63 oraciones de ejemplo con el tango

(Canturreando el tango que lleva esta letra, y dirigiéndose muy despacio hacia la puerta de la derecha del primer término.

El mundo decente movía las caderas bailando el tango.

Después apadrinaron la «danza del oso», el tango, la machicha y la furlana.

Sentía la necesidad de conmover á todas las damas que habían bailado el tango con él hasta la semana anterior.

» El tango se había apoderado del mundo.

El tango acaparaba todas las conversaciones.

¡Ojo, maestro!... Hay que seguir el nuevo curso del tiempo ó resignarse á perecer obscuramente: el tango ha muerto.

Por las tardes, mientras las señoras dormitan, suben ellas con Nélida a la última cubierta para que las enseñe a bailar el tango... pero el tango tal como se baila en los cafés nocturnos de Berlín.

Por las tardes, mientras las señoras dormitan, suben ellas con Nélida a la última cubierta para que las enseñe a bailar el tango... pero el tango tal como se baila en los cafés nocturnos de Berlín.

En fin, hasta les cantó los couplets de los Pajaritos fritos y tocó el tango de las Cacerolas.

Un barbián salió a bailar el tango con Matilde la Serrana, mientras Concha les batía las palmas y cantaba con voz opaca de prostituta.

Lo primero que ha resucitado con la paz es el tango.

El tango de los violines del bulevar es contestado como un eco por el tango de los violines de toda la Costa Azul y de las estaciones veraniegas que empiezan á abrirse.

El tango de los violines del bulevar es contestado como un eco por el tango de los violines de toda la Costa Azul y de las estaciones veraniegas que empiezan á abrirse.

Por una oreja le entra el balanceo musical de una danza inventada por los negros de la América del Norte para regocijo de los blancos; por la opuesta penetra al mismo tiempo otra música negra: el tango de la América del Sur.

¡No hay ejercicio mejor...! ¡Desde luego aquí no aprenderá usted el tango...! LEA (vivamente).¡Oh...! ¿El tango...?

¡No hay ejercicio mejor...! ¡Desde luego aquí no aprenderá usted el tango...! LEA (vivamente).¡Oh...! ¿El tango...?

¡Principalmente las piernas y el bajo-vientre! LA SEÑORA BOUZINE (severa).¡No bailarás más el tango, Lea...

Ya en lo alto, es recibido por una mujercita con kimono morado y sembrado de grandes ibis; es la señorita Chadd, que, según se dice, danza en los music-halls, pero que principalmente desempeña otras profesiones menos confesables; pertenece a la «gente alegre» y se gana la vida desayunando, comiendo y bailando el tango en diversos establecimientos de la capital.

¡Que las enfermeras, sin excepción, fuesen lindas y cariñosas...! No prohibiría ni el tango ni el flirteo.

En este último país los nativos danzan el bambuco; en Méjico el jarabe tapatío; en Cuba se bailan el zapateo, que es una derivación del zapateado andaluz y el danzón, que es una contradanza transformada en su música y en su cadencia, y la calinda; en el Río de la Plata los bailes nativos típicos son el pericón, el gato, el tango y el cielito, siendo este último un baile cantado.

una figura de general, un chico muy gracioso en el habla, que cantaba guajiras y bailaba el tango como un ángel, y que, en fin, si no tenía millones y una mulata, ya se sabía que era por lo mucho que le tiraba la tierresita.

Después del monólogo, el melenudo se puso al piano y la niña comenzó a bailar el tango.

Hay una parte en el tango verdaderamente grave y trascendental; es ese movimiento de caderas que el público llama científicamente bisagra.

¿Dándole todo lo que ello pide o velándolo un poco? A la baronesa no le parecía bien que el tango fuera tan exagerado; un poco de aquel movimiento no estaba mal.

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