50 colocaciones para pesadumbre

Pues ¿dónde estaban las señales de su pesadumbre?

Yo mismo acabo de verte muy alegre y divertida con los comediantes...» Al oír esto, dijo ella, soltando una grandísima carcajada: «¡Vamos claros, que es gracioso el motivo de tu pesadumbre! Pues qué, ¿de tan poco te espantas?

Cada día que pasa cae sobre mi corazón con horrible pesadumbre...

Añorante de las próvidas manos de Carlota, esta gran cátedra en que un solo discípulo estudia y vigila, tiene á la sazón un aspecto de pesadumbre y de abandono.

Sacudiendo el polvo de sus zapatos en los umbrales del paterno techo, se echaron la escopeta al hombro, y ahogando un suspiro de pesadumbre, se alejaron para no volver, internándose resueltamente en las selvas impenetrables del Canadá, comenzando, sin saberlo, esa generación de intrépidos exploradores de los que en el principio de nuestro relato hemos puesto en escena a uno de los más hermosos y por desgracia últimos tipos.

Eso quiere decir que tal vez yo soy la causa de su pesadumbre de usted.

Don Juan puso cara de gran pesadumbre, lo más triste que pudo, y dejó caer la cabeza sobre el pecho.

Apartóse de Andrés sin despedirse, y tan cargado de brumas el ánimo, que viéndolo todo negro y sin salida, se dió á barloventear por aquellos aborrecidos mares de Abajo, para distraer un poco la carga de su pesadumbre, discurriendo, de paso, el modo de echar cuanto antes un ancla siquiera en el codiciado puerto.

El hecho de que Pablo, con toda su intrepidez y adhesión no lograra salvar al señorito, colocó á la pobre familia del marinero en un doble caso de pesadumbre.

Doña Juanita, que hacía tiempo y con tácitas angustias ansiaba descargar su conciencia de la pesadumbre de un gran secreto pecaminoso, consideró que aquella era la mejor conyuntura.

Tal vez era aquello un recurso que instintivamente encontró su espíritu para librarse, por medio de la contemplación de estas visiones de su fantasía, de la abrumadora pesadumbre de la realidad presente.

Y ahora, siquiera por lo que el asunto parece disgustar á esta señorita, le pido á usted el favor de que no se hable más de él hasta que las circunstancias lo reclamen; pero con la advertencia, entiéndalo usted bien, Inesita, de que ni ese gusto ni otro alguno mío, daré yo por satisfecho á costa de la menor pesadumbre para usted.

Por su centro iba la cuerda, la reata humana, doblemente rendida a la pesadumbre de la fatiga y del delito.

De esta suerte descargóse de la pesadumbre del escrúpulo y permaneció con la del dinero, que no le impidió volver ligeramente á su morada.

Aquí la nieta paralizó la lengua del desengañado abuelo, que tales cosas decía, dándole, de pronto, un beso en cada mejilla, y despidiéndose luego de él con una zalamería, de expresión tan confusa, que le dejó dudando si era un embuste de su incredulidad despreocupada, o el disimulo de una pesadumbre.

Otra: buscar en la pintura la distraccion de una pesadumbre; y esto para conservar la salud.

Batían sus piernas los faldones de un chaqué, prenda incómoda en la región ecuatorial, que gravitaba sobre sus espaldas con la pesadumbre de una coraza, moteando sus sienes y bigote de perlas de sudor.

Todo se explicaba: la tristeza persistente de Juan durante su permanencia en Etretat, sus vacaciones acortadas, y su retirada a Bohemia donde se había refugiado para huir de ella, sin duda... Juan, mi pobre Juanmurmuró,¡cuánto va a sufrir! Miró otra vez con gratitud su propia imagen, causante de la explosión de pesadumbre que había presenciado.

A Fuensanta Godoy su expresión de inconsolable pesadumbre hacíala infinitamente interesante.

Durante muchos días estuve sin poder ir a Cádiz, a causa de las ocupaciones del servicio, y esta esclavitud me daba tanto fastidio como pesadumbre.

Pero la tragedia no era olla podrida, en donde cada quisque pudiera meter a su talante la cuchara de palo, sino verdadera tragedia, de gran austeridad de forma, y el fondo saturado de una pesadumbre a modo de gravitación de lo eternamente humano y doloroso, gravitación que los ciudadanos Rinconete y Coterilla calificaban entre dientes de lata.

Vibró rudo el consejo sobre el rumor del agua fugitiva, en tanto que se alejaba Mariflor, sonriendo a fuerza de pesadumbre.

... En la región abrupta de Cantabria el gozo del verano, breve y único en la naturaleza, se viste de alegría salvaje que arrebata y conmueve, por lo extraña en un país donde, igual que las almas, valles, montes y cielos tienen siempre un halo de pesadumbre, una luz de crepúsculo y ensueño que parece trenzada con lágrimas y nieblas por el ángel de la melancolía.

Antes moría un hombre de una pesadumbre, de un despecho, de un cansancio; pero ya han dado muchos en la cuenta.

La madre tenía en el altanero semblante la huella de la gran pesadumbre y borrasca del día anterior, y la penosa impresión se traslucía en una especie de repentino envejecimiento.

50 colocaciones para  pesadumbre