42 colocaciones para cáliz

Las mujeres son en todas partes lo mismo; un desprecio y una herida en el amor propio, constituyen en el sexo femenil las verdaderas heces del cáliz de la vida.

¡Un alma de mujer, como un cáliz de oro, donde verter el licor musical de nuestro corazón en esas horas tristes en que la emoción se desborda! La Musa de la Noche tiene para todos los magos prestigios de esa amante suprema.

Después inclinó la cabeza sobre el pecho, exhalando un gemido, y puesta la mano ante los ojos, lloró al sentir la amargura del cáliz.

Como al tender el vuelo hacia la altura, 20 Deja su larva impura El insecto en el cáliz de las flores.

La viña celeste da el celeste vino; Y en el labio sacro del cáliz de oro Las almas se abrevan del vino divino.

Sobre el lecho de agonía Cayó, como flor tronchada Por el viento deshojada, Y su frescura perdió; Y cual se exhala el perfume Del cáliz de lirio hermoso, De su cuerpo primoroso Su alma angélica voló

¿Qué ser delicado, elegante, ligero, bonito, en armonía con la rosa, podrá tocar sus pétalos sin marchitarlos, y libar la miel del cáliz con la correspondiente suavidad y finura?Una aérea, pintada y alegre mariposa, pensé yo.

Pero algo había en ellas que pugnaba contra la depravación llevada á tal extremo, y asustadas de la enormidad del cáliz que habían puesto en los labios de María, trataron de atenuar su amargura.

* * * En el seno de tu madre Tu frente oculta, ángel mio, Cual la gota de rocío En el cáliz de la flor, Y mientras el mundo torpe No empañe de tu cabeza El sello de la pureza, Duerme tranquila, Leonor.

Y es porque va usted ligada á esta desgracia, porque es usted la causa de ella, porque en el fondo de este cáliz de amargura veo brillar sus ojos altivos y serenos.

, y las del nervio vestibular con las células de igual nombre de las crestas acústicas (nidos nerviosos pericelulares en forma de cáliz, etc.) (fig. 136, E, F).

Bajo los flecos desmayados, como ramas de sauce, asomaba, con la gracia rígida de un cáliz invertido de azucena, una falda de seda blanco-mate, adornada con vidrios.

Los clavos de su cruz, las espinas de su corona, la hiel de su cáliz, dejaban de ser blason de los poderosos para convertirse en verdadera enseña de los humildes.

Otro sabio, llamado Ritgen, hace nacer á los primeros hombres en el cáliz de ciertas flores gigantescas.

· · · · · · · · · · · · · · · No respeto a religiosos: de sus iglesias y templos seis cálices he robado y diversos ornamentos que sus altares adornan.

En vano aparta su cabeza criminal, en vano aleja sus lábios impuros del cáliz amargo que su crímen execrable le ha preparado; la ley ciega y muda, la ley justamente inexorable, la ley santamente implacable, quiere que apure hasta las heces su maldad.

Tu tallo enervado es el emblema de la melancolía, y la movilidad de tu cáliz flotante expresa las agitaciones de un corazón joven.

Con los manojos de lilas violáceas se mezclan los narcisos de cáliz estrellado de suave blancura.

Es después del descenso repetido a la más obscura y temerosa de las minas del cerebro, que viene el místico moderno, a inclinarse en observación sobre el cáliz de una rosa, sobre la blancura de un lirio.

Item más, un paquete con un cáliz y dos crucifijos, todo ello de plata de ley y hallado por en la iglesia de San Dionisio de Narbona, durante el saqueo de aquella ciudad; objetos que me apropié para evitar que cayeran en manos peores que las muy limpias de un arquero del rey Eduardo.

Acaso te he dejado ver demasiado las flaquezas que abriga este anciano corazón; pero el Señor también estuvo triste hasta la muerte, y dijo: «Padre, si puede ser, pase de mi este cáliz».

Estos espejos eran como unas patenas de cálices, algunas grandes, otras menores, que pesarian 12 ducados, y algunas más, y otras ménos, las cuales traian colgadas al cuello, con una cuerda de algodon, como nosotros traemos un Agnus Dei.

Allí, en la barraca, a la luz de una candileja, se amontonó el tesoro de la calle Nueva; se arrancaron las piedras preciosas de los cálices y de las cruces procesionales y envueltas en papeles las fueron metiendo en las cabezas de las figuras de cera.

6 Sobre los malos lloverá lazos; fuego y azufre, con vientos de torbellinos, será la porción del cáliz de ellos.

Vió un lirio que erguía al azul la pureza de su cáliz blanco, y estiró la mano para cogerlo.

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