50 Metáforas para culpas

La culpa es de los amigos de su señoría.

Mi primera culpa es tu amor, Alejo idolatrado.

Culpa es de su arrebato, que no le deja tiempo para reflexionar lo suficiente antes de obrar; de su pasión, que lo ciega frecuentemente sobre la debilidad de sus razones, y, confesémoslo, también es culpa de su cultura artística incompleta.

Si una ciudad, villa o aldea se empobrece y se arruina; si sus habitantes pierden el bienestar, el reposo y la cultura de que en otro tiempo gozaban, culpa es del ayuntamiento o del alcalde.

Sin disimular sus yerros, y atribuyendo á mismo las calamidades de la pátria, dijo el desconsolado Monarca: Bien que mis culpas, y el haberme alzado con el reino contra mi padre, son la causa de los males que padecemos, y que tan amargamente lloro.

Y nada sacaba en limpio de estas cavilaciones; y no sacándolo, ni su incipiente escepticismo filosófico, ni el recuerdo del muy viejo de su padre, ni sus propias impresiones adquiridas delante de la causa de sus desvelos, eran parte á evitar que el orgullo sectario se le rebelase y le indujese á creer que la culpa de la obscuridad no estaba en su ceguera, sino en Águeda, que, á pesar de su talento, creía en brujas todavía.

La culpa era del cochero.

Con el permiso de Dios y á fin de hacer purgar á la comarca algunas culpas, volvió á tomar cartas en el asunto.

Si la atención y la justicia de los que han de juzgar se bambolean ó se tuercen en ocasiones, culpa es de los propios concursantes, que suelen mover una de recomendaciones, influencias y hasta intriguillas á las que sólo con gran energía, y á riesgo de enemistarse con muchos, puede uno sustraerse.

El jefe de la iglesia, hijo mío, no puede errar, y si hasta ahora no ha recaído ya el castigo sobre los delincuentes, culpa es de su corazón benigno y paternal.

Así es replicó el galeote; y la culpa por que le dieron esta pena es por haber sido corredor de oreja, y aun de todo el cuerpo.

Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más, que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.

La culpa principal de degeneración tan lastimosa es, según el Sr. Gener, la errónea creencia de que todos los hombres somos iguales.

¡Quiá! ¿No ve Vd. que los dos están convencíos de que la culpa es del cura?

DON JUAN: Culpa mía no fue: delirio insano It wasn't my fault, some inflammation me enajenó la mente acalorada.

Si don Álvaro murió, culpa es de su desdicha, que no de mi mala voluntad.

Creemos haber llenado el objeto que nos propusimos al empezarla, pero si no lo hemos conseguido, culpa será de nuestras escasas dotes que no dieron á nuestras frases toda la fuerza necesaria para llevar el convencimiento al ánimo de los que se dignen leer estas líneas.

Agrádale bastante al principio la desenfrenada licencia de la nueva vida; pero pronto la encadena la Culpa, y la encierra en una prisión.

La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, si consentimos en ser inferiores.

Y la culpa es de la negra fatalidad que me persigue, la negra fatalidad contra la que es inútil toda lucha.

¡Aquietantes robledas, mansos maizales, collados revestidos de vides! Si bajo tan docta tutela no acabé empeño de mayor fuste, culpa es de mi flaqueza, no de mi intención ni de tu diligencia.

Toma, y pues su culpa fué De un árbol la fruta, sea De otro la rama el castigo.

Culpa suya era todo aquel furor suscitado contra las dos mujeres, del cual no le cabía la menor duda de que doña Inés era promovedora.

Yo a quien doy toda la culpa es a tu hermano, por buenazo, por simple, por esa maldita manía de todos los padres, que desafían el peligro con la esperanza de colocar bien a las hijas....

Si las leyes que gobiernan las sociedades no hacen felices a éstas, la culpa no es de los hombres que las dictaron.

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