Sebastián Elcano.

Téngase presente que todo es relativo, y que al decir largo, no se vaya á creer hablamos de un viaje de Santoña á San Sebastián, ni de Valencia á Marsella, ni aun de Alicante á la Habana, sino de Cádiz á Manila, por supuesto por el Cabo de Buena Esperanza, en barco de vela y con 80 ó 100 pasajeros entre mujeres, hombres y chicos, nacidos ó por nacer, pues rara es la barcada que hace su viaje por el Cabo que no aumenta el personal del rol.

D. Sebastián Hurtado de Corcuera sucedió en el Gobierno de las islas á D. Juan Cerezo, que ejercía el cargo interinamente.

Allá, cuando te cases, (que te casarás, porque ya no hay conventos, y tú no tienes cara de monja) no le faltarán al señor cura de San Sebastián algunos durillos para que vayas al altar hecha una princesa.

Dicen que San Sebastián era antes un pueblo perdido, un pueblo de haraganes y de borrachos.

Una Virgen de los Dolores, que es una perla; un San Sebastián que da gusto verle.

Detrás de una de ellas estaba el pueblo de San Sebastián donde moraba la pobre niña.

Ayer le escribí a Linilla con unos músicos que fueron a San Sebastián a tocar en los oficios de la Semana Santa.

No han escrito de San Sebastián, ni Angelina ni el Padre; será porque han tenido mucho a que atender con las fiestas de Semana Santa.

En San Sebastián no hay más que jacales, y toda esa gente habrá posado en la casa del Padre.

Las señoritas Castro Pérez estaban en San Sebastián....

Mándela usted con el que venga de San Sebastián.

El P. Herrera murió a fines del 78 en su curato de San Sebastián.

Un día, el 20 de enero, san Sebastián márrtir, ¡me acuerdo muy bien!, estaba más tranquilo; llegó el correo y no trajo carrta ninguna...

Fin de libro tercero Libro IV I El miguelete que cobra el portazgo en lo alto de la cuesta de los Meagas aseguró formalmente a José Ignacio Bernaechea que jamás había cruzado de San Sebastián a Zumárraga un coche más elegante, ni unos caballos más hermosos, ni unas gentes más locas.

Como no tenía un céntimo ni de dónde le viniera, encaminose a San Sebastián, pensando por el camino en D. Romualdo y su familia, pues de tanto hablar de aquellos señores, y de tanto comentarlos y describirlos, había llegado a creer en su existencia.

Convinieron, tras empeñada discusión, en trasladar su punto de San Sebastián a San Andrés, porque Almudena conocía en esta parroquia a un señor clérigo muy bondadoso, que en otra ocasión le había protegido.

Estará en Madrid, en San Sebastián ó en Cádiz.

¡Ninguna venganza mejor podemos tomar de ellos que este engaño, tan fácil de desvanecer cuando nos acomode!»Adoptada tan graciosa resolución, la Señora y el tío Lucas nos aleccionaron a todos de lo que teníamos que hacer y decir cuando volviese Su Señoría; y por cierto que yo le he pegado a Sebastián Garduña tal palo en la rabadilla, que creo no se le olvidará en mucho tiempo la noche de San Simón y San Judas!...

Estas entidades debieran renovar cada temporada los temas periodísticos de San Sebastián, a fin de que ningún corresponsal permaneciera aquí ocioso.

Don Sebastián de Morra, núm. 1.096.

CENSURA DEL REVERENDISIMO P. F. Sebastián Guaite Calificador del Santo Oficio más antiguo, Examinador Sinodal de este Obispado, Lector Jubilado y Exprovincial una y otra vez de su Religión de S. Francisco de Paula en esta Provincia de Mallorca.

Sebastián Guayte.

* * * * * Se hicieron fiestas por el nacimiento de Felipe IV; que consistieron en una mascarada compuesta de 12 cuadrillas al mando de los caballeros don Diego Ortiz de Zúñiga, 24; Sebastián de Casaus, Fernando de Saavedra, Pedro de Tapia, Antonio Petruche Provincial de la Hermandad, Juan de Arguijo, 24, Juan Pérez de Guzmán, Ldo.

Torrijos había comenzado los trabajos de aprovisionar y de defender San Sebastián y Pamplona con método.