7500 oraciones de ejemplo con pero,

Pero, arrastrado de su destino, se dejó persuadir á entregarse voluntariamente al General Valle en su campamento de Sicuani; y no tardó en arrepentirse de esta confianza.

Pero, si despreciando este dulce llamamiento y convite, quisieren Vds. sorprenderme, experimentarán despues el castigo rigoroso que previene nuestro Monarca en su edicto, del que remito un tanto, sacado á la letra, para que Vds. se impongan de los fines tan santos y rectas intenciones que lleva enderezadas en esta empresa.

Pero, sin embargo que de esta providencia resultó la mayor fidelidad en los vecinos de aquel pueblo, nunca puede aprobarse semejante procedimiento, por mas que se haya apoyado con las ventajas que resultaron de haberse unido al ejército, y sufrido con extraordinaria constancia las persecuciones y subsidios que les hicieron padecer los que continuaron sublevados.

Pero, por mas diligencias que practicó, no pudo por entonces descubrir, ni la situacion, ni el paradero de los indios rebeldes, y resolvió pasar la noche en las llanuras de Surpo, en cuyo campamento logró se lo declarase una espia, despues de haberle mandado castigar con algunos azotes, el que confesó se hallaban situados en la cima de la montaña, llamada Catacora.

Pero, obligados del esfuerzo del trozo vencedor que los cargó impetuosamente, tuvieron que ceder al órden y constancia de las tropas de Orellana, que empeñadas en la accion, mataban cuantos rebeldes se les oponian, hasta que amedrentados por el continuado fuego del fusil, se pusieron en desordenada fuga.

¡Ah, maldita bruja! exclamó después de un momento el pastor tendiendo el puño crispado hacia las rocas como amenazándola; ¡ah! maldita bruja, muchas hiciste en vida, y ni aun muerta hemos logrado que nos dejes en paz; pero, no haya cuidado, que á y tu endiablada raza de hechiceras os hemos de aplastar una á una como á víboras.

] Ahora que estoy en mi celda tranquilo, escribiendo para ustedes la relación de estas impresiones extrañas, no puedo menos de maravillarme y dolerme de que las viejas supersticiones tengan todavía tan hondas raíces entre las gentes de las aldeas, que den lugar á sucesos semejantes; pero, ¿por qué no he de confesarlo?

] Pero, vamos, exclamó don Dionís, impaciente al escuchar las digresiones del zagal, que amenazaban no concluir nunca; déjate de rodeos y ve derecho al asunto.

Se dice que antes de poner sus ojos sobre esta dama, había pedido en matrimonio á la hija de un opulento señor; mas el padre de la doncella, de quien se murmura que es un poco avaro ... pero, ¡calle! en hablando del ruín de Roma, cátale aquí que asoma.

Cierto que la culpa no es suya, sino de los que le consienten esta profanación... pero, así va el mundo... y digo, no es cosa la gente que acude... cualquiera diría que nada ha cambiado desde un año á otro.

Pero, en fin ya sabréis lo que paso.

Pero, m., dim.

buscando otra vez el sueño; pero, al descansar la cabeza en la hierba, oyó junto á sus orejas unos trotecillos medrosos y unos gritos de susto.

Pero, como ocurre siempre en las grandes solemnidades, el público no prestó atención á las explicaciones del hombre de ciencia, prefiriendo examinar directamente lo que tenía ante sus ojos.

Pero, á pesar de que el olor no era molesto, el público empezó á marcharse.

Podían leerlo con más ó menos errores; pero, cuando pretendían hablarlo, balbuceaban á las pocas frases, acabando por callarse.

El profesor temía las escaleras y las cuestas á causa de su obesidad de sedentario dedicado á los estudios; pero, á pesar de esto, acometía valerosamente cualquiera de las rampas en torno á las patas de la mesa, llegando arriba congestionado y jadeante, con su honorífico gorro en una mano, mientras se limpiaba con la otra el sudor de la frente, echando atrás la húmeda melena.

No vió á nadie en la vasta planicie da la mesa; pero, á pesar de esto, le molestaba tener que expresarse á gritos para que le entendiese el gigante.

Pero, en fin, lo que yo debía decir ya está dicho.

Luego, al ver que lloraba, lloró igualmente; pero, á pesar de su pusilanimidad, pensó que las lágrimas no podían resolver nada y su dolor se convirtió en indignación.

Creo recordar el camino, pero, si me extravío, adviértamelo inmediatamente.

No podía hablar por su emoción, y apenas pudo murmurar, al estrecharme contra su pecho: Pero, señor capitán ... yo no merezco ... yo creo que cumplo ... esto es muy natural; yo no soy nada ... ¡qué he de ser yo! ¡Jesucristo! ¡Dios! ¡el pueblo! [Footnote 1: #Alva#, province in the north of Spain.

Pero, Carmen, hija,añadió el alcalde,no te apesadumbres, si el hermano cura te responde, tu hablarás con Pablo.

Pero, hija,replicó la señora;si entonces era tan malo....

Pero, señora,respondió;pero, Carmen; ¿quién ha dicho a Vds. que yo tenía rencor?

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