186 oraciones de ejemplo con la seriedad

Después, por la seriedad que quedó bien señalada en el rostro de Emilio, se pudo comprender que no le hacían maldita la gracia aquellas salidas harto desenfadadas de su suegra.

Me río yo de toda la gravedad del Reistag alemán, de toda la seriedad de los Comunes de Inglaterra y de todo el estiramiento de la Puerta Otomana, ante la cómica gravedad que respiraban todas las candongas de las ñoras y toda la tiesura y almidonamiento de los faldones de los munícipes.

Para mi abuela, las tres millas y media de costa que hay entre Lúzaro y Elguea separan dos mundos aparte: la seriedad de los de Lúzaro, de la petulancia, volubilidad y fatuidad de los de Elguea.

Cuando yo doy un negro, un buen negro por mil duros, es que es una cosa excelentedecía Zaldumbide; y añadía: Antetodo la seriedad comercial.

Esta cualidad es la que menos fácilmente se perdona, cuando se entrevé que no proviene de ligereza, sino de tener un hombre el espíritu tan serio, que apenas halla cosa terrena y humana que merezca que él la considere con seriedad; por donde, en fuerza de la seriedad misma, nacen el desdén y la risa burlona.

Don Fadrique se burlaba de la seriedad vulgar é inmotivada, en virtud de una seriedad exquisita y superlativa; por lo cual era jocoso.

La alegría de Lucía concordaba además muchísimo mejor con el carácter del Comendador que la seriedad un poco triste que Clara había heredado de su madre.

Debía mostrar la seriedad de una mamá.

Al niño debió, pues, la rectitud de su vida, la seriedad de sus pensamientos, la dignidad sonriente de su madurez.

Asunción y Presentación, que aguardaban coyuntura para dar expansión al comprimido gozo de sus almas, hubieran querido reír como su hermano; pero la seriedad de su madre las tenía mudas de terror.

Pero ha sabido aliar el arte con la industria, sus disposiciones poéticas y altamente francesas, con la seriedad y profundidad de investigacion y el sentimiento severo de la personalidad ó del derecho individual, característico de las razas germánicas.

Si el Ginebrino se distingue del Frances por la seriedad y circunspeccion, careciendo de esa viveza retozona y esa agudeza de chiste que llaman esprit; si su acento es duro y su frances muy defectuoso (en la generalidad de la clase media y las masas); y si los tipos fisonómicos, aunque revelando mucha inteligencia, son apacibles y carecen de la energía de líneas propia de las razas puras, posee tambien cualidades muy estimables.

Tal es el silencio que reina en todas partes, la tranquilidad en que se ven todas las cosas, la seriedad de las gentes.

La seriedad del chico pasmaba á todos los amigos de la casa, y no faltó quien dijera de él que parecía un viejo.

Entre las dos puertas vidrieras que comunicaban con la huerta había un aparato de latón, que no es preciso describir desde que se diga que servía de sustentáculo a un loro, el cual se mantenía allí con la seriedad y circunspección propias de estos animalejos, observándolo todo.

Ya que hay quien tiene la seriedad del burro; pero sin duda no se halla usted en ese caso.

Andrés era el padre grave de la reunion; el padre grave por la seriedad de su cara, por lo reposado de su voz, por la entonacion verdaderamente forense con que ya entónces explanaba sus originales teorías sobre arte, sobre política, sobre religion y sobre todo.

El tono festivo y cariñoso con que ella dijo estas palabras alarmó más a don Juan que la seriedad irritada de momentos antes.

Juanito estaba asustado por la seriedad de Tónica.

De aquí el desairado y mal papel que una persona de los años, de la seriedad y la importancia de don Paco no podía menos de hacer en apariencia, o bien siendo rival de Antoñuelo, o bien de acuerdo con él para cortejar a la madre uno y a la hija el otro.

Hay que ver la seriedad con que repite las oraciones....

Los tonos vivos las encanallan, porque el pueblo ama el rojo bermellón, el amarillo tila, el cadmio y el verde forraje; y está tan arraigado en la plebe el sentimiento del color, que la seriedad no ha podido establecer su imperio sino transigiendo.

El crespón es el que ha ido decayendo desde 1840, no sólo por la citada evolución de la seriedad europea, que nos ha cogido de medio a medio, sino por causas económicas a las que no podíamos sustraernos.

Su elemento era la calle, el aire libre, la discusión, la contratación, el recado, ir y venir, preguntar, cuestionar, pasando gallardamente de la seriedad a la broma.

Pasada aquella hora, desaparecía de su rostro rossiniano la seriedad tétrica que en la iglesia tenía, y volvía a ser el hombre afable, locuaz y ameno de las tertulias de tienda.

186  oraciones de ejemplo con  la seriedad