66 Adjetivos para describir lástima

¡Cuánta fe necesita el hombre para que su alma no se cáuterice, al tocar la hiel corrosiva de estas nauseabundas experiencias! No siento odio; acaso no siento desprecio tampoco, pero siento una profunda lástima, y sobre todo un profundo dolor.

Pero en cuanto le vio salir tropezando, «ciego de amor y pena», creía ella, una lástima infinita le inundó el alma, y tembló de miedo; su seno se hinchó con un suspiro... y la carne flaca tropezó con el Cristo amarillento de marfil que el Magistral había regalado a su amiga para que lo llevase sobre el pecho.

¡Apuesto cualquier cosa á que aún no has reunido mil duros!... Y reía, con lástima cariñosa, de su querido Planeta, al que consideraba en eterna infancia, como un niño revoltoso que había que dejar en libertad.

Sentían, mezclada á su dolor, la profundísima lástima que inspira la agonía de un niño, y no comprendían que ninguna pena superase á aquélla que destrozaba sus entrañas.

El paciente dio un gran suspiro, abrió los ojos, miró a todos uno por uno; y no con furia, no con espasmos de insensato, ni iracundas recriminaciones, sino con apagada voz, con sentimiento tranquilo, que más que nada era profundísima lástima de mismo, pronunció estas palabras: «Caballeros, ¿es cierto lo que me figuro?...

Sentía una lástima aguda y tierna por el amigo triste, por el hombre solitario y doloroso.

Sintió una lástima inmensa por San José.

» DON PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA SONETO Estas que fueron pompa y alegría Despertando al albor de la mañana, Á la tarde serán lástima vana 15 Durmiendo en brazos de la noche fría.

Nunca fue castigada; pero ella entendió que este privilegio se fundaba en la desdeñosa lástima que inspiraba su menguada constitución física, y de ningún modo en el aprecio de su persona.

Luego, si podían, le mordían una pierna o la ropa, y si andrajoso estaba el infeliz antes de entrar en el pueblo, cuando salía de él era una pura lástima.

Es una lástima que lo des todo á tus criados.

Como otras veces, Ana fue tan lejos en este vejamen de misma, que la exageración la obligó a retroceder y no paró hasta echar la culpa de todos sus males a Vetusta, a sus tías, a D. Víctor, a Frígilis, y concluyó por tenerse aquella lástima tierna y profunda que la hacía tan indulgente a ratos para con los propios defectos y culpas.

Era el cariño del poderoso por el débil al que protege; un amor paternal que no tenía en cuenta la semejanza de edades ni la diferencia de sexos; una ternura en la que entraba por mucho cierta lástima dulce.

Mi pasión es la lástima por los desheredados, el odio a la injusticia y la desigualdad.

Con esto mandó el corregidor poner a don Diego en la cárcel a buen recaudo, y tomando la encantada figura se fueron a casa de doña Inés, a la cual hallaron haciendo las lástimas dichas, sin que sus criadas ni los demás fuesen parte para consolarla, que a haber quedado sola se hubiera quitado la vida.

Un sentimiento de honda pena, una lástima dolorida llenó todo el espíritu de Delaberge... ¡No le faltaba más que ser el rival de su propio hijo! Lo que en él había de sensibilidad generosa, adormecida por una larga práctica del egoísmo y por la costumbre de no vivir sino para , despertóse súbitamente en su corazón.

Después, casi siempre, había tenido grandes contrariedades en la vida, pero ya despreciaba su memoria; una porción de necios se habían conjurado contra ella; todo aquello le repugnaba recordarlo; pero su pena de niña, la injusticia de acostarla sin sueño, sin cuentos, sin caricias, sin luz, la sublevaba todavía y le inspiraba una dulcísima lástima de misma.

¡Qué lástima de dinero empleado en esto! Tanto libro para no saber nada.

dijo el conde levantándose,es lástima que estemos encerrados en casa en un día tan hermoso.

Me desprecié por haberlo querido y tuve una enorme lástima de misma.

¿Qué mosca le habrá picado?... ¡Ya; que apuntó mal anoche, y como las cartas no tienen entrañas...! ¡Lástima de hombre, entregado á un vicio tan feo...! FEDERICO, para .

«Qué lástima tan extraña, dice el maestro Dávila Padilla, sería ver aquella pobre gente perseguida, hambrienta, desnuda, avergonzada, herida y con tanto tropel de males, que apenas hay oídos cristianos para poderlos oír sin mucho sentimiento.

El oficial siguió adelante, apartando su mirada para no verle; pero el príncipe creyó sorprender en sus ojos una expresión fugitiva de lástima generosa, la conmiseración hacia un rival desgraciado é inofensivo.

Yo decía: ¡qué lástima de joven, tan guapo y tan simpático!

¡Qué contraste el formado por la vida y la muerte que allí se mostraban con toda la brutal realidad de los hechos: ¡Qué lástima de mujer, tan hermosa y tan buena! ¿Qué falta hacía a nadie arrancarle la existencia como se descuaja una planta?

66 Adjetivos para describir  lástima