121 colocaciones para rasgar

Tras ese monte azul, cuya alta cumbre Lanza reto de orgullo Al zafir de los cielos, Está el pueblo gentil donde al arrullo 15 Del maternal amor rasgué los velos Que me ocultaban la primera lumbre.

Sonaban los lamentos de cobre de las largas trompetas, rasgando el silencio de la noche.

Una banda de música, compuesta de unos cuantos italianos vecinos de Nenquen, empezó á rasgar el aire con las estridencias de sus instrumentos de metal.

, arrastrando mas bien que conduciendo á su anciano padre, que por un prodigioso y supremo esfuerzo podia seguirla, y exhalando lastimeros ayes, se arrojó sobre su hermano, vió que de su pecho manaba la sangre á borbotones y rasgando sus vestidos procuró restañarla, pero entonces observó con espanto que aquella salia por la boca y que las sombras de la muerte iban cubriendo su faz lívida y descompuesta.

De todos los extremos de la vega llegaban chirridos de ruedas, canciones perezosas interrumpidas por el grito que arrea á las bestias, y de vez en cuando, como sonoro trompetazo del amanecer, rasgaba el espacio un furioso rebuzno del cuadrúpedo paria, como protesta del rudo trabajo que pesaba sobre él apenas nacido el día.

Por fin, una noche... ¡Qué noche tan fiera! Blasfemo el dolor hacíame ser; pedía una daga con furia tenaz, rasgar anhelando con ella mi pecho... 220 En esto a mis puertas, y luego a mi lecho, llegó un peregrino, cubierta la faz.

Abrióla con frenesí, rasgando el papel, y leyó lo que sigue, trazado con lápiz, apresuradamente: «No puedo pintar mi martirio desde que este alcornoque de los Cuatro Vientos ha venido de Extremadura, con la pretensión de casarse conmigo.

Ahora me falta rasgar las vestiduras, esparcir las armas y darme de calabazadas por estas peñas, con otras cosas deste jaez que te han de admirar.

Su padre aceptaba con gestos de tristeza las noticias de ciertos amigos que se imaginaban halagar su vanidad haciéndole el relato de encuentros caballerescos en los que su primogénito rasgaba siempre la piel del adversario.

Atrajeron mi atención aquellos seres juguetones y enredadores: todos se reían con infantiles carcajadas, y entremezclándose volaban, rasgando nubes, esparciendo flores con el batir de sus alas de pollo, y dándose de coscorrones al chocar unas con otras las rubias cabecitas.

El mar rasgaba la obscuridad con un ronquido plácido, cuya ondulación iba rompiéndose en todos los salientes y recovecos de la costa.

Una risa loca, aguda, acerada, que parecía rasgar las carnes y puso en conmoción todo el hotel, mientras la artista, con los labios espumeantes caía al suelo y se revolvía furiosa, volcando los muebles, hiriéndose con las metálicas aristas de sus maletas.

Un vínculo más fuerte que el puño de los Césares y que la misma muerte hace de las tres islas un solo corazón; que tendrá, en la ventura, una sonrisa única, y, en las adversas horas, sabrá rasgar su túnica con un definitivo y unánime tirón.

Chipi, la pequeña pantera doméstica, corría con Miguelito, se afilaba las uñas en los muebles y rasgaba la tela de los sillones; subía a los árboles, perseguía a las lagartijas y a las mariposas; hacía bufonadas y parecía incomodarse cuando la gente se reía.

Ninguno de los dos es más que el otro, y ambos nos pasamos la eternidad en esta forma impalpable, divagando por espacios grises sin término, sin más distracción que describir curvas, ni más juguete que nosotros mismos rasgando en medio del caos las masas de luz espesa...

Él rasgaba todas las cartas de cierto interés, porque era descuidado y temía dejarlas en cualquier parte y que las leyesen.

Yo distinguí en el fondo crepuscular de una sala blanca entarimada de nogal, un grupo de mujeres con tocas, sentadas en sillas bajas de enea, haciendo hilas y rasgando vendajes.

El rey Agamenón acertó á darle un bote en el escudo, que no logró detener al dardo: éste lo atravesó, y rasgando el cinturón, clavóse en el empeine del guerrero.

De igual modo va apagándose el único rayo de luz que ha rasgado las tinieblas de vida... Me volví a mi cuarto llorando como un niño.

Oyó un canto lúgubre que rasgaba como un lamento la calma de la noche, y vió pasar á un hombre, vacilante sobre sus piernas, que parecía ebrio, llevando á cuestas á otro, envuelto en una sábana, con un brazo colgante que le golpeaba á cada paso.

Encima los muertos que se despiertan al són de la trompeta, rompen las losas de sus tumbas, rasgan sus sudarios, sacuden el polvo de sus esqueletos casi desnudos y el sueño de sus ojos casi vacíos.

Acuérdese de los primeros navegantes que rasgaron los misterios del mar: de nuestros respetables abuelos los argonautas.

Estas pruebas rasgan el corazón por toda la vida.

Ahora, mientras Ana y Álvaro hablaban asomados a la galería, sin miedo al agua que les salpicaba el rostro ni a los relámpagos que rasgaban el horizonte negro enfrente de sus ojos, los demás, en la obscuridad del corredor estrecho jugaban a un juego de niños que se llamaba en Vetusta el cachipote, y que consiste en esconder un pañuelo convertido en látigo y buscarlo por las señas conocidas de: frío y caliente.

¿Y qué demonios quieres que te respondamos á una pregunta tan vaga y tan compleja?contestó el pulcro, rasgando mucho la boca para enseñar todos los dientes.

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