20 Verbos a usar para la palabra alquiler

¿Quiere usted verlo? Hombre, ... Vaya, una apuestita: si no se rompe usted la cabeza, pago el alquiler del caballo.

» Acordóse entonces de que al día siguiente era domingo y no había extendido los recibos para cobrar los alquileres de su casa.

Laura vive aquí, que dijo: «Con lo que la casa cuesta de alquiler, he de hacer coche.

Mejor sería que tuvieran más cabeza, pues esto se va poniendo muy malo: esta mañana el casero nos mandó aviso que para el mes que viene subirá el alquiler, y siempre con el mismo pretextito: el oro; ¿qué culpa tenemos nosotros de que se vaya a las nubes?

El hombre le pide el alquiler de la casa, y la vieja, el de la cama.

Por mucho que estirara yo los ingresos sobre el papel, forzando los productos de las dehesas de Navalagamella y Barco de Avila, engrosando los alquileres de las tres casas de Madrid y añadiendo á todo el cupón de las obligaciones de Banco y Tesoro, no podía pasar de tristes siete mil duros.

le pagarás el alquiler cuando la empresa dirigida por Robledo retribuya tus trabajos.

Con este dinero comiÛ al dÌa siguiente, y pagÛ el alquiler del miserable colchÛn de paja en que durmiÛ. Por la noche tornÛ a salir y a cantar trozos de Ûpera y piezas de canto: vuelta a reunirse la gente en torno suyo y vuelta a intervenir la autoridad grit·ndole con energÌa:Adelante, adelante.

Repartí porción de perras grandes y chicas, amén de los cuantiosos beneficios que había hecho aquella mañana en mi casa de la calle de San Blas, perdonando picos de alquileres, y dando respiro á los inquilinos morosos... gente mala, ¡ay! gente muy mala, entre paréntesis... Pues, como digo, iba yo por la calle de Jacometrezo, y allá, cerca del Postigo de San Martín me encontré á un vejete que pedía limosna tiritando de frío.

La administradora de la casa les salió al encuentro, reclamándoles a ambos el alquiler de sus cuartos.

Más aún que los tormentos del hambre, temía Maltrana las inquietudes y desasosiegos que traía consigo el alquiler.

LEOCADIA ¡Válgame Dios! Le ponen á una la cara colorá y... Pues crea usted que si he dicho algo no es por el interés de cobrar las cien pesetas cochinas que vale el alquiler del mantón...

limpia chimeneas, se dirijía á la calle Mayor pensando seriamente en los medios de pagar muchos plazos vencidos de alquileres, por los cuales su casero, se iba haciendo cada dia mas cocora.

«Señor, le dijo, mire V.S. que vengo desde más allá de Becerrilejo; que traigo ocho de familia y cuatro caballerías para ellos y para los equipajes; que he pagado adelantado el alquiler de la bodega, y he gastado mucho en colocar la tramoya que V.S. está viendo.

Otro iba a desahuciar a una probe viejesita porque yevaba un año sin pagá el alquiler de una casucha en la que vive desde tiempo de sus pares.

Ahora, amigo, arreglemos el alquiler».

Posteriormente, en mayo 16 del mismo año, elevó Gutiérrez otra instancia al Gobierno, para que se le señalase una subvención, siquiera para cubrir los alquileres de casa y material artístico, ya que la academia contaba con más de 360 alumnos y como local, utilizaba el de la Academia de pintura, subvencionada por el Municipio, y que generosamente le cedía de noche, su buen amigo, el director de aquella, y afamado pintor Frasquito Oller.

Pensaba: Yo me iría a otro coche porque este señor se inmiscuye demasiado en mis asuntos, pero como le debo el alquiler de la almohada... ¡Y es simpático!...

Es un pliego en que se contiene la cuenta de lo que deven de alquileres de los quartos que viven los Escrivanos que asciende a la cantidad de novecientos veinte y dos pesos, y por certifiación del Escrivano se le cometio p.ʳ el Cavildo a el alguacil Mayor, y no consta haversele notificado: en cuio tiempo era otro Escrivano, y distinto alguacil mayor de los que oy tienen estos empleos.

Yo, pues, con ese lenguaje y con estas flores, llegué a Sevilla con el dinero de las camaradas, gané el alquiler de las mulas y la comida y dineros a los huéspedes de las posadas.

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