el terror, sumergido en la lucha mortal, con sus rojas cicatrices veteando su cuerpo cubierto de espuma y de blancuzco sudor, huye del furioso toro, que sin cesar le persigue y acornea; en este punto es cuando se pone de relieve el valor, la presencia de ánimo y la maestría del diestro y sereno picador.

Muy satisfecho de mismo, el señor del bigote volvió a estrechar la mano del diestro; despidióse de Juanito Paisa, agradeciéndole mucho el favor que acababa de hacerle, y de nuevo rompió a través de los viajeros que obstaculizaban mi corredor.

El mayordomo, que era un mesinés de los más diestros, me llevó a su cuarto, llenándome de cumplimientos.

Los toros abantos deben torearse con precaucion por los contrastes en que pone su miedo al diestro.

Las buenas mozas amigas del diestro agitábanse borrachas de entusiasmo, con histéricas contorsiones, los ojos lacrimosos, la boca chorreante, agotando en plena tarde el léxico de palabras amorosas que sólo usaban por la noche.

50 colocaciones para  diestro